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Verano preelectoral en Alemania

La Razón
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A siete semanas de las elecciones federales en Alemania, los partidos políticos ya calientan motores para seducir al electorado. Mientras que la canciller, la democristiana Angela Merkel, disfruta de sus vacaciones en el Tirol italiano, los socialdemócratas acaban de presentar en pleno verano su plataforma electoral.

El cabeza de lista socialdemócrata, Frank Walter Steinmeier, ministro de Asuntos Exteriores en la gran coalición desde 2005, sabe que no tiene tiempo que perder. Los sondeos conceden al SPD un raquítico 23%, muy lejos del 38% de los conservadores (CDU/CSU). Steinmeier confía en repetir la hazaña del ex canciller Gerhard Schröder y dar la vuelta a los comicios. Pero la situación ahora es muy diferente a la de 2005, cuando los socialdemócratas se quedaron a un punto de los democristianos. Ni Steinmeier tiene el carisma de su padrino político ni se enfrenta a un rival sin experiencia política.

El SPD se halla en la paradoja de haber formado parte de la gran coalición y haber contribuido a la recuperación económica de Alemania sin que la sociedad alemana se lo reconozca. Aunque un 78% de los alemanes se muestra seguro de que los democristiano ganarán los comicios el 27 de septiembre, un 27% de los votantes aún no sabe a quién votar. Para reducir la brecha demoscópica con la CDU/CSU, a los socialdemócratas sólo les queda convencer a los indecisos y arañar votos a Los Verdes y La Izquierda, formación que reúne a ex comunistas y disidentes socialdemócratas.

En el campo conservador, las cosas son mejor en apariencia. Las encuestas conceden a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y su hermana bávara, la Unión Social Cristiana (CSU) un 38%. Un apoyo insuficiente para gobernar sin su socio natural, los liberales del FDP, a los que las encuestas otorgan un 14%. Si los resultados confirman estas proyecciones se reeditará el pacto de Gobierno de la era Kohl (1982-1998).

A los dos grandes partidos les pesa la gran coalición en la campaña electoral. Resulta difícil hacer llegar mensajes diferenciados al electorado cuando se ha gobernado juntos durante cuatro años. Por eso, muchos "barones"democristianos demandan a la canciller poner fin cuanto antes a este matrimonio de conveniencia. Antes de partir de vacaciones, Merkel, tuvo que ceder ante sus aliados bávaros y prometer que bajará los impustos en la próxima legislatura. Una permanente demanda de la CSU.

El crecimiento de los pequeños partidos (verdes, liberales y La Izquierda) vuelve a ser, como en citas electorales anteriores, un factor determinante. La ausencia de mayorías absolutas obligará a los grandes partidos a formar coaliciones. Pocos podían pensar hace cuatro años que socialdemócratas y democristianos se verían obligados a formar la segunda gran coalición de la Alemania federal. Por tanto, nada está decidido hasta que cierren los colegios electorales el domingo 27 de septiembre.