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Solvencia a ritmo de reformas

Los mercados y la prensa internacional coinciden: España ya ofrece más oportunidades que riesgos

Mario Draghi
Mario Draghilarazon

El dinero no se mueve por sensaciones sino por certezas. La fuerte demanda de deuda española, cuyo bono a dos años cotiza a niveles de finales de 2010 y cuya rentabilidad a diez años ha caído por debajo del 5%, demuestra que los inversores han cambiado su percepción sobre la economía española, en la que comienzan a vislumbrar más oportunidades que riesgos y, sobre todo, jugosas rentabilidades.

Ése es el mensaje que comienza a calar en los mercados. Bajo el paraguas del socorro del BCE, en caso de ser necesario, y con las instituciones europeas y multilaterales alabando el ritmo de ajustes emprendidos por España, la prima de riesgo se ha desplomado más de 60 puntos en los primeros días de 2013 –hasta los 330, el nivel más bajo desde el pasado marzo– insuflando optimismo en la bolsa, que se apunta el mejor arranque de año desde 2001 con un avance del 6,09% gracias al empuje de las constructoras españolas en el exterior y a la avidez de los mercados de financiación por las firmas cotizadas en el Ibex.

A todo ello ha contribuido especialmente la acción decidida del BCE. La prima marcó máximos en julio del pasado año, 638 puntos, lo que desató todas las alarmas sobre la imposibilidad de sostener la financiación de la deuda. Con los mercados empujando a España hacia el abismo del rescate y las turbulencias generadas por el proceso de ayudas a parte de la banca española, la institución que dirige Mario Draghi lanzó un mensaje claro: el BCE haría lo «necesario» para sostener el euro y, por descontado, a España.

Dicho y hecho. En agosto, se anunciaba un programa-colchón capaz de alejar el fantasma de un ataque especulativo.

Sin embargo, los analistas y las instituciones financieras globales coinciden en que buena parte del mérito de este vertiginoso cambio de percepción sobre la situación de España corresponde al sacrificio de los españoles y a los ajustes emprendidos desde el Gobierno.

El retroceso de la fuga de capitales, el tímido regreso de la inversión extranjera directa y los notables resultados de las exportaciones españolas y de la entrada sostenida de divisas a través de la llegada récord de turistas, que rozará los 58 millones de visitantes en 2012, fueron los primeros signos de que la confianza en España remontaba en el tramo final del pasado año.

La determinación del Ejecutivo de cumplir con los objetivos de déficit público y con las exigencias de consolidación fiscal han ayudado a despejar la incertidumbre y eliminar la volatilidad. Los efectos de la reforma laboral en la creación de empleo aún no se vislumbran, pero se han dejado notar de forma positiva en la productividad y la competitividad, cuyos diferenciales han mejorado notablemente respecto a otros socios como Francia.

También la reorganización y optimización del aparato del Estado ha tenido efectos positivos. El último, la caída del absentismo laboral en el sector público por debajo del privado. La reforma financiera y el rescate de parte del sistema a través de los 40.000 millones de ayuda europea –inferior a los 100.000 millones previstos– colocan a la banca española en una situación de solvencia superior a la media europea.

La conjunción del respaldo europeo y el sacrificio de los españoles da frutos. Tanto como para alejar el fantasma de un rescate que ya nadie cree necesario.