Debate

El dilema entre gobiernos monocolor o forzados a pactos

Los expertos coinciden en que pedir que gobierne quien más votos logre es una propuesta recurrente en periodo electoral ante los temidos bloqueos

El «thriller» electoral andaluz con matices de Ken Follet
El «thriller» electoral andaluz con matices de Ken FolletCarlos BarbaAgencia EFE

El debate sobre una posible reforma de la Ley Electoral para cambiar el sistema de elección de los alcaldes que propuso el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha generado mucha polémica entre las formaciones políticas esta semana. Este melón, sin embargo, no es nuevo ni genuino de los populares. Hubo un tiempo en el que PSOE abrazó en su programa la idea de que se haga con la alcaldía la fuerza más votada en unas elecciones, evitando así que gobierne una coalición entre perdedores.

La Constitución Española marca que la elección de los alcaldes la harán los concejales o los vecinos (artículo 140). Pero es la ley electoral de 1985 la que determina que el alcalde será el candidato más votado en el pleno municipal; es decir, en la práctica al alcalde de un municipio lo eligen los concejales a los que previamente han votado los ciudadanos en listas cerradas. El PSOE que dirige Pedro Sánchez se opone frontalmente a la reforma electoral que sugiere el PP, sin embargo, en un debate electoral que tuvo lugar antes de las elecciones del 10 de noviembre de 2019, el ya entonces presidente del Gobierno, aunque en ese momento en funciones, encaraba la repetición electoral con el viento de las encuestas a favor y dijo: « Quiero hacer un anuncio aquí, una propuesta a todos los líderes del resto de formaciones políticas: si después del 10 de noviembre el Parlamento no acuerda la formación de un Gobierno, se respete gobernar a la lista más votada. Esa es la propuesta que pongo encima de la mesa».

LA RAZÓN trata de responder a porqué, según el momento, PP y PSOE están de acuerdo en que para evitar el bloqueo político sea la lista más votada la que gobierne. Y la respuesta es nítida. Quien va por delante lo propone. El experto en Comunicación Política en la UCJC, Eduardo González Vega, asegura que se pone sobre la mesa por distintos partidos y quizá su principal característica es que lo propone el que tiene ventaja en las encuestas. «Lo que hay que ver es si hay consenso y queremos que sea duradero». De la misma opinión es la presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP) y experta en comunicación y liderazgo, Verónica Fumanal, que señala que la polémica de la lista más votada siempre ha estado encima de la mesa cuando se celebran unos comicios. «Básicamente viene propuesta por el partido que las encuestas dice que va a ganar pero no tiene posibilidad de formar Gobierno».

Los socialistas propusieron esta misma medida en el Congreso en 1998 a través del registro de una proposición de reforma de la Ley Electoral impulsada por Alfonso Perales, entonces secretario de Política Municipal del PSOE y, además, la incluyeron en su programa electoral para las generales de 2004, elecciones que José Luis Rodríguez Zapatero ganó a Mariano Rajoy. No en vano, más del 70% de los españoles apoya la propuesta de que gobierne la lista más votada en unas elecciones, según un sondeo del CIS de abril de 2022.

Esta propuesta, que ha recuperado Alberto Núñez Feijóo, aunque su partido no la aplicó en las autonómicas del 2019, encuentra precisamente sus mayores apoyos entre los votantes del PP (89%), mientras que baja al 70% entre los del PSOE o Vox y cae al 44% entre los seguidores de Unidas Podemos.

La estabilidad, en el punto de mira

En el fondo del debate se sitúa la gobernabilidad y estabilidad de un país. La fragmentación política impone una dolorosa factura a los países que la sufren, sobre todo a su economía y credibilidad, de ahí, que las cesiones a partidos residuales puedan desvirtuar la naturaleza de la formación que lidera la coalición y usarse como arma de doble filo.

«Particularmente en este momento, el partido de Feijóo intenta zafarse de ese abrazo del oso que les está haciendo Vox y que, de alguna manera, les imposibilita gobernar. De hecho, el PNV dijo, esta semana, que no apoyaría un gobierno con PP y Vox», dice Verónica Fumanal. En su opinión, las recientes tensiones en Castilla y León evidenciaron las abismales diferencias programáticas entre las dos formaciones así como el ruido que su puntual pacto genera. En la misma línea, González de Vega señala que la izquierda ataca asegurando que cualquier gobierno con el PP implicará también a Vox. La prueba de fuego llegará en las municipales y autonómicas. «Si esta propuesta, de la lista más votada, saliera adelante, estratégicamente tendría sentido.»

En todo caso, ¿se podría establecer por ley que gobernase la candidatura más votada en las autonómicas y municipales ? En ese supuesto, ¿sería necesaria una ley «ad hoc» o bastaría con una reforma de la vigente Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg)? Los expertos consultados no tienen duda respecto a esas dos cuestiones: sería perfectamente legal y no habría que aprobar una ley exprofeso, ya que bastaría con modificar un sólo precepto de la Loreg, el artículo 196. Eso sí, es necesario el visto bueno del PSOE. «No tiene recorrido porque no hay mayorías parlamentarias amplias. Solo modificar el término disminuido, y estamos hablando de una palabra, está costando muchísimo Imagina el sistema electoral», dice Fumanal. «Ahora el PSOE, por cálculo electoral y, por otro lado, porque desde que gobierna la coalición esta pivotando hacia un eje más a la izquierda con apoyos de nacionalistas e independentistas, si se pusiera de acuerdo con el PP en algo así limitaría sus apoyos para continuar en la Moncloa», concluye González de Vega.