Tribunal Supremo

La portavoz de la CUP niega desobediencia y dice que hubiera respondido a Vox a través de Marchena

Eulàlia Reguant, acusada de un delito de desobediencia durante el juicio del ‘procés’, ha asegurado que si el presidente hubiera reformulado las cuestiones de la “ultraderecha” habría contestado

La portavoz de la CUP en el Parlament, Eulàlia Reguant, ha negado este martes en el Tribunal Supremo cualquier tipo de desobediencia durante el juicio del procés cuando se negó a contestar a las preguntas de Vox y ha dicho que lo habría hecho si el presidente de la Sala de lo Penal del alto tribunal, Manuel Marchena, le hubiese trasladado las cuestiones porque lo que no quería era legitimar “la extrema derecha, el fascismo y el machismo”.

Este es uno de los flecos que quedan por cerrar desligados de la causa que llevó al independentismo al banquillo en 2019. Reguant, citada como testigo y por tanto con obligación de declarar, decidió no contestar a preguntas de la acusación popular que ejercía el partido de Santiago Abascal. Eso la ha hecho trasladarse como acusada al banquillo en un juicio que hoy ha durado una hora. En menos de 10 minutos, la diputada de la CUP se ha negado a contestar a la Fiscalía, que pide para ella una pena de 4 meses de prisión e inhabilitación especial, y ha tratado de justificar que contestar al partido político suponía legitimar el fascismo. “La actuación a Vox como acusación popular se convirtió así en una herramienta más del Estado para construir un juicio político, un elemento más del engranaje represivo del Estado”, ha dicho.

Como ella, el exdiputado de la CUP Antonio Baños se negó a contestar durante el procés y Marchena suspendió sus testimonios. El Tribunal Supremo terminó sancionando a ambos con 2.500 euros. El abogado de la acusada Daniel Amelang ha expresado que esta multa ya fue resarcida y que la pena que pide el Ministerio Público ahora es “desproporcionada”. “La dignidad moral de la testigo es un límite claro a esta autoridad”, expuso. Por eso, ha defendido que “el presidente [Marchena] no indagó en el perjuicio moral que se le podía provocar” y “tampoco le ofreció una fórmula alternativa”.

“Se trataba de una objeción de conciencia ante la presencia y el papel de la acusación popular, ella cuestionaba la presencia en este juicio y manifestó que no quería normalizar la presencia de esta agrupación política porque se corría el riesgo de normalizar su presencia en las instituciones”, señaló el abogado que solicitó la absolución para Reguant. Para el letrado esta desobediencia no puede ser en ningún caso grave, “puede ser una molestia, un estorbo para el Tribunal”. Además, ha explicado que no se le notificó de forma personal.

“Actuamos en conciencia y defendemos el derecho a hacerlo porque defendemos el derecho a desafiar a la ley y a las autoridades establecidas sobre la base de un sentimiento básico que el fascismo no puede tener cabida en una sociedad que se pretende justa porque el antifacismo es la base de la democracia”, señaló la portavoz de la CUP que fue cortada en su última palabra por el presidente del tribunal que le aclaró que “esto no es lugar para hacer un alegato político”.