Política

Casi 2,5 millones de españoles cambiarían su voto en nuevas elecciones

A la mayoría le preocupa que después de tres meses aún no haya Gobierno y cree que habrá que ir a votar otra vez. Un 41,8% cree que la gran coalición formada por PP, PSOE y Ciudadanos es la mejor opción para formar un Ejecutivo estable.

Casi 2,5 millones de españoles cambiarían su voto en nuevas elecciones
Casi 2,5 millones de españoles cambiarían su voto en nuevas eleccioneslarazon

A la mayoría le preocupa que después de tres meses aún no haya Gobierno y cree que habrá que ir a votar otra vez. Un 41,8% cree que la gran coalición formada por PP, PSOE y Ciudadanos es la mejor opción para formar un Ejecutivo estable.

De los más de 25 millones de votantes en las pasadas elecciones generales, casi 2,5 millones no volvería a optar por el mismo partido si hubiera que repetir los comicios, según una encuesta de NC Report para LA RAZÓN. Además, una cifra algo más baja –2.107.342 ciudadanos– no sabe o no contesta a la pregunta en cuestión. En conjunto, más de 4,5 millones alteraría el color político de su papeleta o tiene dudas sobre qué siglas se llevarían esta vez sus preferencias. Se trata de una abultada cifra que puede decantar en un sentido o en otro el resultado global de unas nuevas elecciones. Como ejemplo, baste tener en cuenta que Podemos logró 3,1 millones de votos el 20-D –que le reportaron, sin sus confluencias, 42 escaños– o que Ciudadanos sumó 3,5 millones –traducidos a un total de 40 diputados naranjas de estreno en la Carrera de San Jerónimo–. En sentido contrario tenemos el signo de la fidelidad a la «marca». Así, un 82 por ciento de los votantes mantendría el sentido del voto que ya fue emitido en la cita con las urnas del pasado mes de diciembre, cifra que no llega por poco a los 21 millones de votantes.

PP y Ciudadanos sumarían mayoría absoluta por primera vez desde el 20-D


Más de 90 días después de la última cita con los colegios electorales, que tuvo lugar a las puertas de la Navidad, el sentimiento mayoritario es que habrá que volver a emitir las papeletas de voto, esta vez en el umbral del verano –la fecha prevista para otros comicios sería el próximo 26 de junio–, pues así es como piensa el 66,7 por ciento de los encuestados. Un 22,5 considera que no hará falta y un 10,8 no tenía claro o no quiso responder a la pregunta.

Lo que resulta evidente es la preocupación por que persista la falta de Gobierno después de todo este tiempo, aparte de las consecuencias económicas e incluso de representación institucional –los viajes de los Reyes han sido anulados en su mayoría o reducidos a la mínima expresión–. Así se explica que un 60,2 por ciento manifieste su inquietud por este motivo, circunstancia que no perturba al 37,6 por ciento de los españoles.

Porque un intento de formar Ejecutivo sí que ha habido, pero no salió adelante por más empeño que puso el Partido Socialista en cuadrar una aritmética de lo imposible junto a Ciudadanos. La fracasada investidura de primeros de marzo y la actual crisis de Podemos –donde están primando las tesis menos favorables al PSOE–, tienen al líder socialista, Pedro Sánchez, un tanto descolocado, aunque su objetivo sigue siendo claro: llegar a La Moncloa sí o sí. Sus movimientos hacia Ciudadanos han dado paso en los últimos días a una táctica que le permita contar con el apoyo podemita, bien en forma de votación positiva o mediante una abstención en el Congreso de los Diputados cuando fuera necesario. En este último caso le bastaría con el «sí» del PNV, Compromís e Izquierda Unida-Unidad Popular –lo que este diario ha dado en llamar «el pacto de los 143»–, número suficiente en una segunda votación para que Sánchez fuera investido como próximo presidente del Ejecutivo.

Sin embargo, la mayoría de los españoles –el 52,7 por ciento–cree que finalmente habrá un pacto a última hora entre PSOE y Podemos –que ha ofrecido en reiteradas ocasiones su apoyo a Ferraz, con reparto de ministerios y vicepresidencia para Iglesias incluida–. Es un paso que no juzga posible un 40,5 de los encuestados, quizá conscientes de que la postura del partido de Pablo Iglesias sobre un referéndum en Cataluña –línea que fue marcada en rojo por los barones socialistas– complica un posible acuerdo.

Respecto a qué alianza le gustaría a los ciudadanos si sólo hubiese dos acuerdos posibles, los españoles se quedan preferiblemente –un 41,8 por ciento– con la fórmula de la gran coalición tantas veces lanzada por el presidente en funciones, Mariano Rajoy; esto es, un Gobierno integrado por Partido Popular, PSOE y Ciudadanos. Se trata de una propuesta que el líder de los populares ofreció sólo días después de las elecciones, sin descartar que hubiera ministerios para PSOE y Ciudadanos. Su intención era cubrir con urgencia las necesidades de gobernabilidad del país, pese a la sensación de que no sería fácil sortear los escollos de una legislatura que se presumía corta. «Lo más razonable y lo que más se ajusta a la voluntad mayoritaria es formar un Gobierno de amplio apoyo parlamentario», señalaba entonces Rajoy en una rueda de prensa en La Moncloa. Ese «Gobierno amplio» debería liderarlo el PP, primera fuerza en votos y escaños el pasado 20 de diciembre. Y así se lo comunicó a los otros candidatos. La afirmación de que la lista más votada es la que debe hacerse responsable de formar un Ejecutivo es la letanía que no ha variado el actual presidente en funciones, si bien se ha mostrado abierto al diálogo tantas veces como lo ha rechazado el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez. «No veo una alternativa al planteamiento que he hecho yo. Es la que responde al sentido común y la mejor para los españoles», fue la advertencia que Mariano Rajoy mantiene a día de hoy.

Mientras, un 31,2 por ciento se decantaría por un pacto entre PSOE, Podemos y los partidos nacionalistas y un 27 por ciento no quiere responder o no sabe qué decir.

Acerca del tirón del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, como figura que asumiera la presidencia, un significativo 74,2 por ciento de los españoles no lo ve viable y sólo un 16,2 por ciento contesta en caso afirmativo.