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Bruselas vigila los excesos de Sánchez

La Comisión analizará con lupa los futuros presupuestos para evitar que el Gobierno dispare el déficit tras la maniobra del PSOE y Podemos con la Ley de Estabilidad. Emitirá en noviembre un dictamen sobre las posibles desviaciones

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a principios de agosto en Moncloa / Rubén Mondelo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a principios de agosto en Moncloa / Rubén Mondelolarazon

La Comisión analizará con lupa los futuros presupuestos para evitar que el Gobierno dispare el déficit tras la maniobra del PSOE y Podemos con la Ley de Estabilidad. Emitirá en noviembre un dictamen sobre las posibles desviaciones.

La Comisión Europea (CE) permanecerá vigilante sobre los Presupuestos Generales del Estado. Después de que el Gobierno del PSOE se conjurara con Unidos Podemos para cambiar la Ley de Estabilidad Presupuestaria y eliminar así el veto del Senado a la senda de déficit (donde el PP tiene la mayoría absoluta), Bruselas se encuentra a la espera de que el Ejecutivo de Pedro Sánchez corrija su «déficit excesivo» este año y lo rebaje el año próximo, tal y como ya indicó el pasado mes de julio la CE.

Fuentes comunitarias indicaron a LA RAZÓN que, por el momento, habrá que esperar a que España presente a Bruselas el borrador de presupuesto de 2019 el próximo 15 de octubre, el mismo día que debe informar sobre medidas para corregir el déficit de las cuentas públicas. A partir de entonces, el Ejecutivo comunitario podrá examinar con lupa las cuentas, lo que le llevará algo más de un mes, según indicaron las mismas fuentes, que estiman que no será hasta finales de noviembre cuando pueda pronunciarse sobre si España se ha mantenido dentro de los límites pactados con Bruselas el pasado mes de julio. El Gobierno negoció con la Comisión y consiguió rebajar el déficit del año que viene, fijado previamente en un 1,3% del PIB por el Ejecutivo Mariano Rajoy, y dejarlo en un 1,8%, cinco décimas por encima de lo previsto. Según la ministra de Economía, Nadia Calviño, los planes del Gobierno del PP «no eran realistas».

El Gobierno consiguió torcer el brazo de Bruselas un poco más y también elevó el desvío de este año a un 2,7 % del PIB, frente al 2,2% que inicialmente le exigía la Comisión Europea. Para mantener este objetivo, el Gobierno debe realizar ajustes de consolidación fiscal, según advirtió el Ejecutivo comunitario, que se mantiene vigilante con las nuevas medidas que tiene pensado emprender Madrid. Tampoco quedan claras sus intenciones, con la nueva proposición de ley de devolver al Congreso la capacidad de levantar el veto del Senado, si éste rechazara la senda de estabilidad del Gobierno.

La ministra de Hacienda, María José Montero, ya aseguró que no se saldrían de las líneas rojas marcadas por Bruselas, pero el aumento de gastos en pensiones, sanidad y autopistas mantienen en vilo a la Comisión Europea. Sólo si España logra dejar atrás la barrera del «excesivo» 3% –es el único país de la UE por encima de esta cota– se le permitiría salir del programa de vigilancia comunitaria. Pero, por el momento, España sigue en el procedimiento de déficit excesivo.

Entre los expertos economistas consultados por LA RAZÓN hay división de opiniones sobre la jugada del Gobierno de Sánchez. Desde el punto de vista legal, José Ramón Pin Arboledas, profesor del IESE y director de la Universidad del Atlántico Medio de Canarias, considera que no hace falta modificar la ley de estabilidad con una proposición de ley porque, tras el veto del Senado, la propuesta del techo de gasto volvería al Congreso, donde el PSOE tiene «muy complicado» alcanzar un acuerdo con el número de diputados que tiene el grupo parlamentario. Pin considera que la modificación de la ley supondrá una «ruptura de una línea fina de confianza». De acuerdo con esta idea se mueve Juan José Rubio, catedrático de Hacienda Pública, que no duda de que el cambio en la ley «rompa con la dinámica» de acuerdos entre el Gobierno y el Ejecutivo comunitario. Por otra parte, Enrique Quemada, presidente de ONEtoONE, duda de que aumentar más o menos el gasto preocupe a los mercados porque, con la situación actual en Italia y con el Brexit, ya hay suficientes complicaciones como «para que el techo de gasto español sea un problema para la UE».