PP
Feijóo seguirá en la Xunta tras el Congreso del PP al menos hasta el verano
Medita la posibilidad de combinar ambos puestos, durante una transición sosegada. Hará campaña bajo la bandera de un «proyecto integrador»
La elección de Alberto Núñez Feijóo como presidente nacional del PP no conllevará, en ningún caso, su salida inmediata de la Xunta. No hay ninguna incompatibilidad entre dirigir un partido a nivel nacional y tener también obligaciones en un gobierno, como recuerdan desde el poder territorial. En el PP apuntan al caso de Pedro Sánchez, que dirige el PSOE y también el Gobierno de España. En ese sentido, establecer una relación de causa-efecto entre su llegada a la Presidencia del PP y la renuncia a la Presidencia de la Xunta no se ajusta a las posibilidades que realmente sí están en estudio. Puede mantener el cargo en el gobierno gallego o activar una transición, pero será lo más sosegada posible. La precipitación de los acontecimientos, por la crisis del partido a nivel nacional, ha pillado a Feijóo sin tener armado este proceso de sustitución, y el líder gallego siempre ha antepuesto su compromiso con los gallegos a sus obligaciones con el partido. Ahora no se irá de Galicia dejando la Xunta al descubierto. «Ya se verá», señalan, como aviso para que no se yerre en la anticipación de escenarios. Tampoco está nada claro que vaya inmediatamente a buscarse un escaño como senador, con la excusa de no ser diputado y no poder confrontar directamente con el presidente del Gobierno. La política se hace hoy más fuera del Congreso que dentro, y éste no es un tema que preocupe especialmente en su círculo de confianza. Sí será clave para él seleccionar a un portavoz parlamentario solvente y de su cuerda.
El anuncio de su candidatura se conocerá después de que la Junta Directiva Nacional haya aprobado la convocatoria del congreso extraordinario. A partir de ahí, y aunque sólo haya un candidato, como espera la alianza de los barones, se abrirá un periodo de campaña interna, en la que Feijóo viajará por las distintas organizaciones regionales para dar a conocer su proyecto a la militancia. En el Congreso extraordinario se votará en urna, porque lo que se somete a consideración de los compromisarios es el Comité Ejecutivo Nacional del partido, y no sólo el nombre del presidente. El «tándem» Feijóo-Moreno (presidente de la Junta de Andalucía) hace pensar en Sevilla como ciudad para activar la nueva etapa del partido.
La campaña interna de Feijóo tendrá un eje principal, y muy ligado al que el poder autonómico considera que ha sido el gran problema de esta etapa: la ruptura con el electorado y los volantazos en al estrategia, bajo la presión de Vox. Santiago Abascal y Pablo Casado mantenían hasta la moción de censura una buena amistad, que venía de la etapa en la que los dos compartían responsabilidades dentro del PP. Sin embargo, Feijóo no ha tenido trato con Abascal, y el tipo de relación política y personal que establezcan es uno de los interrogantes del nuevo tiempo.
Sí se puede anticipar ya que Feijóo hará campaña con un proyecto dirigido a presidir un PP de «amplio espectro». «Que pueda competir con el PSOE por el centro, y que, a través de un proyecto solvente, y que se vea con capacidad de gestión desde el primer minuto, pueda atraerse al voto pragmático de Vox que pudo irse del PP por no considerarnos un proyecto ilusionante para competir contra Sánchez». El líder gallego buscará el cuerpo a cuerpo con Sánchez, pero esto no quiere decir, ni mucho menos, que asimile en su conjunto la oposición de Casado. Habrá otras líneas rojas, otra manera de relacionarse con el PSOE y, también otra política con Vox, aunque haya decisiones del pasado que, ante las obligaciones que dicta la coherencia interna, tampoco pueden ser borradas de un día para otro.
Por cierto, en las filas del PP comentan que en la gestión de estos días críticos está siendo muy importante la mesura que introducen el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, y Pío García Escudero, al frente del PP de Madrid hasta que haya congreso.
La salida de Casado no pasa página del problema de Madrid. Feijóo no conoce el alcance de la campaña de la izquierda contra la presidenta y la política de contratación de su Gobierno por el supuesto favoritismo a familiares. Y también tiene que tomar una decisión sobre el congreso regional del partido, sobre el que Génova se parapetó en el mantra de que se celebraría en tiempo y en forma. Una vez hecha oficial la elección de Feijóo como nuevo presidente del PP, a la nueva dirección le da tiempo a convocarlo para cuando, en teoría, pensaba hacerlo Casado, es decir, antes del verano. En la práctica, sin embargo, la intención real de la cúpula popular era retrasarlo hasta que lograran tener el control total del proceso y de la futura dirección del partido madrileño.
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