Educación
El sueño de Nora
Desgraciadamente, todavía a día de hoy, la coeducación es una de las reivindicaciones que desde el feminismo hacemos para nuestro sistema educativo
Mami, “si es una buena idea, no te detengas y ponla en marcha”, me grita Nora levantando el puño cual pirata. Su coraje capta mi atención y levanto la vista del ordenador ¿de dónde has sacado eso, Nora? -le pregunto-. De Grace Hopper, mami, sale en el libro “Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes”. Me siento con ella y leo la historia, para mí desconocida de Hopper.
Grace Hopper nació el 9 de diciembre de 1906, fue profesora de Matemáticas y Física, y durante la II Guerra Mundial trabajó para el ejército estadounidense como científica computacional. De hecho programó a Mark I, el primer ordenador. Gracias a ella las fuerzas armadas estadounidenses descodificaron mensajes secretos del enemigo durante la guerra.
Grace Hopper fue sin duda una mujer avanzada a su tiempo, como encontramos tantas otras. Mujeres que a lo largo de los tiempos han roto con los roles de género que se les asignaba al nacer. Mujeres que se han rebelado contra el sistema de géneros imperante y la división sexual del trabajo. Una división sexual que se inicia desde bien pequeñas mediante la educación.
La educación no sólo enseña conocimientos, habilidades o aprendizajes, si no que también muestra los valores, creencias y hábitos de una sociedad. Desgraciadamente, todavía a día de hoy, la coeducación es una de las reivindicaciones que desde el feminismo hacemos para nuestro sistema educativo, y que tan bien recoge la LOMLOE, la ley de educación recién aprobada a nivel estatal.
La educación para ser transformadora debe ser coeducativa, romper con los roles y estereótipos de género impuestos por el sistema patriarcal. Tanto la educación formal como la informal. También la que se da en los entornos familiares o relacionales.
Y sí, este jueves, en el Día Internacional de las Niñas en TIC exigimos coeducación porque somos conscientes que, la falta de ella, es la perpetuación de los roles de género en el posterior mercado de trabajo, el cual se caracteriza por la segregación horizontal y vertical, y por una brecha salarial de más del 23% en contra de las mujeres. Y exigimos también acciones positivas, que promuevan el interés de las niñas por las carreras científicas y tecnológicas de la misma forma que lo hacen por la educación o las ciencias de la salud; y también para que los niños se interesen por las carreras sociales con la misma intensidad que por las ingenierías o la informática.
Porque hoy es el Día Internacional de las Niñas en TIC, decimos alto y claro que necesitamos romper con los techos de cristal y con los suelos pegajosos, que necesitamos ocupar todos los espacios del mercado de trabajo, sin discriminaciones de ningún tipo, sin estereotipos, con un único objetivo, que nuestras niñas sean capaces de ser todo aquello que se atrevan a soñar.
Así que niñas, vosotras, como Nora, como la misma Hopper: no lo olvidéis. No dejéis de luchar, no permitáis que os borren, cuando tengáis una idea, avanzad, ponedla en marcha! Tenéis en vuestras manos todas las posibilidades del mundo, y las mujeres que desde niñas hemos crecido luchando por esto mismo, seguiremos trabajando, incansables, para que así sea.
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