Editorial
Ucrania: ya no bastan los gestos de apoyo
Pedro Sánchez carece del suficiente respaldo parlamentario para implicar a España es una operación militar de paz en Ucrania o, en su caso, para reforzar la Defensa nacional.
No está de más que el presidente del Gobierno español se disponga a viajar a Kiev el próximo lunes en un claro gesto de apoyo a Volodimir Zelenski, que no estará exento de riesgos para nuestras relaciones con la Casa Blanca, en unos momentos muy difíciles para el futuro de la causa ucraniana tras el desacomplejado giro político de Donald Trump. Sin embargo, con Ucrania ya no son suficientes las políticas gestuales que no vayan acompañadas de medias concretas de apoyo, en este caso, militar, especialmente, ante la perspectiva de una mesa de negociaciones de paz para las que Zelenski no cuenta con las suficientes bazas.
Habrá tiempo para analizar las causas del cambio de posición de Washington, en el que se trasluce una animadversión personal de Trump hacia el mandatario ucraniano, aunque todo indica que la propaganda y la desinformación del Kremlin han conseguido permear la Casa Blanca a tenor de los argumentos tuiteros difundidos por el presidente norteamericano.
LA RAZÓN da cuenta hoy de las informaciones que llegan desde Francia y Reino Unido –que representan los ejércitos más fuertes de Europa y que son las dos únicas potencias nucleares del continente, a excepción de Rusia–, señalando la propuesta de desplegar un contingente europeo de interposición en Ucrania integrado por 30.000 soldados, decisión que, forzosamente, tendrá que implicar a la mayoría de los socios de la Unión Europea no alineados con Moscú, entre los que se encuentra España.
De ahí que nos refiriéramos al principio a la inutilidad práctica de las políticas de gestos si partimos del hecho insoslayable de que, a día de hoy, el gobierno que preside Pedro Sánchez carece del suficiente respaldo parlamentario para implicar a España es una operación militar de paz en Ucrania o, en su caso, para reforzar la Defensa nacional y proporcionar el armamento que necesita Ucrania para seguir resistiendo y poder sentarse a la mesa en condiciones de negociar. Simplemente, no vemos a aliados parlamentarios de Sánchez, como Bildu o ERC, tampoco a sus socios del Ejecutivo, Sumar y Podemos, apoyando con sus votos el reforzamiento del Ejército español y su despliegue en el seno de la UE, ya que parece poco probable que Trump se aviniera a participar con la OTAN.
Se argüirá que, llegado ese momento, el inquilino de La Moncloa podría contar con el apoyo del Partido Popular, obligado a secundar al Gobierno en esta cuestión de Estado, pero, si bien, la posición del líder popular Alberto Núñez Feijóo es favorable a un incremento de los gastos de defensa, es de una lógica aplastante que pretenda tener poder de decisión sobre en qué se gastan los fondos públicos y cómo se articulan las inversiones militares. O, dicho de otra forma, negociar unos Presupuestos del Estado de alcance estratégico y no sólo servir de muleta socialista.