Caso Manos Limpias
Acierto del juez Pedraz
Al juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, no le ha temblado el pulso cuando ha encontrado indicios suficientes para ordenar la prisión provisional y sin fianza de Nouh Medioui. En casos tan graves, en los que cualquier superficialidad permitiría el asesinato individual o en masa, no se puede ser condescendiente. Más vale prevenir que curar. La sospecha sustentada en bases reales de pertenecer a Al Qaeda, organización criminal de crueldad demostrada, obliga a la firmeza.
La historia inmediata de Medioui pesa mucho más que su declaración, justo después de ser detenido, de que ha abandonado el entramado terrorista y los postulados yihadistas. Los hechos hacen increíble su conversión. Sus enlaces por la red el día del atentado de Boston reflejan complicidad y ningún dolor por las tres personas muertas ni por las decenas de víctimas. Viene a cuento recordar las palabras de Juan Pablo II «el terrorismo nace del odio, se basa en el desprecio de la vida del hombre y es un auténtico crimen contra la humanidad».
Los seguidores «muyahidines» de Osama Ben Laden componen un enemigo universal y, lo que es más triste, una amenaza irremediable. Su actividad ha ser espiada, perseguida y reprimida. Con ellos no cabe la duda. Al menor indicio, reacción. Por eso, acierta el magistrado Santiago Pedraz por no andarse por las ramas. Los ciudadanos se lo agradecemos. Ojalá sucediera con todos los casos, con aquéllos que, después de segar la vida de otros, andan tan panchos disfrutando de la libertad y los «potes». Así es la vida.
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