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Editorial

El submarino: Incendio no controlado

La explosión del «caso Monedero», como sucedió con el «caso Errejón», amenaza con llevarse por delante lo que queda de los restos de Podemos

Juan Carlos Monedero EUROPAPRESS

La explosión del «caso Monedero», como sucedió con el «caso Errejón», amenaza con llevarse por delante lo que queda de los restos de Podemos. El partido, a pesar de la pedantería habitual de sus promotores sobre su capacidad y sabiduría en materia de comunicación, anda como pollo sin cabeza, con un relato que se cae a cada hora y a medida que se conocen nuevos datos. Ni siquiera los activistas habituales saben por dónde andarse y fluctúan entre el silencio y el intento de desviar el tiro con el Sáhara o con Milei. En Sumar no faltan los que han sentenciado la cuestión: «Quien a hierro mata…». Y, lo peor, es que no se descarta que afloren más casos.