Gobierno

Yolanda Díaz negocia contra reloj asumir la Seguridad Social y controlar 240.000 millones de presupuesto

La líder de Sumar ampliaría sus dominios para rematar la reforma laboral. Seguridad Social y Trabajo fueron un único ministerio durante 39 años, entre 1981 y 2020

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados.Eduardo ParraEuropa Press

Las negociaciones del reparto de carteras en el nuevo Gobierno de coalición se intentan mantener en un absoluto secretismo, pero ninguna de las partes oculta que el reparto de cuotas y porcentajes de poder continúa tensando la cuerda entre PSOE y Sumar, máxime cuando la conformación del Gobierno es ya una cuestión de horas. Yolanda Díaz, líder de Sumar y ministra de Trabajo, no quiere perder espacio en el próximo Ejecutivo para contentar a la mayoría de las sensibilidades internas de su formación, incluido Podemos, que estaría presionando con su independencia de voto si no se atienden las demandas de su cuota política.

Las negociaciones han tomado velocidad terminal en las últimas horas, en las que los equipos negociadores de ambas formaciones estuvieron ayer hasta la madrugada intercambiando papeles, con peticiones que en su gran mayoría fueron rechazadas por la parte socialista, bajo la supervisión de María Jesús Montero y, por supuesto, por el propio Pedro Sánchez.

Lo que está atado y bien atado es que Yolanda Díaz asumirá un rol más importante dentro del nuevo Ejecutivo, que podría llegar hasta la vicepresidencia primera si se confirma la marcha de Nadia Calviño para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI), cuyo nombramiento todavía coleará hasta final de año si Francia o Alemania no dan su apoyo explícito a la ministra española para el cargo, siempre con el permiso de la ministra de Montero, cuyo peso al lado del presidente Sánchez se agiganta desde las elecciones generales.

Fuentes de la negociación indicaron a LA RAZÓN que dentro de su nueva situación Díaz quiere ampliar sus competencias ministeriales, «para poder culminar durante los próximos cuatro años la reforma del mercado laboral que inició en la anterior legislatura y que debe llevar al siglo XXI el mercado laboral español». Para ello su intención es ampliar sus competencias asumiendo la cartera que hasta ahora ostenta José Luis Escrivá, sobre el que todo indica que su paso por el Gobierno ha tocado a su fin, como ha hecho saber varias veces a sus íntimos en los últimos tiempos.

Este movimiento de Díaz de acaparar ambas carteras parece estar en consonancia con los planes de Sánchez de reducir el tamaño de su Ejecutivo, que podría perder hasta cinco carteras, entre las que desaparecen, las que se renombran y las que se fusionan.

Entre estas últimas entran Trabajo y Seguridad Social, que volverían a la situación primigenia que tenían con el Gobierno de Mariano Rajoy y que se había mantenido desde 1981, con lo que, si se confirma, Díaz pasaría a controlar un presupuesto en torno a 240.000 millones de euros, los casi 200.000 correspondientes a Seguridad Social y los más 34.000 de Trabajo y Economía Social.

Esta separación entre ambos departamentos, que habrá durado solo cuatro años si se confirma la fusión, provocó un gran coste adicional en obras y redimensionamiento de los activos, que deberá ahora volver a ser revertido. Crear esta bicefalia llevó a Escrivá al edificio en el que estaba la Secretaría de Estado de Migraciones, ubicado en la calle José Abascal 39 de Madrid. Adecuarlo a los gustos del ministro costó algo más de dos millones de euros.

Fuentes cercanas a la negociación también reconocen que, de no culminarse esta fusión, para no ceder tanto poder, existen «otras posibilidades» para Yolanda Díaz. Estas mismas fuentes reconocieron al cierre de esta edición que «todavía no hay nada cerrado», por lo que no se descartan giros inesperados de última hora, como que Trabajo y Seguridad Social volvieran a manos socialistas y que Díaz asumiera alguna otra de las carteras más relevantes, como Vivienda, una de las más ansiadas por Sumar –y antes por Podemos– y que también se ha puesto sobre la mesa. La fusión de Trabajo y Seguridad Social dejaría en el aire el futuro de Inclusión y Migraciones.