Elecciones 24-M
El PP revalidaría en unas generales
La extrapolación de los resultados de ayer a unas generales deja claro que PP y PSOE seguirían siendo hegemónicos, pero sin gobernar en solitario
El ejercicio de extrapolar los votos de unas elecciones municipales a otras generales es muy arriesgado, ya que son comicios completamente diferentes y el comportamiento de los electores difiere de modo notable. En unas elecciones locales los dos grandes partidos siempre han obtenido porcentajes de voto inferiores a los que logran en las elecciones generales. Hay que tener en cuenta que la abstención en unas elecciones locales es superior a la de unas elecciones generales, que el voto municipal está condicionado más por el candidato que por la marca electoral y finalmente por la concurrencia de candidaturas independientes que atraen una parte de los votos de los grandes partidos.
Si comparamos los resultados del Partido Popular en las elecciones locales de 2011 con el de las elecciones generales de ese mismo año, llegamos a la conclusión de que en la convocatoria de noviembre aumentó del 18,9% su voto, mientras que el PSOE también lo incrementó, pero en un 3,6%. Por lo tanto, si aplicamos esos mismos porcentajes de crecimiento a los resultados de las elecciones locales de 2015 obtendremos un pronóstico para las próximas elecciones generales; el PP recibiría el 32,1% del voto válido y el PSOE, el 26,0%. Mientras, carecemos de antecedentes electorales para poder predecir la evolución electoral de Podemos y Ciudadanos, extrapolando datos de elecciones locales con elecciones generales, pero sí tenemos los resultados del barómetro de abril de NC Report para LA RAZÓN que situaba a Podemos con una expectativa de voto en una elecciones generales del 12,9% y a Ciudadanos en el 12,0%. La proyección sobre el Congreso de los Diputados de los resultados de las elecciones locales colocaría al PP con el grupo parlamentario más numeroso con 135/145 escaños, seguido del grupo socialista con 115/125 diputados. Mientras que los emergentes Podemos y Ciudadanos contarían con grupos parlamentarios similares, en el entorno de los 25/30 diputados cada uno. La suma de escaños de PP y Ciudadanos sería de 160/175 diputados.
Continuando con la hipótesis de extrapolación el PP perdería 14,5 puntos con respecto a las elecciones generales de 2011, mientras que el PSOE caería 1,2 puntos porcentuales. Izquierda Unida retrocedería 2,5 puntos y quedaría con el 4,4 de los votos. CIU bajaría 0,5 puntos, pasaría del 4,2% al 3,7%, mientras que ERC duplicaría su resultado, subiendo del 1,1% de 2011 al 2,2%. Amaiur bajaría 0,1 puntos al tiempo que el PNV ganaría 0.3 puntos.
Esta extrapolación debe considerarse con prudencia, pues el camino que queda por recorrer hasta las próximas elecciones generales podría hacer variar estas predicciones.
Los resultados de las urnas deben ser interpretados como una primera vuelta puesto que en la mayoría de ayuntamientos y comunidades autónomas no se ha alcanzado la mayoría absoluta. La segunda vuelta tendría lugar en los meses de junio y julio con motivo las sesiones de investidura en alcaldes y presidentes autonómicos.
Desde 1982 los españoles hemos participado en diez elecciones generales, y en cinco de ellas hemos votado por mayorías absolutas y en otras cinco por amplias mayorías suficientes para gobernar el primer partido en solitario.
El veredicto de las urnas el 24-M coincide con el del las Elecciones Europeas de 2014 en una apuesta de la mayoría de la ciudadanía por la estabilidad del bipartidismo pero crece una facción del pueblo que apuesta por obstaculizar el gobierno en solitario de populares o socialistas. O del PNV y de CIU en el País Vasco y Cataluña.
A esta anómala situación se debe dar una respuesta de conjunta de los principales partidos políticos, tanto de ámbito nacional como autonómico. Varías son las fórmulas; la gran coalición al estilo alemán o bien sencilla y llanamente facilitando la investidura de la lista más votada.
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