Análisis
Trump contra el socialismo inquisidor
EE UU ha rechazado a Kamala por su socialismo, su defensa de la censura y el «wokismo» del odio, y su desastrosa política con la inmigración y la economía
Trump no es una amenaza para la democracia. La que ha sido una amenaza real para la democracia y la libertad de expresión ha sido Harris. Nunca se ha impulsado más la censura, la cancelación, la ingeniería social y el asesinato civil del discrepante que con ella como vicepresidenta. Trump ha ganado el voto popular, 73,4 millones de votos, la presidencia, el congreso y el senado. Ha aumentado votos entre las mujeres, los afroamericanos y los latinos, ha ganado el voto joven y el del primer votante. La excusa de la izquierda caviar es que, si no gana su partido, la democracia está en peligro: Totalitarismo de toda la vida.
Te intentarán contar que Harris ha perdido porque no ha sido suficientemente socialista. Hilarante. Los estadounidenses han rechazado a Harris por su socialismo, su defensa de la censura y el “wokismo” del odio, y su desastrosa política con la inmigración y la economía. Los propagandistas que te han mentido durante años dicen que “Trump es el triunfo de la desinformación” cuando ha sido la elección con mayor sesgo de la historia. El 98% de los medios a favor de Harris, 78% de las noticias publicadas sobre ella fueron positivas, todos los medios posibles y $2.000 millones de gasto en publicidad, según MRC... La desinformación y la mentira han sido los pilares de la campaña de Harris y sus medios.
Trump hizo una pregunta clave: “¿Estáis mejor hoy que hace cuatro años?” Y la respuesta ha sido contundente. No. Harris estaba a cargo de la frontera. Derogaron todas las órdenes ejecutivas de Trump, retiraron la mayoría de financiación a las patrullas y, hasta septiembre, afirmaba que “la frontera está bajo control”. Bajo su mandato, han entrado más de 8 millones de inmigrantes ilegales. Cuadruplicaron la inmigración ilegal. “Más de 1,7 millones de inmigrantes ilegales que han evadido a la Patrulla Fronteriza viven ahora en el interior de los Estados Unidos sin documentación y sin haber sido sometidos a ninguna investigación por parte de los funcionarios de inmigración” (informe del Congreso).
Los ciudadanos norteamericanos están encantados con la inmigración legal. Siempre ha sido un país de bienvenida, yo lo he vivido personalmente. Harris y Biden inundaron el país de inmigrantes ilegales con un objetivo evidente: Crear votantes rehenes y una clase dependiente. Por eso millones de ciudadanos hispanos, asiáticos, afroamericanos han votado contra ella. Harris prometía socialismo y la mayoría en Estados Unidos no lo quiere. “Equidad no es solo empezar desde el mismo punto, sino terminar en el mismo lugar” afirmaba. Prometía controles de precios estilo Kirchner, subvenciones paternalistas e impuestos “a los ricos” y luego, como siempre, los subieron también a la clase media.
Harris y Biden crearon la inflación disparando el gasto y la deuda, imprimiendo dinero, en periodo de crecimiento, cuando deberían haber retirado gasto público. Llegaron con la economía en recuperación robusta (enero 2021) y se pusieron a gastar sin control, disparando el déficit y crujir a impuestos a los estadounidenses. Estos de la “equidad” han disparado los costes de Sanidad un 40%, los de alojamiento un 30%, los alimentos un 35%, la energía un 40%, la inflación acumulada un 20%. Esto solo se consigue imprimiendo moneda sin control disparando el gasto y el empleo público.
Un aumento del PIB dopado por inmigración, gasto burocrático y deuda que deja el peor desempeño de la economía ajustado por la acumulación de deuda en 50 años. El sector privado, pymes, empresas que solo venden en EE UU con ventas y beneficios estancados en cuatro años y los salarios reales, también estancados, según las oficinas de análisis económico y estadísticas de empleo.
El empleo es una vergüenza. Con todo el viento de cola, la ratio de participación laboral, la de empleo sobre población, el aumento de salarios reales está por debajo de 2019 y el empleo a tiempo completo se desploma. Todo el aumento de la fuerza laboral desde 2021 viene de trabajadores extranjeros. Y, encima, dopado con 40.000 nuevos empleos públicos al mes pagados con deuda. Dos billones anuales de déficit en periodo de crecimiento y con ingresos récord y una estimación de $16 billones más de deuda si continúan esas políticas, según el CBO. ¿A qué nos suena? Dopar el PIB con inmigración, gasto político y deuda y dejar la economía privada productiva asfixiada menos los gigantes corporativos que pueden protegerse. Como Sánchez.
Sobre todo, Harris ha sido un instrumento clave en el avance de la censura, la cancelación, la amenaza profesional por discrepar y el antisemitismo en EE UU. Una sociedad humillada, donde el miedo a consecuencias profesionales por dar tu opinión es una realidad diaria y las terapias de reafirmación de genero impuestas desde el poder político están destruyendo a miles de familias. La destrucción civil del discrepante y el totalitarismo de la izquierda estadounidense alcanzó niveles de paroxismo financiando el adoctrinamiento, la ingeniería social y la cancelación. Harris y Waltz exigían limitar aún más la libertad de expresión y avanzar en esa ingeniería.
Se habla de los aranceles de Trump y la guerra comercial como si Obama no los hubiera puesto, y, tras Trump, Biden no los hubiera mantenido y aumentado. Te dicen que los aranceles suben la inflación. La inflación se crea por emitir mucha más cantidad de moneda de la que demanda el sector privado. Tenemos la evidencia de toda la historia económica que muestra que los aranceles no aumentan la inflación. Pueden aumentar algún precio individual, pero no los precios agregados. Eso solo se hace imprimiendo sin control. Pues bien, los aranceles además suponen mayor demanda global de dólares, por lo que en sí mismos no tienen impacto en la inflación, ya que no suponen más cantidad de dinero en el sistema. Esto no significa que me gusten los aranceles, pero no olvidemos que los aranceles de EE UU son una respuesta al proteccionismo y limitaciones regulatorias y burocráticas de la UE y China.
Que EE UU vuelva a ser un país de libertad de expresión y se acabe con la cancelación, represión, ingeniería social y destrucción civil promovida por el totalitarismo de la nueva inquisición es bueno para todos. Las bajadas de impuestos son esenciales para todos nosotros porque ponen freno a la voracidad fiscal de nuestros países. Además, esta vez vienen con reducción de gasto burocrático. Si EE UU baja impuestos, limita que nos crujan a los demás todo lo que quieren. La amenaza de aranceles será esencial para que la UE se despierte y elimine sus barreras al comercio bajo la excusa regulatoria, medioambiental y fiscal. Tenemos una oportunidad para abandonar esa socialdemocracia empobrecedora que solo genera estancamiento y el pensamiento único totalitario que solo genera involución. La libertad avanza.
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