Videos

La renuncia de Sánchez «desmoviliza» la rebelión del «no»

Sólo 15 diputados rompen la disciplina de voto y algunos se abstienen «por imperativo legal».

Los 15 diputados socialistas que han roto la disciplina de grupo votando en contra de la investidura de Rajoy: (de izda a dcha y de arriba a abajo) Margarita Robles, Susana Sumelzo, Odón Elorza, Rocio de Frutos, Zaida Cantera, Meritxell Batet, Joan Ruiz, Merce Perea, Manel Cruz, José Zaragoza, Lidia Guinart, Marc Lamuá, Pere Joan, Sofía Hernanz y Luz Martínez Seijo.
Los 15 diputados socialistas que han roto la disciplina de grupo votando en contra de la investidura de Rajoy: (de izda a dcha y de arriba a abajo) Margarita Robles, Susana Sumelzo, Odón Elorza, Rocio de Frutos, Zaida Cantera, Meritxell Batet, Joan Ruiz, Merce Perea, Manel Cruz, José Zaragoza, Lidia Guinart, Marc Lamuá, Pere Joan, Sofía Hernanz y Luz Martínez Seijo.larazon

Sólo 15 diputados rompen la disciplina de voto y algunos se abstienen «por imperativo legal».

No hubo sorpresas. Sólo los 15 diputados socialistas que habían mantenido públicamente su «no» a Mariano Rajoy materializaron su desafío a la resolución del Comité Federal que exigía la abstención en la investidura. La renuncia de Pedro Sánchez horas antes de que arrancara la sesión decisiva de la misma tuvo un efecto «desmovilizador» sobre los eventuales díscolos. Se llegó a especular con que hasta 20 diputados podrían incumplir la disciplina de voto –si era el propio Sánchez quien enarbolaba la bandera de la desobediencia– como medida de presión para evitar la expulsión, ya que, si llegaban a ser al menos 18 parlamentarios, echarlos del Grupo Socialista e integrarse en el Mixto provocaría el temido «sorpasso» de Unidos Podemos, que pasaría a liderar la oposición con mayor número de escaños.

Finalmente, quienes mantuvieron el desafío fueron los siete diputados del PSC (Meritxell Batet, Manuel Cruz Rodríguez, Lídia Guinart, Marc Lamuà, Mercè Perea i Conillas, Joan Ruiz i Carbonell y José Zaragoza), cuyo Consejo Nacional aprobó una resolución alternativa a la del Comité Federal del PSOE para mantener el veto a Mariano Rajoy. Esta postura fue considerada por la gestora como una «ruptura unilateral» de las relaciones y está por ver si finalmente tiene consecuencias. A ellos se sumaron las dos independientes que Pedro Sánchez incluyó en la lista que lideraba por Madrid: Margarita Robles, muy vehemente en su defensa del «no» por compromiso electoral, y Zaida Cantera, que se sumó al movimiento díscolo a última hora. Por federaciones, los dos diputados de Baleares, Sofía Hernanz y Joan Pere Pons, siguieron el mandato de «coherencia» de su líder, Francina Armengol, por encima del pautado por el Comité Federal. La diputada por Zaragoza, Susana Sumelzo, y las castellanoleonesas María Luz Martínez Seijo y María del Rocío de Frutos, y el guipuzcoano, Odón Elorza, cerraron la rebelión socialista.

Se barajaba que algunos parlamentarios gallegos como la presidenta de la gestora del PSdeG, Pilar Cancela, también pudieran desobedecer el mandato del partido, pero finalmente, junto a otros diputados afines a Sánchez, cumplieron la disciplina de voto. No sin pesar. No en vano, la propia Cancela abandonó el Hemiciclo visiblemente compungida. Otros miembros de la depuesta ejecutiva de Sánchez decidieron optar por una fórmula alternativa: la de «por imperativo, abstención». Quienes la pronunciaron fueron María González Veracruz y Adriana Lastra, que hubieran votado «no» si Sánchez no se hubiera retirado. Por su parte, el otrora mano derecha del ex secretario general, César Luena, se abstuvo sin protesta verbal, aunque en su blog personal explicó que «aceptaba, aunque no compartía», una decisión que considera «torpe y, quién sabe, si interesada». Dentro de los críticos se entiende su postulación y se considera que el hecho de que hayan decidido optar por la abstención implica que «el aparato se ha impuesto» y entienden que «en conciencia están con nosotros». Hasta el final, tanto Margarita Robles como Susana Sumelzo intentaron que Pedro Sánchez no abandonara su escaño y abanderara el «no» a Rajoy en la votación de investidura.

La anécdota en la votación la pusieron los diputados Patxi López y Josefa Inmaculada González Bayo, a quienes les computaron en un primer momento como «noes» y tuvieron que rectificar posteriormente y repetir su «abstención».