España
Los guardias civiles exigen al Gobierno vasco que les reconozca como víctimas
“Los vascos viven ahora en libertad gracias al trabajo de los agentes de la Benemérita”
Está en marcha una importante iniciativa para que miles de guardias civiles (y policías) que trabajaron en el País Vasco en los años en que ETA cometía atentados, sean reconocidos como víctimas de acuerdo con la ley 12/2016 de Reconocimiento y Reparación de víctimas de vulneraciones de derechos humanos.
El Ejecutivo que preside Íñigo Urkullu se va a en contra encima de la mesa con miles de peticiones que, de hacerse justicia, habrán de ser resueltas de forma favorable.
La Asociación Pro Guardia Civil (APROG) ha remitido a los agentes un dossier en el que se explica pormenorizadamente los pasos a seguir para formular las solicitudes.
Se considera muy conveniente que “todos aquellos que durante décadas han visto vulnerados sus derechos como consecuencia de la actividad terrorista de ETA soliciten ese reconocimiento”.
Conviene recordar algunos de esos derechos pisoteados durante décadas, y al leerlos recordaremos las condiciones de vida de los guardias civiles y sus familias en el País Vasco, bajo la amenaza constante y cruel de los comandos de ETA y sus palmeros; argumentos tristemente 2 reales que pueden y deben esgrimirse en la solicitud de ese reconocimiento nunca reconocido hasta ahora ni tampoco reparado: derecho a la vida; derecho a la libertad; derecho a la seguridad personal • Derecho a la igualdad por razón de origen o condición; derecho a no ser sometido a torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes; derecho a la vida privada, familiar, a su domicilio, a su honra y reputación; derecho a circular libremente y a elegir su residencia; derecho a la propiedad...etcétera.
Recuerdan que además de personas anónimas y de manera individualizada, muchos fueron los colectivos, por su condición como tales, directamente amenazados por los terroristas vascos; guardias civiles, policías, militares, periodistas, funcionarios de prisiones, jueces, y un largo etcétera. Los ataques documentados de los comandos de ETA, ordenados por la Dirección y publicados en sus comunicados habituales, pueden ser de gran importancia probatoria a la hora de demostrar la vulneración de derechos. Y todos aquellos que algún día aparecieron en las “listas negras” de ETA, y fueron muchos miles, tienen a su alcance la más evidente demostración de haber sido víctimas de ETA, y que arrastraron ese miedo hasta que la banda terrorista fue aniquilada por el Estado de Derecho, con el esfuerzo y aportación mayoritario de la Guardia Civil.
Subrayan que la Guardia Civil sufrió casi 5001 atentados directos (186 ametrallamientos, 270 con explosivos, etc.), más de 300 contra personas y 161 contra instalaciones, la gran mayoría cuarteles donde residíamos junto a nuestros familiares directos. 215 guardias civiles, en activo y retirados, fueron asesinados, y 17 familiares corrieron la misma suerte, la mayoría niños.
“Miles y miles de guardias civiles y sus familiares directos han sufrido durante décadas las amenazas y los miedos que diariamente los terroristas vascos de ETA nos causaban, y lo hacían matándonos siempre que podían. Por su memoria, por ellos, el resto debemos colaborar en construir el relato real de lo que allí ocurrió. Que nadie nos robe ni la verdad, ni nuestros derechos. Ahora los vascos que viven en libertad, en gran parte gracias a esos miles de guardias civiles y sus familias, deben reconocer y reparar el daño que nos hicieron otros vascos”, agregan.
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