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El Gobierno ignora a los expertos en la vuelta al trabajo

Los especialistas alertan de que lo «lógico es que aumente el número de contagios». Sanidad recomienda el uso de mascarillas, a pesar de que las farmacias aseguran que no hay stock disponible.

El Ejecutivo se enfrenta a partir del lunes –con la reincorporación a la actividad de los trabajadores no esenciales– a su primer examen en lo concerniente a las medidas de desescalada paulatina que tiene previsto implantar en el futuro. Sin embargo, la decisión no sólo suscita dudas a nivel empresarial, sino también, y lo que es más grave, desde el punto de vista epidemiológico.De entrada, no ha contado con el aval de los expertos de los que se rodeó el propio Gobierno para asesorarse sobre la crisis del coronavirus. Antoni Trilla, jefe de Epidemiología del Hospital Clínico de Barcelona e integrante, junto con otros cinco especialistas de diferentes áreas, de dicho comité científico, aseguró ayer en Catalunya Ràdio que «no nos han consultado sobre esto», y apuntó que «lo lógico es que aumente el número de contactos y, por tanto, el número de casos».

Para evitarlo, el Gobierno ha puesto en circulación una «guía de buenas prácticas y recomendaciones de higiene» para los trabajadores que se reincorporarán entre el lunes y el martes de la próxima semana a su actividad laboral. En Moncloa consideran que este compendio de pautas o conductas recomendables son «suficientes» para garantizar que los ciudadanos que vuelvan a sus trabajos lo hagan en condiciones de seguridad óptima. Se priorizan las tres instrucciones básicas: mantener la distancia interpersonal de al menos 2 metros, adoptar medidas de higiene personal –lavarse las manos con frecuencia– y fomentar la higiene en espacios públicos y privados.

A estas indicaciones, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, incluyó que, siempre que se pueda, se evite utilizar el transporte público. Esto es, acudir preferiblemente al trabajo caminando, en bicicleta o en vehículo privado. Pero en el caso de que esto no sea posible, Illa anunció que Sanidad va a facilitar «mascarillas higiénicas» a la entrada de las estaciones de metro o cercanías, entre otras infraestructuras de transporte, en las que se puedan dar situaciones de masificación no deseadas. La recomendación del uso de mascarillas «reutilizables» supone un cambio de criterio, ya que hasta ahora se consideraban «innecesarias», y se establece como un «nuevo tipo complementario» a las tres pautas que se indicaban anteriormente sobre higiene y distancia interpersonal. Desde el Gobierno se asegura que se va a activar la producción nacional y la adquisición de estas mascarillas, pero no se ha detallado en concreto cómo se va a garantizar la provisión de las mismas a los usuarios que las necesiten.

Especialistas consultados por este diario cuestionan la iniciativa del Gobierno de recuperar la actividad no esencial, pues requeriría reglar todos los extremos al máximo posible para que los trabajadores tengan condiciones de seguridad: desde la forma en la que han de ir a su puesto de trabajo –en vehículo individual con uno, dos o ningún pasajero, o en transporte público–hasta el uso taxativo de medios de protección para evitar los contagios. «No basta con decir que los trabajadores cojan voluntariamente las mascarillas a la entrada de los transportes públicos», asegura un epidemiólogo implicado en la lucha contra el virus que prefiere mantener su nombre en el anonimato. Uno de los grandes problemas de esta decisión, asegura, es que en España no se han hecho test de detección entre la población por lo que numerosos infectados asintomáticos pueden mezclarse con otros trabajadores que no lo están en los medios de transporte y en el propio centro de trabajo, aunque se cumplan a rajatabla las recomendaciones emanadas del Gobierno en el ámbito laboral.

Es más, en los lugares de trabajo, el Gobierno descarga en las empresas la obligatoriedad de facilitar esos medios de protección a sus trabajadores, sin aclarar cómo se las van a facilitar en los apenas tres días que quedan para esa reactivación productiva. La posibilidad de que iniciativas como ésta disparen las infecciones de nuevo es una realidad. Este experto recuerda que los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Atlanta estiman que en Estados Unidos los fallecidos representan en torno al 2% de los infectados. Si se traslada dicha proyección a España, en estos momentos habría en nuestro país cerca de 800.000 portadores del virus, frente a los 157.022 infectados confirmados que figuran en las estadísticas oficiales del Ministerio de Sanidad. Un cóctel de relojería si irrumpen otra vez de golpe en el ámbito laboral.

Sin stock en las farmacias

A esto se suma la carestía de mascarillas en las farmacias. Quienes se desplacen a su lugar de trabajo en su vehículo particular, no tendrán acceso a los puntos de reparto en las estaciones de metro, de cercanías, etcétera y tampoco podrán adquirir una mascarilla en una farmacia, donde por lógica debería facilitarse ese producto sanitario ahora tan esencial contra el Covid-19. Así, según pudo saber ayer LA RAZÓN, el lunes no estarán disponibles en estos establecimientos: «Pese al esfuerzo realizado por todo el sector, el lunes aún no habrá mascarillas en la mayoría de las farmacias. Esperamos que esta situación se regularice en poco tiempo», aseguraron a este periódico fuentes del Consejo General de Colegios Farmacéuticos. Un asunto no exento de polémica, máxime cuando la Organización Farmacéutica Colegial se ofreció el pasado día 7 de abril a Sanidad para hacer una distribución controlada de ellas a la población a través de la red de farmacias y «no hemos recibido respuesta aún», precisaron las mismas fuentes.