Congreso de los Diputados
Cs se queda solo en la exigencia de nuevas elecciones
PSOE y PP afean a los de Rivera su ambición mientras el partido naranja plantea comicios en primavera.
PSOE y PP afean a los de Rivera su ambición mientras el partido naranja plantea comicios en primavera.
El Congreso de los Diputados celebró ayer el primer Pleno de la era Sánchez sin la presencia, eso sí, de la mayoría de los ministros del Ejecutivo socialista. Tan sólo acudieron a sus escaños los titulares de Justicia, Fomento y Política Territorial –Margarita Robles, José Luis Ábalos y Meritxell Batet, respectivamente– al ser los únicos que tienen acta de diputado. En la bancada popular, los ex ministros que también son diputados ocuparon sus nuevas ubicaciones, repartidos todos ellos entre la segunda y la tercera fila del grupo parlamentario. Mariano Rajoy, que no acudió al Pleno, seguirá las sesiones desde el primer asiento de la bancada y a su lado estarán el portavoz, Rafael Hernando, y Dolores de Cospedal. Por su parte, Soraya Sáenz de Santamaría ocupará el escaño situado detrás de Rajoy.
Al margen del baile de asientos, la atención del Pleno estuvo acaparada por una proposición de Ciudadanos en torno al Instituto Cervantes, pero en la que el partido de Albert Rivera introdujo un punto final para exigir la convocatoria urgente de elecciones generales. La formación naranja buscaba así que el resto de grupos políticos se posicionase en torno a un eventual adelanto electoral. La votación puso de manifiesto la soledad de Ciudadanos en la exigencia de estos comicios: 34 votaron a favor, 173 en contra, mientras que 132 –del grupo popular– optaron por la abstención.
El diputado de Ciudadanos Toni Cantó fue el encargado de defender la necesidad de que sea «un Gobierno fuerte y limpio» el que se encargue de afrontar los retos del país: «La mayoría de los españoles quieren elegir, quieren un Gobierno legitimado. No necesitan parches, quieren reformas», aseguró. Cantó ofreció al Ejecutivo socialista pactar una fecha para la celebración de estos comicios y puso sobre la mesa su convocatoria para la próxima primavera. «Gobernar no consiste en alcanzar el poder a cualquier precio. No puede ser que el presidente tenga miedo a la decisión de los españoles. ¿Y saben cómo se decide en democracia? Votando», concluyó su intervención.
La moción naranja recibió la crítica unánime del resto de grupos, no sólo por el fondo, sino por el hecho de de utilizar una propuesta sobre otro tema –la apertura de un Instituto Cervantes en la capital de Estados Unidos– para forzar el debate en torno a los comicios. El diputado del PSOE José Andrés Torres Mora criticó la incoherencia de Cs: «Es bueno para España que continúe esta legislatura, es constitucional y legítimo, explorar otras posibilidades de futuro con otro Gobierno». Belén Hoyo, diputada del PP, afeó la «ambición» del partido de Rivera, que vive, señaló, «más preocupado por las encuestas que por el interés de los españoles». La popular también cargó contra Cs por el hecho de haber propiciado con su «temeridad» que la moción de censura prosperase. El resto de grupos se posicionó igualmente en contra de Cs. El diputado de Compromís Ignasi Candela fue el único en atreverse a poner fecha a las próximas generales: «Las habrá cuando toca, en 2020».
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