T-Mobile y Sprint crean el líder 5G

Las filiales móviles de Deutsche Telekom y de la japonesa Softbank en EE UU anuncian su fusión para crear el tercer mayor grupo de telefonía del país, con 127 millones de clientes, en una operación de 22.000 millones.

T-Mobile, filial del grupo alemán Deutsche Telekom, y Sprint, dos de las mayores operadoras de telefonía móvil de EE UU, anunciaron ayer su fusión para liderar el desarrollo de la tecnología 5G. La operación se llevará a cabo mediante un intercambio de acciones valorado en 26.000 millones de dólares, alrededor de 22.000 millones de euros. De acuedo con la información facilitada por ambas compañías ayer, el intercambio de acciones se llevará a cabo mediante una ecuación de canje por la que 9,75 títulos de Sprint equivalen a una acción de T-Mobile. Nada más producirse el anuncio, los títulos de Sprint se dispararon en las operaciones electrónicas más de un 8%, mientras las de T-Mobile apenas subían un 0,66%.

La nueva empresa será la «única con capacidad de crear una amplia red de 5G a nivel nacional», dijo ayer el consejero delegado de T-Mobile, John Legere, en un vídeo en el que aparecía junto al máximo ejecutivo de Sprint, Marcelo Claure, que fue publicado en su cuenta personal de Twitter. En un comunicado conjunto, las operadoras señalaron que la nueva compañía preservará el nombre de T-Mobile, tendrá una sede dual y será «la punta de lanza en las industrias de red inalámbrica, de vídeo y de banda ancha en EE UU». La operación está sujeta al visto bueno de las autoridades regulatorias estadounidenses y podría estar concluida en la primera mitad de 2019.

De acuerdo con los precios de mercado tras el cierre de Wall Street del pasado viernes, Sprint está valorada en unos 26.000 millones de dólares (22.000 millones de euros) y T-Mobile en torno a los 55.000 millones (45.300 millones de euros)

El acuerdo pone fin a cuatro años de intensas conversacionesentre las dos empresas, tercera y cuarta en el sector de las telecomunicaciones móviles. La operación dará lugar a una empresa con más de 127 millones de clientes, que se convertirá en el principal competidor de Verizon Communications, a la que sobrepasarán, y AT&T. El objetivo de la fusión es construir la «mejor red de 5G del mundo», algo que ninguna de las dos podría crear individualmente.

La nueva T-Mobile estará controlada por Deutsche Telekom, que dispondrá del 42% del accionariado, frente al 27% de SoftBank, el grupo japonés, y el 31 % que estará cotizando libremente en el mercado de valores. Legere se mantendrá como consejero delegado, mientras que Claure pasará a formar parte de los cuatro los candidatos a los que tiene derecho a sentar Sofbank en el consejo de administración, que constará de 14 personas.

T-Mobile y Sprint ya estudiaron una posible fusión en 2014. El pasado mes de noviembre anunciaron que cesaban unas negociaciones que habían retomado semanas antes sobre esa misma operación.

El primer intento de aproximación entre los dos gigantes de las comunicaciones móviles finalizó después de que la administración estadounidense del presidetne Barack Obama expresara sus preocupaciones por la posible reducción de la competencia que se produciría en el mercado. La segunda ronda de conversaciones finalizó el pasado mes de noviembre, aunque con importantes diferencias en la valoración de ambas compañías y en la ecuación de canje de acciones. El consejero delegado de Deutsche Telekom, Tim Hoetgges, dejó la puerta abierta a nuevas reuniones. Desde esa fecha, las acciones de Sprint han perdido una quinta parte de su valor. Según han señalado los analistas, la fuerte deuda que mantiene Sprint (más de 32.000 millones de dólares) es un lastre de cara a la necesidad de inversiones que se requieren en un mercado tan competitivo como el americano.

El hecho de que la actual administración estadounidense dirigida por Donald Trump esté más preocupada por los precios al consumidor ha sido el detonante de que las conversaciones se aceleraran en las últimas semanas. El Gobierno americano ha abierto una investigación por un supuesto pacto de precios entre AT&T y Verizon, y de estándares para que los clientes no cambien fácilmente de compañía.