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Una española dirigía desde Canarias la red de esclavas sexuales del EI
La mujer detenida estaba implicada en la radicalización y facilitación del viaje a Siria de otras mujeres a quienes incitaba a viajar, facilitaba la ruta y las medidas de seguridad necesarias para no ser detectadas durante el tránsito.
La mujer detenida ayer por la Policía en Arrecife de Lanzarote estaba en contacto con algunos de los principales dirigentes del Daesh, el Estado Islámico, de los que había recibido instrucciones concretas para que captara a mujeres, mejor si eran menores de edad, con el fin de enviarlas a Siria e Irak. Allí, serían explotadas sexualmente, ejercerían labores de apoyo doméstico y hospitalario y, lo que resulta más llamativo, funciones de policía (como auténticas comisarias políticas) fiscalizadora en la observancia, en el ámbito femenino, de la sharía que consiste en la interpretación más rigorista de la religión musulmana.
El incumplimiento de estas normas se corrige con una serie de castigos que pueden llegar a la muerte.
Degolladas
Recientemente, en un hecho que no tiene precedentes cercanos, dos mujeres fueron degolladas públicamente tras ser acusadas de practicar la brujería.
La arrestada, según fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN, es una española de Cádiz que se convirtió en su día al Islam y que había ido «escalando» dentro de la estructura clandestina del Daesh en España, hasta el punto de situarse en los lugares que permiten un contacto directo con los dirigentes del Estado Islámico en zona de combate, de los que recibía las instrucciones y a los que transmitía los avances que lograba.
Su presencia en Canarias, a donde había llegado recientemente, se debe, probablemente, al intento de pasar desapercibida, al estar alejada de «zonas calientes» como Cataluña, Ceuta, Melilla y Madrid.
Las órdenes que había recibido eran tajantes en el sentido de fanatizar religiosamente al mayor número de jóvenes adolescentes, cuyo bajo nivel de conocimiento del Islam las hace presas fáciles de los planes de radicalización, y organizar su desplazamiento a Siria e Irak.
Carencias
El Estado Islámico, que se presenta ante el mundo con los vídeos que muestran sus atrocidades con el fin de sembrar el terror, o con otros en los que trata de transmitir lo bien que se vive en su «califato», tiene graves problemas.
No le faltan voluntarios para combatir, pero sufre una gran carencia de mujeres, fundamentales para la procreación y para satisfacer sexualmente a los yihadistas (que las pueden rechazar en cualquier momento), así como profesionales de diversos ramos, en especial de la medicina.
Red de captación
El proyecto de gran «califato» choca con estas carencias que los cabecillas del Daesh tratan de solucionar con el trabajo que desarrolla su red de captación, a la que pertenecían la joven española arrestada ayer y el individuo detenido esta misma semana en Badalona.
Ambas operaciones han sido coordinadas por la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía, en colaboración con las unidades territoriales respectivas.
La detenida ayer, según las citadas fuentes, tras lograr la radicalización de las adolescentes, las incitaba a viajar, les facilitaba la ruta y las medidas de seguridad necesarias para no ser detectadas durante el tránsito hacia Siria e Irak. Además, las informaciones obtenidas durante las investigaciones han permitido conocer la plena voluntad de Fátima de desplazarse a la zona controlada por el Daesh en la región sirio-iraquí, para adquirir un mayor compromiso con la causa.
Continuidad
Esta operación policial, según subraya el Ministerio del Interior, es continuación de las desarrolladas en agosto y diciembre de 2014 por la Comisaría General de Información en Ceuta, Melilla, Barcelona y también en Marruecos, que se saldaron con la detención de 10 personas. Entre ellas, se encontraba una menor de edad acompañada de otra mujer, que fueron interceptadas en Melilla en el momento en que se disponían a abandonar España con destino a Marruecos.
Con esta sucesión de operaciones antiterroristas –agrega– el Cuerpo Nacional de Policía ha impedido la captación efectiva de un numeroso colectivo de mujeres por parte de redes yihadistas cuyo propósito era el de enviarlas a territorios controlados por el Daesh, a pesar de que algunas de ellas eran menores de edad. En definitiva, se trata de un nuevo caso de mujeres nacidas y residentes en países europeos que han sufrido un proceso de radicalización que ha desembocado en su compromiso y adhesión ideológica al yihadismo y su integración en la organización terrorista Daesh.
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