Gobierno de España
De Guindos, el ministro que susurra a Wolfgang Schäuble
Luis de Guindos / Ministro de Economía, Industria y Competitividad
La recuperación de la economía española durante los últimos tres años responde a un factor fundamental: la estabilización macroeconómica que ha despejado las dudas sobre nuestra permanencia en el euro y sobre la capacidad del Estado para atender el pago de su deuda. Este proceso de estabilización macroeconómica se ha debido al espaldarazo que nos dieron nuestros acreedores europeos desde mediados de 2012 (crédito extraordinario para recapitalizar la banca española y, sobre todo, promesa de rescate ilimitado por parte de Mario Draghi). Es muy probable que Europa hubiera estado en cualquier caso predispuesta a salvarnos para evitar una implosión descontrolada del euro, pero quien desde luego pilotó la negociación de los términos y condiciones de ese crucial salvamento fue esencialmente De Guindos.
Así, la renovación (y ampliación) de las competencias ministeriales de Luis de Guindos puede interpretarse tanto como una recompensa a los servicios prestados durante la anterior legislatura como una señal de dependencia de los contactos del titular de Economía dentro de la Eurozona. De Guindos mantiene relaciones suficientemente fluidas con sus colegas comunitarios, incluido el todopoderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble: es esa buena sintonía la que en ocasiones puede inclinar las balanzas negociadoras hacia un lado o hacia el otro.
Y, desde luego, España necesitará buena sintonía con Europa durante los próximos años, aunque sólo sea para evitar ser sancionada por su reiterado incumplimiento del déficit público. El ministro de Economía ya se batió el cobre durante el pasado mes de julio para evitar las represalias que sin duda nos merecíamos: logró un nuevo aplazamiento del calendario del déficit sin ninguna sanción asociada. Mas todo apunta a que España continuará incumpliendo sus compromisos de déficit durante los próximos años y de nuevo será necesario sentarse con nuestros socios para aplacar sus más caldeados ánimos.
Ésa será la principal misión de De Guindos en el nuevo gobierno: mantener sus fluidas relaciones con Europa. Sin embargo, no debería ser la única, especialmente tras acaparar las competencias de Industria: España continúa necesitando de importantísimas reformas estructurales en prácticamente todos sus sectores (mercado laboral, sector financiero, transporte, etc.) y el Ministerio encargado para impulsarlas y coordinarlas es el de Economía e Industria. El cierto crecimiento de la actividad y del empleo que estamos experimentando en los últimos años no debería llevar al Gobierno, ni al Ministerio de Economía, a vivir de las rentas de la recuperación: todas aquellas profundas liberalizaciones que deberían haberse acometido hace años deberían tratar de ejecutarse ahora. Aun cuando la fragmentación parlamentaria lo dificulte o impida, ése es el impulso que De Guindos debería imprimirle a esta nueva etapa.
Los retos
- Rebajar la deuda
El endeudamiento cerrará el año en el entorno del 100% del PIB, lo que deja a España con el sexto mayor registro de la UE.
- Exportaciones
Las ventas al exterior llevan años de crisis encadenando récords, pero es preciso consolidar esta tendencia en época de bonanza.
- Nuevo mapa bancario
La parálisis política estaba frenando el proceso de consolidación bancaria, con varias fusiones posibles a la vista.
- I+D+i
Recuperar unos mayores niveles de inversión en innovación es prioritario para elevar la competitividad de la economía.
- Emisiones del Tesoro
Seguir rebajando los ya de por sí bajos tipos de interés que ofrece España en sus colocaciones de deuda pública en el mercado.
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