Gobierno

Moncloa se lanza contra Díaz por no controlar a sus socios y pone en jaque su posición

Félix Bolaños ocupó ayer el escaño de Yolanda Díaz, pese a que los asientos del Gobierno se respetan cuando un ministro falta

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 20 03 2024
Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón.Alberto R. RoldánFotógrafos

La difícil relación de Yolanda Díaz con los socios que componen la coalición en el Congreso de los Diputados la coloca en serias dificultades respecto a Moncloa. Eso, se desprende ya de las valoraciones que comienzan a hacer tanto en Ferraz como en el ala socialista del Gobierno y que, lejos de aminorarse, se reafirman según van sucediendo los acontecimientos.

Si bien la pasada semana el voto en contra de los comunes a los presupuestos generales de Cataluña, abocó al adelanto electoral en la Comunidad, esta semana, el mismo voto negativo proveniente del mismo partido a las cuentas del ayuntamiento de Barcelona sin un acuerdo previo para su inclusión en el gobierno municipal, derivarán en una cuestión de confianza del alcalde de la ciudad, Jaume Collboni (PSC).

En el Ejecutivo ya se responsabiliza sin ningún tipo de tapujos a la vicepresidenta segunda del Gobierno por su falta de poder ante sus socios. Fuentes al más alto nivel no creen que Díaz intentar a mediar entre en Comú Podem y ERC para que apoyara los Presupuestos, a pesar de que Pere Aragonès desveló que había llamado a la vicepresidenta con ese objetivo, y, aseguran, que en el caso de que Díaz llamara a los comunes para templar la relación y rebajar su órdago a las cuentas, ésta no tuviera margen de actuación para cambiar el sentido de voto de los catalanes. Así, en el PSOE se acusa a Díaz de “ponerse de perfil” tanto la pasada semana y ayer tras conocer el voto de su socio aliado en Cataluña. Díaz contestó tan solo entonces que los comunes tenían “autonomía propia” y que Sumar avalaba su posición, a pesar de que –de facto- dejaba a la legislatura congelada hasta junio.

En el PSOE, el enfado con Díaz es ya más que evidente, cuando se cumplen cuatro meses desde que echara a andar el nuevo gobierno de coalición. En la cuenta de ganancias y perdidas para imputar a cada partido de Gobierno, hay ya datos significativos para empezar la lista. En la parte socialista del Ejecutivo ya no se esconden y hacen análisis victoriosos para su área y negativos para Sumar, el socio minoritario del Ejecutivo. Ayer, en el Congreso fue significativo, en la ausencia de la vicepresidenta segunda, que se sienta en el escaño contiguo a la vicepresidenta primera, que el ministro Félix Bolaños ocupara su escaño. Normalmente, los escaños de Gobierno, se respetan, pese a las ausencias.

Sumar, mientras, trata de defenderse enmendando al Gobierno, al que acusa de paralizar la legislatura al haber renunciado a presentar los Presupuestos. El socio minoritario de la coalición ha perdido la oportunidad de hacer valer su poder en el Gobierno mediante sus compromisos electorales que se reflejarían en las cuentas públicas. El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, respaldó ayer a los comunes por votar en contra de los presupuestos en el Ayuntamiento de Barcelona y, a la vez, negó que ello tuviese repercusiones en la relación con los socialistas a nivel nacional. Según defendió, las “cosas que pasan en Barcelona o Cataluña obedece a las razones propias de los territorios, mientras que en España hay una lógica propia con un Gobierno propio”. En las filas de Sumar contrarrestan los mensajes de advertencia que llegan desde el PSOE, donde se les imputa las consecuencias de renunciar a los presupuestos, y piden un Gobierno que no deje la “legislatura en stand by” ni un Ejecutivo “al ralentí” que vaya “aguantando de semana en semana”.