Crimen de Monesterio
El teléfono del homicida puede aportar pruebas sobre la muerte de Chavero
La UCO de la Guardia Civil trabaja para aportar nuevos informes al juez sobre lo que realmente ocurrió
La Guardia Civil espera disponer en breve de los informes sobre la actividad y posicionamientos del teléfono de Eugenio Delgado, que se encuentra en la cárcel por la muerte, que él dice accidental, y enterramiento de la vecina de Monesterio (Badajoz), Manuel Chavero. Esta prueba, junto con otras que se están practicando, tratan de aclarar cómo se produjo realmente el fallecimiento de la víctima y si se trató de un asesinato y no de un homicidio accidental, según fuentes de la investigación consultadas por LA RAZÓN.
El hecho de que se mantenga el secreto del sumario demuestra que todavía no se han practicado todas las pruebas y la Guardia Civil, en concreto la Unidad Central Operativa (UCO), tiene previsto aportar nuevos informes.
Los investigadores no dan ninguna credibilidad a la versión de Delgado de que convocó a Manuela, de la que era vecino casi puerta con puerta, para devolverle una cuna. Por el contrario, se trabaja con la hipótesis de que pudo haber otras intenciones, incluso un intento de agresión sexual, algo que, en cualquier caso, hay que demostrar ante la autoridad judicial.
Aunque la casa de Eugenio ha sido examinada a conciencia por los investigadores, ayer se realizó un nuevo registro, en presencia de este individuo. No han trascendido detalles de LO que se buscaba, pero todo parece indicar que los miembros de la UCO tienen ya algún hilo del que tirar para demostrar que la versión que dio el implicado no se sostiene.
Aunque dispuso de muchos meses para preparar esa versión de los hechos y se ha mantenido en ella, cualquier indicio que se encuentre puede desmontar la historia, momento en el que, como ha ocurrido en otros casos, el culpable entra en un proceso de contradicciones.
El posicionamiento de su teléfono, las llamadas que hizo, incluidas las que realizó en las semanas anteriores a su detención, se consideran importantes para determinar los pasos que dio cuando sucedieron los hechos y también cuando ya se sentía cercado por la Guardia Civil.
Si realmente se hubiera tratado de un accidente y la muerte se produjo cuando Chavero cayó en el interior de la casa, no hubiera ocultado los hechos, no hubiera enterrado el cadáver y mantenido el secreto durante tantos meses en la confianza de que nunca sería descubierto. Todo parece indicar que algo esconde y la Guardia Civil confía en hallar, como pasó con Diana Quer, el indicio, por mínimo que sea, que desmonte una versión tan poco creíble y acreditar lo que realmente ocurrió.
El teléfono, y los aparatos telemáticos que utilizaba Eugenio, pueden aportar pistas en un caso en el que, en teoría, no tendrían tanta importancia las llamadas o la actividad en las redes. Lo que está claro es que la UCO no ha cerrado el caso y trabaja, como lo hizo desde el primer día, de manera incansable para hallar la verdad y presentársela al juez.
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