El Príncipe lidera el «lobby» español

Varios miembros del COI han solicitado reuniones personales con Don Felipe para conocer el proyecto español. Los examinadores olímpicos tienen especialmente en cuenta la palabra del heredero, al que consideran un igual

Se acerca el día y crece el ajetreo en Buenos Aires. El aeropuerto se llena de carteles con nombres conocidos: «Sergey Bubka», se lee en uno. Otro miembro del COI se «salta» toda la fila que espera para pasar la aduana. Así de privilegiados son. Hace fresco y el tráfico es intenso. «En Buenos Aires hay mucha circulación, pero a esta hora no debería haber tanta», dice el taxista. Pero es que Buenos Aires es estos días el centro del mundo. Y en el centro de ese centro está el hotel Hilton, gigantesco, ya acordonado, rodeado de Policía, de vallas y de miembros de la Prensa japonesa, que están por todos lados, ya el paso permitido sólo para los «elegidos», o, casi mejor dicho, para los que tienen que «elegir». Hoy es el día duro de «lobby», la palabra más utilizada cuando se acerca la elección de la sede de los Juegos Olímpicos, de engatusar, de convencer, pero eso no quiere decir que el trabajo de los días anteriores fuera pequeño. «Hasta el último momento, hasta después de la exposición final, hay mucho que hacer», insiste Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español y de la candidatura. «Hay que seguir escuchando a los miembros del COI», añade. Y seguir explicando también las bondades de la candidatura española, el mensaje que quieren que quede en el subconsciente de que es la hora de unos Juegos Olímpicos con una inversión moderada. Y en eso están. Los pasillos hervían en el hotel y las reuniones se suceden una tras otra, casi incuantificables, sin respiro, de una sala a otra del edificio. «El Príncipe se ha reunido con muchos, pero incluso a veces son ellos los que piden verle a él para que se lo explique», asegura un miembro de la candidatura que presencia y es partícipe de todo el movimiento, porque el acceso está restringido para la Prensa.

Los encargados de decidir dónde serán los Juegos en 2020 deben votar también quién será el futuro presidente y eso les tiene más preocupados, cuál de los seis candidatos que hay ocupará el puesto de Jacques Rogge. Por eso estos días finales son más importantes que en otras ocasiones, reza una de las teorías: esta vez el voto está menos decidido a estas alturas porque hay algo que desvía la atención. Otros dicen que el 80 por ciento ya sabe cuál será su elección. Don Felipe está dando ejemplo como hizo en Lausana, la cita tan importante que se vivió en julio y que impulsó a Madrid en la lucha por ser sede de los Juegos de 2020. Fue su relanzamiento. Allí, llegaba el primero y se iba el último, «cuando apagaban la luz», según las personas que estuvieron cerca. Lo mismo que ahora, ya acompañado de la Princesa Letizia, que aterrizó por la mañana. «Para eso ha venido», dice una persona de Madrid 2020 del heredero de la Corona de España. Los representantes del Comité Olímpico Internacional tienen en cuenta su palabra, le consideran casi como un igual en el sentido de que Don Felipe también ha sido olímpico y por eso son ellos los que piden reunirse con el Príncipe. «Una cosa es hablar inglés y otra tener la capacidad de convencer en ese idioma y de transmitir emoción, y el Príncipe es capaz de ello», afirma Patxi Perurena, que también va de reunión en reunión junto a los otros miembros COI españoles, Marisol Casado y Juan Antonio Samaranch, Alejandro Blanco o Theresa Zabell. El trabajo fue intenso también ayer para Pau Gasol, que después de la conferencia de prensa se fue al Hilton a comer. Es una de las grandes atracciones en la capital de Argentina y lo sería en cualquier sitio porque le conocen en todo el mundo. Allí se reunió con todos los miembros de la candidatura para, por la tarde, hacer un ensayo general de tres horas y media de lo que será la presentación de mañana, que durará 45 minutos. Sólo faltó el representante del Gobierno ya que Mariano Rajoy está en la cumbre del G-20 en San Petersburgo, aunque espera llegar a tiempo el sábado, y los ministros de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert; de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, y de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria –alguno podría ocupar el puesto del presidente en la exposición final si hubiera algún retraso– volaban en el momento de la puesta en escena.

Después de la mañana de «lobby», el Príncipe Felipe fue recibido por el vicepresidente argentino, Amado Boudou, con quien se había reunido antes y de quien recibió después una camiseta de la selección argentina con el número «10», el de los «jugones», y su nombre impreso en ella. «Son días de dormir poco», dicen en la candidatura madrileña. Hasta mañana no habrá descanso. Se sabrá si el final es feliz.

Jacques Rogge no se moja: «Las tres opciones son buenas»

El presidente del Comité Olímpico Internacional vive sus últimos días como tal en Buenos Aires y a dos días de la elección de la sede de 2020 estuvo diplomático: «Las tres propuestas son muy buenas y cualquiera podría organizar unos Juegos muy buenos», dijo sobre Tokio, Madrid y Estambul. Eso sí, mostró su preocupación por el retraso en las obras de Río, que en parte son su legado porque él quería ser el primer presidente en llevar unos Juegos a Suramérica: «La construcción de las infraestructuras debería ir a un ritmo más elevado. Somos optimistas, aunque hay que tener en cuenta que el tiempo pasa muy rápido». Uno de los puntos en contra de Estambul es que algunos miembros del COI creen que allí esto se puede repetir.