Historia

¿Por qué Alguer, la localidad en que ha sido detenido Puigdemont, es un bastión catalán en Cerdeña?

En la actualidad todavía se la conoce como la “Barceloneta sarda” y conserva el uso de la lengua catalana, bajo el nombre de” dialecto alguerés”

Puerto de la ciudad de Alguer, en la isla de Cerdeña
Puerto de la ciudad de Alguer, en la isla de CerdeñaLa RazónLa Razón

Un reducto catalán en Cerdeña. Así es Alguer, la localidad italiana en la que ha sido arrestado Carles Puigdemont. Un lugar cuyo pasado está muy ligado a la lengua y la cultura catalana. Tanto es así que en algunas zonas aún siguen hablando una especie de dialecto catalán. Y, aunque se desconoce con certeza cuántos habitantes, de los 44.000 que hay en esta localidad costera, lo utilizan en su vida cotidiana, la gran mayoría de la población lo entiende. Eso sí, solo unos pocos lo hablan y lo saben escribir.

En la actualidad, a esta localidad se la conoce como la “Barceloneta sarda”. La ciudad conserva el uso de la lengua catalana, reconocida como un valor a proteger por la región de Cerdeña, bajo el nombre de “dialecto alguerés”. El casco antiguo muestra muchos rasgos urbanísticos y arquitectónicos comunes a las ciudades medievales de los territorios que formaron parte de la Corona de Aragón. Las murallas y torres, allí donde se han conservado, son muy características de la ciudad, así como su puerto deportivo, situado a los pies del centro histórico. No en vano, la Corona de Aragón hasta 1707, y el Reino de España, después, mantuvieron su dominio (como en el resto de la isla) hasta 1720, en que pasó a manos del Piamonte.

Así las cosas, la detención de Carles Puigdemont no podría haberse producido en un lugar más simbólico. De ahí también probablemente la decisión de elegir Alguer como sede de la 33ª edición del Aplec Internacional de Adifolk. Cita a la que acudía el expresidente de la Generalitat y que ha permitido su detención. El objetivo de Puigdemont era reunirse el domingo con alcaldes independentistas sardos.

El Aplec Internacional de Adifolk es un encuentro de cultura popular catalana al que este año estaban apuntados más de un millar de catalanes, entre ellos Puigdemont. Pero no es el único guiño a Cataluña. En esta localidad encontramos también la asociación Òmnium Cultural de L’Alguer, que promueve el uso del catalán en Italia. Y lo hace en virtud de una ley italiana de 1999, que considera al catalán como una de las 12 lenguas minoritarias oficialmente reconocidas por Italia.

No es la única asociación en la isla que promueve la cultura catalana. Para ello se sirven de diversas actividades, desde cursos para aprender esta lengua a visitas turísticas y excursiones naturistas en alguerés. Tanto es así, que desde 2009, la Generalitat de Catalunya tiene abierta una oficina.

También cuentan con un canal de Televisión que emite en catalán, un diario digital y una radio local que retransmite tanto en italiano como en el ya mencionado dialecto alguerés.

Vínculos históricos entre Cataluña y Alguer

Para conocer más en detalles los vínculos históricos entre esta localidad de la isla de Cerdeña y Cataluña hay que remontarse a 1354, en el contexto de la guerra entre Génova y Venecia. La marina de guerra aragonesa expulsó a los genoveses, quienes habían fundado la ciudad en 1102 bajo las órdenes de la familia Doria. Tras esta batalla, Alguer fue repoblada por catalanes de la Corona de Aragón y el catalán pasó a ser el idioma de uso habitual en la ciudad.

En 1541, el emperador Carlos V vino de visita acompañado por el almirante Andrea Doria, señalando las cualidades que lo hacían un lugar tan atractivo en el pasado.

En 1652, Alguer fue golpeado de nuevo por la peste, que llegó a la ciudad con la llegada de un barco catalán. Algunos de sus habitantes emigraron a otras partes de la isla con la esperanza de salvarse, pero lo único que lograron es propagar la plaga, que golpeó duramente a Cerdeña durante cuatro años. En 1720 el Reino de Cerdeña pasó a la Casa de Saboya, sin que esto trajera cambios en la tradición cultural y lingüística de Alguer.

La Corona de Aragón y el Reino de España, después, mantuvieron su dominio (como en el resto de la isla) hasta 1720, en que pasó a manos del Piamonte.

Sin embargo, los vínculos culturales y lingüísticos que se instauraron entre Cataluña y Alguer han permanecido en el tiempo.