Tensión
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, a cara de perro en la recta final de campaña
Los morados aspiran a mantener viva la pugna en la izquierda por el poder con los resultados del 9J y Sumar busca consolidar su espacio tras varias derrotas
La izquierda alternativa vive estas elecciones a cara de perro. Ambos son conscientes de que el resultado electoral medirá el peso de cada formación de cara al futuro en un momento de máxima tensión entre ambas fuerzas, en el pasado hermanas. Los morados viven estas elecciones como si fueran unas primarias en las que la ciudadanía debe elegir entre que izquierda prefiere y fían su futuro al resultado de Irene Montero en las urnas el próximo 9 de junio.
En Sumar, sin embargo, rechazan esta lectura y aseguran no estar viviendo estas elecciones como una competición. De hecho, dentro de la formación niegan que el resultado de las urnas pueda dirimir el peso de Sumar y de Podemos dentro de la izquierda y focalizan todas sus fuerzas en que el voto de Sumar sirva para reforzar a los de Yolanda Díaz en Moncloa.
Los morados están convencidos de que resurgirán tras el 9J y en la recta final de la campaña han aprovechado para relanzar a su principal activo electoral, Pablo Iglesias, quien ha participado ya en varios mitines electorales para apoyar a su candidata a Europa, Irene Montero. Ayer, Pablo Iglesias y Yolanda Díaz coincidieron en un mitin en la recta final de la campaña electoral en Málaga. No se cruzaron, sino que ambos tenían actos en la misma ciudad. El exlíder morado aprovechó a poner en valor a su formación en un momento clave donde se juega la supervivencia de los morados. Desde allí, centralizó sus críticas en el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que acusó de no poner nombre a quienes dice que desde los medios de comunicación y tertulia le critican en medio de la investigación por tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Además, desde el mismo escenario, no dudó en atacar a Yolanda Díaz -sin nombrarla- y en exhibir fuerza electoral.
Ayer, desde un mitin en Málaga, no dudó en atacar –sin nombrarla– a Yolanda Díaz y en exhibir fuerza electoral. «Nos daban por desaparecidos como a Ciudadanos», dijo. "Hace falta una izquierda que diga la verdad, que asuma que la batalla política principal es la batalla por las conciencias" y que se "atreva a decir lo que nadie se atreve a decir", dijo. Llamó a su formación a «no conformarse con dos diputados». "A veces decir la verdad, cuenta", dijo. En la formación morada se ven en tendencia alta de crecimiento y en sus trackings electorales leen la posibilidad de llegar a los dos diputados. En otros mitines electorales, el exlíder morado ha pedido a su electorado volver a ser la "fuerza hegemónica" en la izqauierda y el "director de orquesta" de las transformaciones del país. Todo entre reproches a Sumar, a quien considera un espacio "tóxico" y que no tiene "nada" para presumir de avances.
Mientras, en Sumar han evitado durante toda la campaña entrar en la pugna con Podemos y han centralizado la estrategia en tratar de no quedar reducidos por la estrategia de concentración del PSOE, todavía más afinada después de la segunda carta a la ciudadanía de Pedro Sánchez y su defensa a Begoña Gómez como activo en campaña. "Hechos y no palabras" es el principal lema sobre el que versa la campaña de Sumar. Palabras, sería, lo que prometen los morados, y hechos, lo que Díaz y sus ministros llevan al Consejo de Ministros. La vicepresidenta y líder de Sumar, aprovecha en esta campaña en la que acompaña a su candidata Estrella Galán, a exhibir los logros en Moncloa como la subida del Salario Mínimo Interprofesional o la reforma laboral, o los futuros en los que está trabajando: la reducción de la jornada laboral, como reto inmediato. Consciente de que se juega la consolidación de Sumar como partido político tras tres derrotas electorales, se ha volcado con una decena de actos a lo largo de todo el país. El objetivo es sacar entre 4 y 5 escaños. La horquilla más alta sería la que más tranquilizaría a todos los partidos que componen Sumar puesto que se garantizaría que Más Madrid tendría representación en Europa. Las encuestas, sin embargo, no ofrecen más de tres o cuatro escaños. Quedarse sin el cuarto representante en Europa abriría un cisma dentro de la coalición electoral puesto que Izquierda Unida se quedaría fuera del Parlamento Europeo.
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