Empresas
Una nueva ley de inversiones para rescatar Túnez
El Gobierno pretende eliminar las restricciones antiguas y propone importantes incentivos para las empresas extranjeras
Túnez se propone liberalizar aún más su comercio e integrarse a nivel global con una nueva e innovadora ley de inversión extranjera.
Túnez, un país que, durante años, se ha mantenido en un margen competitivo ni más ni menos que en el puesto número uno del ránking de economías africanas, se propone liberalizar aún más su comercio e integrarse a nivel global con una nueva e innovadora ley de inversión extranjera que dará a las empresas foráneas unas condiciones mucho mejores que las que habían tenido en el país norteafricano hasta la fecha.
Para presentar este ambicioso proyecto en España, el ex ministro de Finanzas del Túnez postrevolucionario y actual presidente del Tunisian Investment Forum (TIF), Jaloul Ayed, se trasladó hasta la Cámara de Comercio de Madrid, donde LA RAZÓN tuvo la oportunidad de hablar con él.
Anteriormente, las condiciones de inversión extranjera en Túnez seguían poniendo demasiadas trabas, con serias limitaciones que obligaban a las empresas, por ejemplo, a contratar un gran porcentaje de personal local o restringía el territorio que podía ser utilizado. A partir de ahora, todo esto cambia radicalmente. Según Ayed, «la nueva ley libera totalmente el comercio extranjero. Las condiciones e incentivos son tan buenos que pone a Túnez al nivel de cualquier otro país de la Unión Europea», asegura el extitular de Finanzas.
El Gobierno tunecino no solo elimina las restricciones antiguas, sino que también ofrece jugosos incentivos a los extranjeros como la posibilidad de subvenciones que cubrirían hasta un 30% de los proyectos hasta un máximo detres millones de dinares tunecinos, es decir, unos 893.850 de euros.
Jaloul Ayed explica que «dependiendo del tipo de negocio, del tamaño de este, de la inversión en la economía local, de los puestos de trabajo que genere y de la localización, les ofreceremos las mejores condiciones».
Asimismo, Ayed indicó que esto significará una reducción del número de autorizaciones y revisiones, libertad de acceso a la propiedad de la tierra o una mayor soltura en cuanto a la transferencia de fondos, son solo algunas de las novedades que ofrece la nueva situación de inversión extranjera en Túnez. «Nuestra prioridad», asevera el exministro, «es el interior, donde conseguirán las más altas ayudas por parte del Gobierno tunecino. Aquí, queremos promover la creación de empleo y la actividad económica en el país». Las condiciones en general mejoran de un modo muy pronunciado, pero lo más importante es el apoyo del Gobierno para que la inversión extranjera pueda llegar a Túnez, «incluso si el negocio necesita una carretera para llegar hasta la ciudad, el Estado le ayudará», reiteró el ex ministro. Pero, ¿a quién puede interesar esta nueva ley? De acuerdo con Jaloul Ayed, Túnez está interesado principalmente en cinco sectores: el sector agrícola, a través de sus campos de cultivo, donde sus productos más relevantes son los dátiles o el aceite de oliva, la energía renovable, apostando por las energías respetuosas como la solar, aprovechando el buen clima del país, las farmacéuticas, dónde ya son famosos por terapias alternativas como la talasoterapia, el sector TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y el turismo, en el que ya poseen una gran experiencia y el cual también intentarán impulsar a través de nuevos vuelos que conecten Europa con el resto del continente africano.
Relación con España
Asimismo, Ayed recalcó el interés por parte del país norteafricano para reforzar las relaciones con España. «Somos países con una gran historia común», comenta Ayed, «y nos gustaría que la relación comercial fuese más fructífera de lo que es ahora. La inversión será una victoria para ambos», concluye el presidente del TIF, quien alega que aunque ambos estados comparten algunos de sus más fuertes sectores, como la producción de aceite de oliva o el turismo, no son competidores directos.
Una nueva ley que podría abrir nuevas fronteras para la economía tunecina atrayendo un mayor número de inversores y abriendo un poco más el continente africano hacia el libre comercio europeo. Y es que Túnez se quiere posicionar como puente entre los dos continentes.
Túnez, la única esperanza de las primaveras árabes, entra en su octavo año después de la revolución de 2011. La economía parece aún una asignatura pendiente, un asunto que el Gobierno tunecino desea redirigir para así mejorar el estado de bienestar de sus ciudadanos. Durante un encuentro este año entre el ministro de Exteriores tunecino Khemaies Jhinaoui e inversionistas de nuestro país, el presidente del Club de Exportadores e Inversores de España, Antonio Bonet, incidió en que los flujos económicos entre ambas naciones «están por debajo del potencial» que deberían. Aunque de 2016 a 2017 las exportaciones y las importaciones totales subieron un 8,06% y un 10,26%, respectivamente, «siguen siendo muy insuficientes».
Enorme potencial
Antonio Bonet aportó, por un lado, las cifras de las exportaciones a Túnez (860,33 millones de euros en 2017), y los de las importaciones de Túnez (433,71 millones de euros), así como la inversión española directa en Túnez (1,30 millones de euros) y la tunecina en España (2,62 millones de euros) para remarcar que «los datos no son tan buenos y el potencial es enorme».
Y es que, según el titular de Exteriores la vuelta de la inversión extranjera al país es uno de los principales retos a los que se enfrenta actualmente el país. Gracias a un ambicioso programa de reformas, hay nuevos sistemas impositivos, leyes para las «start-ups», así como una ley anticorrupción (que se aprobó en julio pasado) en la que los funcionarios, ministros, jueces, sindicatos... deben declarar sus propiedades para así asegurar la transparencia y reforzar la rendición de cuentas.
Jhinaoui también manifestó que con su modelo de crecimiento y la competitividad en el sector privado, se podrán hacer mejoras graduales en el país del norte de África. «Se espera que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) se acelere, con una previsión del 3,21% para 2020», pronósticó.
El mayor exportador de dátiles del mundo
Túnez es el mayor exportador de dátiles del mundo. La fruta de la palmera datilera es muy consumida en África y los países árabes. El primer cliente de Túnez es Marruecos, nación a la que vende unas 36.000 toneladas al año de dátiles, pero sus siguientes compradores son países de la UE: se trata de Francia e Italia. Asimismo, Túnez es el segundo productor de África de componentes de vehículos; el segundo exportador de productos orgánicos de África y el tercer productor de aceite de oliva del mundo.
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