El desafío independentista
Mas pedirá el referéndum a Rajoy en su reunión en Moncloa
Utilizará una declaración del Parlamento catalán para presionar al jefe del Ejecutivo. Hoy se encontrarán en la inauguración del AVE a Figueras, donde el líder de CiU pretende abordar la consulta
En el pacto entre CiU y ERC se está preparando todo para intentar que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, aproveche su próxima entrevista con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para avivar la llama del debate soberanista con una primera petición de autorización para poner en marcha el proceso que lleve hasta el referéndum soberanista, que según el acuerdo entre CiU y ERC debería celebrarse en 2014. La intención, y en esa dirección ha presionado Esquerra, es que en el próximo pleno el Parlamento catalán apruebe una declaración soberanista con la que Mas sostendría en La Moncloa su exigencia de la consulta.
Mas sabe por adelantado que Rajoy nunca dará luz verde a este proceso. Sabe también que el jefe del Ejecutivo le dirá que la competencia corresponde a las Cortes Generales y que la cuestión obliga a poner en marcha una reforma constitucional agravada. A finales de octubre, desde el Senado, Rajoy ya le mandó un contundente recado: «Ninguna ley, ni por supuesto la Constitución, me atribuye la capacidad de autorizar la convocatoria de un referéndum».
Pero Mas también sabía el pasado 20 de septiembre, cuando fue por última vez a La Moncloa, que Rajoy no avalaría su exigencia de un concierto a la vasca. Un «no» que en cualquier caso le sirvió de excusa para precipitar el adelanto electoral de noviembre. Y tanto el «no» al pacto fiscal como el «no» al reférendum se justifican en Moncloa con el mismo argumento: son dos medidas incompatibles con la Constitución y, por tanto, en el marco actual no hay camino para recorrer por esa vía. Por eso, la Generalitat prepara una ley de consultas, cuyos trabajos retomará este mismo mes de enero después de ser suspendidos por la convocatoria electoral, para poder realizar el referéndum.
Con estas medidas Mas calma la presión de Esquerra y tapa sus problemas de gestión. El pacto entre CiU y ERC nace de la aritmética parlamentaria, pero eso es tan verdad como que CDC explota el argumentario de que España expolia a Cataluña y que, en consecuencia, no hay otra alternativa que la de seguir avanzando por el camino de la ruptura. Desde ERC aplauden la declaración de soberanía por parte del Parlamento catalán, una Cámara en la que los independentistas son mayoría, aunque no sumen los tres quintos de la mayoría cualificada. En febrero, de hecho, tiene que estar aprobado el plan de lo que en la nueva retórica nacionalista se ha bautizado como la «transición nacional». Y a partir de ahí no hay alternativa a lo que también Mas ha bautizado como la «colisión» con Madrid.
La estrategia de la dirección de CiU y de ERC pasa por presentarse ante su ciudadanía como los «buenos» de un guión que ellos mismos saben por adelantado que no tiene posibilidades de prosperar. Esto quiere decir vestirse de corderos y ofrecer una imagen de diálogo, de disposición a buscar acuerdos y a llevar a cabo su proyecto independentista dentro del «marco legal adecuado». La repetición continua de una mentira puede hacer que parezca una verdad y puede ser vista como una verdad por la mayoría de los ciudadanos, pero independentismo y marco legal son dos términos absolutamente incompatibles en nuestro Estado de Derecho.
Mas tiene la intención de venir a Madrid envuelto en el discurso del líder que busca una salida «democrática» para su pueblo, mientras que para el Gobierno la prioridad en el diálogo con el líder de CiU es la quiebra económica de la Generalitat. Rajoy quiere hablar con Mas del déficit, del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y de las decisiones que puede adoptar su Gobierno para seguir sosteniendo a la Generalitat siempre y cuando Mas cumpla sus compromisos dentro de la Ley. Y al tiempo, a Rajoy le preocupa cómo combatir del modo más eficaz el mensaje de que la independencia es la solución para una crisis económica sin precedente también en lo que afecta a Cataluña. Sabe que el resultado electoral en Cataluña no ha dejado en ningún caso amortizado el independentismo y que el éxito o fracaso de la élite política catalana dependerá del acierto o desacierto de su Gobierno en la respuesta al desafío.
De momento sigue sin estar cerrada la fecha de la nueva entrevista entre el jefe del Ejecutivo y el presidente de la Generalitat, la primera de esta Legislatura catalana. De esa fecha depende que cuadre o no el plan nacionalista de presentar ya en Madrid las primeras cartas credenciales del proyecto para la independencia, como ERC sostiene que ocurrirá.
Encuentro en el AVE
Cuatro meses después de la fracasada reunión en La Moncloa, el pasado 20 de septiembre, para hablar del pacto fiscal, Mariano Rajoy y Artur Mas volverán a verse hoy a bordo de un convoy del AVE, durante un viaje que dará por inaugurada la llegada de la alta velocidad a la frontera con Francia. En CiU y ERC, dieron por hecho ayer que Mas aprovechará el encuentro con el presidente del Gobierno para reclamarle las inversiones que tiene pendientes con Cataluña –8.000 millones de euros, según los republicanos– y para abrir el diálogo sobre el derecho a decidir. El secretario general de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), Oriol Pujol, admitió que «conociendo la voluntad de diálogo del president de la Generalitat, estoy seguro de que lo aprovechará y no dejará pasar la oportunidad» para hablar con Rajoy sobre el derecho a decidir. Pujol ve de sentido común que Mas y Rajoy aborden la consulta, mientras que ERC trasladó a CiU que el president no desaproveche la ocasión para recordarle a Rajoy que el Gobierno tiene inversiones pendientes con Cataluña, el dinero correspondiente a la adicional tercera en materia de infraestructuras o las últimas pagas del fondo de competitividad, sin ir más lejos.
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