El desafío independentista
A 20.662,5 euros el voto
Según se contempla en los presupuestos de la Generalitat para 2014, el Ejecutivo de Artur Mas destina una partida de 16,53 millones de euros a las relaciones con el exterior. Si dividiésemos los esfuerzos presupuestarios externos por los réditos efectivamente obtenidos de cara a la consulta, resultaría que cada voto le ha costado más de 20.662 euros a la Generalitat.
Además, el Gobierno de Artur Mas dobló el gasto en «embajadas» catalanas, destinando 2,2 millones de euros a la partida de delegaciones, oficinas y misión exterior –por los 1,1 millones de euros de 2012–. Este notable incremento coincide con la necesidad de promover y publicitar a través de estas delegaciones la hipotética convocatoria de la consulta del 9-N sobre el Estado propio. Dentro de este presupuesto también se incluye la financiación del Diplocat, el aparato diplomático de la Generalitat, que recibió 2,6 millones de euros en 2014.
El líder nacionalista se afana en recabar apoyo para su modelo soberanista en el exterior, algo que hasta ahora no ha conseguido materializar. Actualmente, Cataluña posee cinco delegaciones en el extranjero –Nueva York, París, Berlín, Bruselas y Londres– y son precisamente los líderes de algunos de estos países, como Obama, Hollande o Merkel, los que se han mostrado contrarios a «la internacionalización del proceso» que desde Cataluña promueven.
A nivel europeo la oposición también se mantiene. Es más, las afirmaciones del eurodiputado Ramon Tremosa (CiU) –durante la campaña europea– en las que aseguraba que los liberales daban total apoyo a la consulta le han dejado en una delicada situación cuando se demostró que tales afirmaciones no eran ciertas.
Pero éstas no son las únicas partidas presupuestarias que tienen puesto el foco en el proceso soberanista: también existe un montante de 10,6 millones de euros destinado a procesos electorales, incluida la hipotética consulta.
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