Londres
Aznar: «El 11 de marzo fue el día más duro de mi vida»
«El día más duro de mi vida». Así recuerda José María Aznar el 11 de marzo de 2004. «Fue el más duro porque ese día 190 personas murieron brutalmente asesinadas en Madrid (...) y más de 1.500 resultaron heridas, algunas de enorme gravedad, incluso de forma irreversible. Todos esos hombres y mujeres, sus familiares y seres queridos ocupan un lugar central en mis recuerdos». De este modo narra el ex presidente del Gobierno sus recuerdos de los terribles atentados del 11-M en el segundo volumen de sus memorias, «El compromiso del poder» (Planeta), donde desempolva sus famosos cuadernos azules, para narrar con detalle cómo vivió aquellos días. «Ninguno podremos olvidar, nadie debe olvidar, las imágenes que contemplamos el 11 de marzo. Yo no lo he hecho nunca ni lo haré jamás».
En el libro confiesa que el CNI dudó de la autoría de los atentados de Atocha dos días después de la masacre. El entonces presidente, que había encargado un informe sobre el atentado a Jorge Dezcallar, director del CNI, recibe dos días después la respuesta: «No estamos en condiciones de respaldar o rechazar ninguna de las dos grandes alternativas en presencia». El propio Aznar escribe el fatídico día: «Todo apunta a ETA; es lógico. A las 9:30 horas, los primeros en salir son los del Gobierno vasco con Ibarretxe a la cabeza. Luego los demás. Yo no hablo hasta las catorce horas, para tener todos los datos. Interior y el CNI apuntan a ETA: sabíamos que querían intervenir antes de la campaña. Sabíamos que querían hacer visible la tregua de Cataluña (...)». «Nadie dice nada, el entorno de ETA enloquece y busca echar la culpa a los árabes. Un extraño grupo islámico reivindica en Londres el atentado. Pero todos dicen que es de poca fiabilidad (...)», es su última anotación de la jornada. El día 17 escribe sobre las manifestaciones «espontáneas» en Génova «que van a ser desautorizadas. El estado de indignación de mucha gente es grande, y aumentó mucho cuando ayer circuló el bulo de que habíamos pretendido dar un golpe de Estado el sábado 13 y que el Rey lo había parado». El 18 de abril, una vez que Zapatero anuncia la «inmediata retirada de las tropas de Irak», Aznar extrae sus conclusiones: «Se consumó el dislate.
a) España se sitúa en el peor de las posiciones posibles. Ya no es de fiar para los aliados y es débil para los terroristas.
b) La España atacada el 11-M envía un mensaje de desistimiento. Me temo que España va a pagar muy caro este hecho sin precedente histórico. No se van a salvar las cosas así como así, sin pagar un precio tremendo».
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