El Euroblog
Grecia, un protectorado de Bruselas
"Un país paralizado por las deudas, que sólo se mantiene en pie gracias al apoyo de las potencias europeas y discapacitado por una administración ineficaz". Así describía el francés Edmond About a Grecia en... 1858. Su diagnóstico, pese a haber sido escrito hace 154 años, cobra una cruda actualidad en la Europa actual.
Finalmente, la pasada madrugada y tras trece horas de negociaciones, el Eurogrupo dio el visto bueno al segundo rescate a Gracia (130.000 millones de euros y una quita del 75%). El largo tira y afloja entre Atenas y la Troika (BCE, Comisión Europea y FMI) enseñó al comisario europeo de Finanzas, el finlandés Olli Rehn, que la palabra maratón es de origen griego.
Lo cierto es que al Gobierno griego del tecnócrata Lukas Papademos no le quedaba tiempo para evitar la cada vez menos temida suspensión de pagos. El 20 de marzo, Atenas tiene que hacer frente a un vencimiento de su deuda por valor de 14.400 millones de euros.
Pero, a cambio del salvavidas de 130.000 millones de euros, los griegos se han comprometido a un draconiano plan de recortes y reformas más parecido a las reparaciones de guerra que el Tratado de Versalles impuso a Alemania después de la Primera Guerra Mundial. El Gobierno heleno está obligado por ley a reducir los salarios entre un 20 y un 30% y a despedir a 150.000 funcionarios hasta 2015. No importa quién gane las proximas elecciones, previstas para abril. Los líderes de los dos principales partidos, el socialista Pasok y el conservador Nueva Democracia, se han comprometido por escrito a seguir la "hoja de ruta"marcada por Bruselas.
¿De qué se debatirá entonces durante la campaña electoral? Derecha e izquierda están atadas de pies y manos y, según las encuestas, pagarán en las urnas su impopular Gobierno de coalición. De celebrarse hoy elecciones, ninguno de ellos tendría escaños suficientes para gobernar. Los conservadores de Antonis Samaras sumarían un 19,4% de los votos, mientras que los socialistas, que aún dirige el ex primer ministro Yorgos Papandreu, un 13,1%, según un sondeos del instituto GPO. Quienes capitalizarán electoralmente el descontento popular serán las formaciones extremistas. Uno de los dos partidos de extrema izquierda podría superar en votos al Pasok, mientras que la ultraderecha, que oportunistamente dejó el Gobierno de coalición antes de que éste aprobara los recortes, aspira a sacar fruto de su campaña nacionalista.
En otras palabras, para evitar la bancarrota, Grecia sacrificará parte de su soberanía nacional, convirtiéndose "de facto"en una especie de protectorado de Bruselas. Así, la delegación de la Troika permanecerá de forma permanente en Atenas para escrutar y vigilar que el Ejecutivo cumple escrupulosamente sus compromisos. No vaya a ser que, como sugiere un informe que reveló ayer el "Financial Times", el país mediterráneo necesite un nuevo rescate de 50.000 millones de euros a partir de 2015.
Aunque necesario y urgente, este nuevo plan de rescate parte de una base errónea. Pone de nuevo el énfasis en la asfixia del maltrecho presupuesto griego en vez de promover la recuperación. Y sin crecimiento es imposible que el Estado recaude más dinero y logre reducir la deuda pública del 160% actual al 120,5% en 2020. Una utopía que requiriría que la economía helena creciera una media del 2% anual (este año caerá un 8%). Algo que ni siquiera Italia, un país infinitamente más rico que Grecia, ha conseguido.
pgarcia@larazon.es
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