Renfe logra su primer beneficio sin extraordinarios

Por primera vez en su dilatada historia, Renfe ha logrado beneficios derivados exclusivamente de su actividad. El operador ferroviario ganó 70 millones de euros en 2017 sin apoyarse para ello en ingresos extraordinarios, frente a las pérdidas de 35,86 millones que registró en 2016, según informó ayer. La otra ocasión en que obtuvo beneficios, en 2015, fue merced a que se apuntó unos ingresos de 96,1 millones de un acuerdo de uso de suelo con Adif, lo que permitió a la compañía presentar un beneficio neto de 42,39 millones de euros netos.

Renfe atribuye su buen resultado a la mejora del tráfico tanto de personas como de mercancías. En el caso de los pasajeros, transportó 16,5 millones más que en 2016. En total, el volumen ascendió a 487,9 millones, un 3,5% más que en el ejercicio anterior. El servicio que más viajeros llevó fue el de Cercanías, considerado de servicio público y por el que Renfe recibe subvención estatal. En total, transportó 423 millones de viajeros, un 3,6% más que en 2016. El servicio estrella de la compañía, el AVE, transportó 21,1 millones de pasajeros, un 3,7% más que en 2016.

Desde que en 2013 la compañía cambió su política de precios y adoptó una nueva de descuentos y promociones, sus pasajeros no han dejado de crecer. A ello han contribuido también factores como el incremento del turismo y la apertura continuada de más kilómetros de AVE.

Incluyendo los convenios específicos de transporte con las comunidades autónomas y las compensaciones del Estado para la prestación de Obligaciones de Servicios Públicos de Cercanías y Media distancia, Renfe logró unos ingresos en 2017 de 3.578,8 millones, frente a los 3.200 del ejercicio anterior. Sus gastos, según la operadora, se mantuvieron estables. Alcanzaron los 3.098,41 millones de euros. La mayor partida en este capítulo es el canon que debe pagar a Adif por el uso de las infraestructuras –vías y estaciones– y que asecendió a 988,28 millones. El ebitda –beneficio bruto– fue de 489,5 millones, frente a los 450 millones de euros de 2016.

Renfe sigue operando en régimen de monopolio el transporte de pasajeros por ferrocarril. Sin embargo, a partir de 2020, cualquier compañía que lo desee podrá hacerle la competencia en aquellos corredores que no sean obligación de servicio público. Estas líneas se liberalizarán a partir de 2024.