Así fue la detención

Schengen detectó a Puigdemont antes de su aterrizaje en Cerdeña

Pasó la noche en la cárcel de máxima seguridad italiana, donde cumplen condena mafiosos y terroristas

Carles Puigdemont fue detenido el jueves en Cerdeña
Carles Puigdemont fue detenido el jueves en CerdeñaGloria CalviAgencia AP

Carles Puigdemont era el invitado estrella en el festival internacional de la cultura catalana, AdiFolk, que durante este fin de semana celebra su 33 edición en la ciudad sarda de Alguer, en la isla italiana de Cerdeña. Su presencia había sido anunciada a bombo y platillo incluso por la prensa local. El ex presidente de Cataluña tenía previsto participar en el evento acompañado por la presidenta del Parlament, Laura Borrás, la consejera de Acción Exterior de la Generalitat, Victoria Alsina, y algunos alcaldes independentistas catalanes. También tenía previsto reunirse con el presidente de la región, Christian Solinas, y darse un baño de masas entre la comunidad italiana de origen catalán que todavía existe en la ciudad, y la minoría independentista sarda, simpatizante con la causa catalana.

El vuelo FR6732 de Ryanair, donde viajaba el ex presidente catalán, aterrizó en la pista del Aeropuerto de Alguer alrededor de las 21 de la noche. Para entonces, todas las alarmas ya se habían disparado en Italia. Las autoridades del país transalpino identificaron al exmandatario después de recibir un aviso de los sistemas integrados de Registro de Nombres de Pasajeros (PNR) y el Sistema de Información Schengen (SIS), que advirtió de su presencia a bordo del avión. El SIS es un sistema que facilita el intercambio de información y la cooperación en materia de aduanas y fronteras entre los distintos países europeos que pertenecen al área Schengen. La detención se produjo como consecuencia de la orden de búsqueda y captura emitida por el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, que estaba registrada en el SIS, según han confirmado las autoridades italianas.

«Existe una orden de arresto europeo y tenemos que ejecutarla. Y esto no cambia ni siquiera frente a la no detención en Francia», dijo el subsecretario de Estado para la Seguridad Pública, Franco Gabrielli, confirmando que la detención se produjo después de que saltaran los avisos de este sistema de control fronterizo europeo. «Ha habido un control en la frontera y se ha puesto a disposición de la autoridad judicial. Es evidente que son situaciones que preferimos no tener que afrontar, pero no podemos evitarlas», añadió.

Tras confirmar la inminente llegada a Italia del político catalán, huido de la Justicia española desde 2017, el director de la policía de frontera del aeropuerto de Alguer, Alberigo Martino, advirtió al Consulado de España en la ciudad de Cagliari, en el sur de la isla, que movilizó, a su vez, al cónsul honorario en Alguer, Fabio Bruno. Pero cuando éste se presentó en el aeropuerto, Puigdemont ya había sido trasladado a la cárcel de Bancali, en la periferia de Sassari, más conocida en Cerdeña como la «Alcatraz» italiana.

El eurodiputado catalán pasó su primera noche en Italia en esta prisión de máxima seguridad donde cumplen condena los más peligrosos criminales, terroristas y exponentes de la criminalidad organizada. La estructura cuenta con un centenar de celdas destinadas a detenidos bajo el 41 bis, un régimen carcelario extremadamente duro que en el país transalpino se aplica a los condenados por delitos de mafia. En sus pasillos conviven algunos de los jefes más sanguinarios de la Camorra napolitana y la «Ndrangheta» calabresa, junto con ilustres presos de la mafia siciliana como Leoluca Bagarella, cuñado y mano derecha del desaparecido Totò Riina, el «capo» supremo de Cosa Nostra.