Congreso

Feijóo y Ayuso sellan su pacto para el ciclo electoral

El líder gallego le concede autonomía total para formar su equipo. Sumará a su estrategia la política de Ayuso de confrontación con Sánchez. Cierre de filas de los barones con la «lideresa»

La nueva presidenta del PP de Madrid y presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, durante la clausura del XVII Congreso del Partido Popular de Madrid, en Feria de Madrid IFEMA, a 21 de mayo de 2022, en Madrid
La nueva presidenta del PP de Madrid y presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el presidente del PP nacional, Alberto Núñez Feijóo, durante la clausura del XVII Congreso del Partido Popular de Madrid, en Feria de Madrid IFEMA, a 21 de mayo de 2022, en MadridCarlos LujánEuropa Press

Ayuso asume el control, con plenos poderes, del PP de Madrid. El líder nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo, le ha dado autonomía absoluta para conformar el equipo que el viernes presentó en el Congreso regional, y con el que recorrerá el camino hasta las próximas elecciones autonómicas que tocan dentro de un año.

La presidenta no ha tenido que pactar nombres ni se han impuesto consensos por encargo de la autoridad nacional. Todo lo contrario de lo que se anunciaba y se exigía en la etapa de Pablo Casado. Como ya advirtió Ayuso, cuando todavía Casado era el presidente del PP, su lista sería la lista de todo el partido de Madrid, pero hecha por ella, y así se lo ha respetado Feijóo.

El Congreso regional del PP se lee dentro del partido, inevitablemente, como un funeral bis de la etapa de Casado. Sin su enfrentamiento con Ayuso, Casado seguiría siendo hoy el presidente nacional del PP y el jefe de la oposición, al margen de lo que dijeran las encuestas, de si su liderazgo era o no cuestionado, y del malestar que había dentro de la formación con los procesos de renovación y con las maneras que decían que se utilizaban en Génova para «colocar a los suyos».

Casado cayó por intentar tumbar a Ayuso, y la presidenta madrileña sale este fin de semana de su congreso coronada como reina con plenos poderes en todo su feudo.

En el PP interpretan que entre Feijóo y Ayuso hay un pacto tácito, que tiene como plazo de caducidad el ciclo electoral en el que España se ha embarcado de nuevo y que llevará hasta las próximas elecciones generales. En teoría, porque por medio hay metas volantes, como las elecciones andaluzas, que pueden alterar esta imagen de paz y de unidad, aunque lo más probable es que la apariencia de acuerdo llegue hasta la batalla por La Moncloa.

Este análisis, que manejan en el PP, está sometido a «la amenaza crónica», apuntan dentro del partido, de «que las fuerzas externas, que nos quieren marcar la agenda, enreden para desestabilizar a favor de su candidata, lo que sólo puede perjudicar al conjunto».

Pero hoy Feijóo y Ayuso son un tándem y los dos ganan con un reparto de poderes que cuenta con el beneplácito de los barones. El poder territorial bendice esta alianza y la elección de Ayuso como presidenta regional del PP sin injerencias de la cúpula nacional porque es lo mismo que quieren para ellos, aunque esto suponga admitir que el PP avanza cada vez más hacia una descentralización en el mando único.

El líder gallego tiene una ventaja decisiva con respecto a su antecesor, su larga carrera política, sus victorias electorales y su experiencia de gestión. No tiene nada que probar, mientras que sobre Casado pesaba esa especie de complejo de inferioridad, ni había ganado elecciones ni había gestionado, que ante una figura tan potente como la de Ayuso le llevó a cometer el error de reivindicar su autoridad por la vía del exceso, en vez de la mesura. Feijóo no sólo se va a apoyar en Ayuso, sino que utilizará el potencial del liderazgo de la política madrileña en su campaña hacia la Moncloa. Aprovechará su estrategia de confrontación con Pedro Sánchez, en vez de intentar anularla como ocurría en la etapa de Casado. Las diferencias se resolverán en casa, el entorno de Feijóo sabe que el líder gallego no permitirá que se visualicen lo «piques» que son tradicionales entre Madrid y la dirección nacional, y si hubiera movimientos en la Comunidad que chocaran con la estrategia de Génova, la respuesta no la dará en público el ex presidente de la Xunta. En todo caso, en el partido no vislumbran ese escenario de aquí a que se resuelvan las elecciones generales.

Todos los pronósticos apuntan a que Feijóo puede gobernar, y, según también todas las encuestas, con ayuda de Vox. Pero en el hipotético caso de que se quedara fuera del gobierno, ahí sí se abriría ya la lucha por la sucesión en el partido. En el PP dan por descontado que Feijóo no optaría a ser candidato de nuevo, pero también presumen que tiene el suficiente reconocimiento de la «masa» del partido como para que pudiera gestionar la transición de una manera ordenada. Incluso aunque desde Madrid se presionara para acelerar los plazos.

En todo caso, hoy lo que el PP ha cerrado es un congreso de Madrid de unidad, y desde el que Ayuso se marca el objetivo de mejorar sus resultados en las elecciones autonómicas de mayo.

La presidenta madrileña seguirá haciendo de «alter ego» de Sánchez a nivel nacional porque, más allá de las lecturas que se puedan hacer en clave de partido, es, además, una estrategia que le da rédito entre su electorado.

Y el presidente nacional la dejará hacer, posando en la foto a su lado, a pesar de los matices y de las diferencias que hubo en pandemia y que puede haber en la actualidad en cuanto a la estrategia de oposición.

Mientras, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, una vez que se ha quitado el peso de la portavocía nacional del PP de Casado, también ha visto ensancharse su espacio para recuperar proyección pública y liderazgo. En la etapa anterior se le utilizó como posible candidato alternativo a Ayuso ante un congreso de confrontación, y también se exigía que el nuevo equipo fuera resultado de un pacto entre Ayuso y Almeida, y que el PP de Madrid estuviera presidido por una persona ajena al Ayuntamiento y a la Comunidad.

Ayuso siempre hizo hincapié en diferenciar su relación con Génova, con Casado al frente, de la relación con el alcalde, y el viernes éste tuvo el gesto de brindarle un apoyo cerrado («Isa, aquí tienes a tu partner»), lo que el PP interpretó como otro símbolo de la obligada apariencia de unidad que ha impuesto Feijóo desde la dirección nacional del partido.