Política
Los «ministros de la crisis» no harán apenas campaña electoral
El presidente asumirá el protagonismo del discurso de la recuperación económica
El PP le ha preparado a Mariano Rajoy una campaña presidencialista. Su objetivo no es competir con PSOE, Ciudadanos y Podemos bajo el mantra del voto del cambio, sino acentuar la imagen de Rajoy como presidente del Gobierno más que como candidato. Y proyectarle electoralmente como aval de continuidad de la recuperación económica y como garantía de estabilidad y experiencia. Él asumirá el protagonismo del discurso de la recuperación y del empleo, con una intensa presencia que le llevará por todas las comunidades autónomas. Madrid, Valencia y Andalucía son tres plazas capitales para los populares. Pero la dirección popular ha organizado una campaña en paralelo en la que reparte protagonismo entre otros primeros espadas. Ahí jugará fuerte la vicepresidenta y «número dos» de la candidatura por Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría. Y también han dado juego a la mayoría de los ministros, pero promocionando más a aquellos que tienen una mayor «pegada» en el nicho electoral al que dirigen su discurso de campaña. Es el caso, por ejemplo, de la vicepresidenta, o de los ministros de Sanidad, Alfonso Alonso; la titular de Empleo, Fátima Báñez, o la ministra de Fomento, Ana Pastor.
El titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, va a tener muy poca presencia en la actividad electoral. Como gestor de algunas de las decisiones más impopulares, y su manera de trasladarlas, han hecho que su imagen haya sufrido más que la de otros el desgaste por la acción de Gobierno. Él ha anticipado que no repetirá en otro Ejecutivo popular.
También va a estar muy poco presente el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, quien durante toda la legislatura se ha mantenido en un papel más técnico que político. No está tan afectado como Montoro por el desgaste de la gestión de la crisis, pero su decisión personal de volver a la actividad privada le coloca ya en una posición de salida. Asimismo, no hará nada de campaña el ministro de Defensa, Pedro Morenés, que mantiene su condición de independiente. También pesa el perfil institucional de su cartera y la conveniencia de que no se mezcle con cuestiones más partidistas.
Sí tienen las agendas completas los vicesecretarios del PP. El hecho de que en estos comicios el PP no haya podido limitar el mapa de provincias prioritarias, porque prácticamente en todas tiene en juego escaños, les obliga a multiplicar la presencia y la resonancia de su mensaje. Los porcentajes de voto que señalan las encuestas dejan en el aire el riesgo de que en un contexto excepcional, porque los dos principales partidos estén por debajo del 30 por ciento, la aplicación de la Ley D´Hont salte por los aires en el tradicional reparto de los restos, que hasta ahora beneficiaba a los partidos mayoritarios. Y esto eleva la incertidumbre en todos los terrenos. Las previsiones más optimistas que manejan en Génova apuntan a los 130 escaños, pero de manera no oficial reconocen que no descartan que puedan quedarse en el margen de los 120 escaños. Su temor no está en que Ciudadanos les adelante, pero sí en que la suma de los de Albert Rivera, en plena «luna de miel», y del PSOE pueda alcanzar los 175 escaños. Para conjurar este riesgo, la estrategia decidida por el comité de campaña se dirige a mantener a Pedro Sánchez como su principal adversario político, mientras que Rajoy esquivará el cuerpo a cuerpo con el líder de Ciudadanos. «Esto no quiere decir que no vayamos a cuestionar la oferta y lo poco que hay debajo de la campaña de imagen de Rivera y de Podemos, pero sin convertirles en nuestra principal referencia expresa», explican desde el comité de campaña. Así, el PP intentará equilibrar el mensaje de que «votar a Ciudadanos no es votar al PP» y el discurso sobre «los riesgos» de los partidos emergentes con la estrategia de no colocarse de igual a igual con Rivera, ningunearle en la medida de lo posible para no ayudarle a erigirse en alternativa ni álter ego de Rajoy, según explica un miembro de la dirección. En las filas populares miran al día después del 20-D cada vez más convencidos de que su futuro Gobierno tendrá que pasar por algún tipo de entendimiento con Ciudadanos.
Respecto a quiénes participan en la campaña electoral, en los pasados comicios autonómicos y municipales hubo ministros que contaron con muy buen cartel. Fue el caso de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, las titulares de Fomento y Agricultura, Ana Pastor e Isabel García Tejerina, y el de Sanidad, Alfonso Alonso. Así, Santamaría realizó una muy intensa campaña, al igual que Pastor y García Tejerina. Por contra, Montoro no fue tampoco requerido en esas fechas, ni fueron demandados el titular de Defensa, Pedro Morenés, ni el entonces responsable de Educación, José Ignacio Wert.
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