Investigación

20 años del 11M: el misterioso imán argelino que dinamizó la célula en la mezquita de la M-30

El atentado no se correspondía con la forma de actuar de ETA y las primeras detenciones avalaron la pista yihadista. La identidad del clérigo sigue siendo un misterio

Forensic experts inspect the trains which exploded at the Atocha train station the day before, 12 March 2004 in Madrid. At least 198 people were killed and more than 1400 wounded in bomb attacks on four commuter trains, 11 March 2004.
Forensic experts inspect the trains which exploded at the Atocha train station the day before, 12 March 2004 in Madrid. At least 198 people were killed and more than 1400 wounded in bomb attacks on four commuter trains, 11 March 2004.Jack GUEZAFP

La entrevista tuvo lugar en el despacho madrileño de uno de los más importantes imanes, ya fallecido, de la comunidad musulmana en España. Dos periodistas de LA RAZÓN buscaban datos sobre el 11M. La reunión duró un par de horas, hasta que el clérigo consideró que las preguntas que se le realizaban eran «más de policías que de periodistas».

A lo largo de la sesión, el imán, que después sería vinculado a actividades de financiación de Al Qaeda, reveló que los autores de los atentados del 11M se reunían regularmente, no los viernes, día tradicional de rezo, en una de las salas de la mezquita de la M-30 en Madrid y que a las mismas acudía, para dinamizar al grupo, un imán que viajaba desde Argelia.

Fueron inútiles las preguntas para que revelara el nombre del clérigo y, al ser interpelado sobre si había comunicado en algún momento lo que ocurría a las Fuerzas de Seguridad (algunos de los asistentes a las reuniones eran conocidos por su radicalidad), la entrevista se acabó, con la citada referencia a la labor policial de los informadores.

Ante la relevancia del asunto y por entender que afectaba a la seguridad nacional, uno de los periodistas lo puso en conocimiento de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional para que fuera investigado, lo que, sin duda, ocurrió, aunque se desconoce cuáles fueron los resultados.

¿Este hecho permite deducir que Argelia estaba detrás de los atentados? Desde luego que no, como tampoco se puede acusar a un país vecino, Marruecos, de complicidad en la matanza por el hecho de que la mayoría de los terroristas tuvieran esta nacionalidad (también había argelinos). Argelia sufre desde hace años los ataques de una de las franquicias más peligrosas de Al Qaeda y, por lo tanto, no es extraño que el núcleo central de la banda yihadista encargara a uno de sus imanes que dinamizara, desde el punto de vista de la radicalización religiosa, a los integrantes de la célula que preparaba la masacre de Madrid.

Al Qaeda

Lo que está acreditado por investigaciones basadas en pruebas fehacientes es que la autoría de la matanza corresponde a Al Qaeda, al frente de la cual estaba entonces Osama Ben Laden. Llama la atención que en los atentados de Al Qaeda contra las embajadas norteamericanas de Kenia y Tanzania, así como contra el destructor USS Cole, en Yemen, nadie puso en duda la autoría de la banda yihadista, pero que en los casos del 11S y 11M se hayan construido una serie de teorías conspiradoras que tanto daño han hecho a las víctimas, entre ellas la de atribuir, durante más de un año, mediante constantes informaciones que se demostraron falsas, la autoría a ETA.

El atentado no se correspondía con la forma de actuar de ETA ya que, en casos semejantes, siempre avisaba de la colocación de las bombas. Era cierto que no hacía mucho tiempo se había encontrado en poder de un cabecilla etarra, Kepa Picabea, un documento en el que se hablaba de atacar con bombas el Metro de Madrid, pero en ningún caso se decía que fuera para causar una matanza indiscriminada. Quienes mantuvieron desde el primer momento la autoría yihadista y se lo comunicaron a sus responsables, se encontraron con el muro infranqueable de la información que el Gobierno, a través de su propio presidente, hacía llegar a los directores de los medios sobre la no cuestionable autoría de ETA. Un grave error que le costó al PP perder unas elecciones que tenía ganadas. Inexplicablemente, fueron desatendidas evidencias que desacreditaban esa hipótesis. El propio responsable de explosivos de ETA, Esparza Luri, que era vigilado por la Guardia Civil en Francia y detenido el mes siguiente, lo dijo desde el primer momento. Era él quien hubiera tenido que facilitar las bombas y no era así. Daba igual, el relato esta construido desde el Ejecutivo y no se modificó hasta que se produjeron las primeras detenciones que avalaban la pista yihadista.

Uno de los errores que pudieron conducir a este embrollo, por llamarlo de una manera, fue el hecho de que un agente de Policía comunicara a uno de los magistrados de la Audiencia Nacional desplazado a la estación de Atocha que las bombas estaban compuestas por Titadine. Era una marca comercial, no un tipo de explosivo, y es verdad que ETA lo utilizaba porque había robado determinadas cantidades en Francia. Las investigaciones demostraron de dónde había salido el explosivo y no era precisamente de los polvorines clandestinos de la banda terrorista.

Lo del imán argelino continúa siendo un misterio, pero cabe deducir que formaba parte de alguna de las franquicias de Al Qaeda en el Magreb y que, desgraciadamente, cumplió a la perfección la misión criminal que le habían encomendado.

"Castigo a España"

No es casualidad que cuatro días después de los atentados, el 15 de marzo de 2004, la cadena de televisión árabe Al Arabiya, con sede en Dubai, retransmitiese una grabación sonora de Osama Ben Laden en la que el terrorista justificó el ataque y aseguró que «el 11M es el castigo a España por sus acciones en Irak, Afganistán y Palestina». «Lo que ocurrió el 11 de septiembre y el 11 de marzo es la manera de devolveros vuestra mercancía. Tenéis que saber que la seguridad es necesaria para todos». El mensaje del cabecilla yihadista, abatido por una unidad de élite USA en Pakistán, era similar al vídeo que los autores materiales del 11M grabaron vestidos de blanco y cargados de explosivos. Y ya se sabe que en terrorismo no hay casualidades. La grabación, por cierto, fue depositado en una papelera en las proximidades de la mezquita de la M-30.

Además, cuando los Navy Seal norteamericanos abatieron a Ben Laden en Abottabbad (Pakistán), encontraron la carta de un terrorista en la que subrayaba que la «caída del Gobierno de Aznar» fue «una gran victoria para las víctimas de todo el mundo y para los que murieron en Madrid». Establecía una relación causa efecto entre la masacre y que el PP perdiera las elecciones.

«En el pasado, la gran revolución francesa había noqueado a la dictadura de reyes y curas, hoy la ‘‘Revolución Española’’ se ha convertido en un gran evento histórico y ha causado un potente terremoto al dirigir los primeros golpes más dolorosos y peligrosos a los peligrosos grupos de la muerte en Estados Unidos causando la caída del Gobierno de Aznar, que es una de sus eficaces herramientas. Esta es una gran victoria para todas las víctimas en todo el mundo y para aquellos que murieron en Madrid en particular», dice la carta, que permaneció secreta durante algún tiempo hasta que fue desclasificada por las autoridades norteamericanas.

«Por la gracia de Alá, los honorables muyahidines globales golpearon los trenes españoles con múltiples y mortales explosiones en hora punta, lo que condujo, por la gracia de Alá, a que los españoles comprendieran el mensaje», se lee en inglés en el documento que estaba en poder de Ben Laden, titulado «Franquicia del Terror» y firmado por el «comandante de operaciones de Khorasan», franquicia de Al Qaeda en Afganistán, Abu Salih Al Somali.

¿Para qué guardaba esa carta Ben Laden en su escondite? ¿Por qué grabó el mensaje televisivo tras la matanza en los trenes de Madrid? ¿Por qué los yihadistas se refieren al 11M como las «benditas acciones»? Además, el mismo día de los atentados hubo una reivindicación de Al Qaeda a un panfleto que se editaba en Londres. Al final de cualquier cosa relacionada con el 11M están las víctimas; las citadas teorías conspiradoras les hicieron mucho daño, como la autoría de ETA, que, inexplicablemente, algunos mantienen.