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Don Felipe: «Dedicaré mis fuerzas a servir a una nación unida y diversa»
El Príncipe llama a instituciones y sociedad a anteponer el bien común al interés particular para superar la crisis y expresa su deseo de servicio a España, «una Nación una historia milenaria».
El día, frío, se levantó solemne como el pendón heráldico del Principado de Viana que colgaba en el interior de la iglesia abacial del monasterio de Leyre. Y fue ayer la última vez que el Príncipe de Asturias lo miró como valedor del título. Junto a Doña Letizia, Don Felipe presidió la entrega del Premio Príncipe de Viana de la Cultura al historiador capuchino Tarsicio de Azcona, en uno de sus últimos actos como heredero.
A pesar de que desde Zarzuela se insiste en que hasta que la proclamación «diga lo contrario» se seguirá respetando la normalidad institucional, y, por tanto, Don Felipe seguirá en su papel de heredero y Don Juan Carlos, en el de Jefe de Estado, el Príncipe no pudo evitar aportar cosecha propia. «Me permitirán que, respetando el procedimiento parlamentario iniciado, les reitere mi empeño y convicción de dedicar todas mis fuerzas, con esperanza y con ilusión, a la apasionante tarea de seguir sirviendo a los españoles, a nuestra querida España», comentó.
Si el Gobierno interviene en los discursos tanto del Jefe de Estado como del Príncipe, conocida es en la Casa la predisposición de Don Felipe para quedarse hasta altas horas de la noche analizando los textos que leerá el día siguiente. «El Rey es comunicación oral; el Príncipe, de papeles», dicen fuentes de la Casa Real.
«Es evidente que el día de hoy tiene una significación especial, después de que el lunes el Rey anunciara su decisión de abdicar». En el mensaje de ayer se notó la pluma del inminente heredero, consciente de la responsabilidad que empezará a asumir. A sus 46 años, el día de su cumpleaños comentó a este periódico que afrontaba el año «con fuerza y con ganas, como todos». Por aquel entonces, el 30 de enero, ya sabía que su padre iba a abdicar. En el momento en que sea proclamado Rey su función será, tal y como marca la Constitución, ser garante de la estabilidad y de la unidad del país, algo que se antoja un reto con la ofensiva independentista catalana. Allí, en tierras de los primeros Reyes de Navarra, Don Felipe definió a España como una «comunidad social y política, unida y diversa, que hunde sus raíces en una historia milenaria». Las continuas visitas del Príncipe a Cataluña desde que comenzó el año han sido más que llamativas, teniendo en cuenta que en una de ellas se reunió con el «lobby» empresarial Puente Aéreo para que los dirigentes de las principales compañías españolas le trasladaran sus inquietudes respecto a cómo influye la ofensiva de Artur Mas. La abdicación del Rey explica el interés de la Corona por que Don Felipe tomase el pulso a la situación en Cataluña.
Pero no es sólo la crisis territorial a la que se enfrenta el Príncipe, ni tampoco la económica. A pesar de que las últimas encuestas son más favorables a la imagen de la Corona, queda mucho trabajo de fondo para devolver la confianza a los ciudadanos.
Fuentes cercanas a la Institución informaron de que el hijo del Jefe de Estado estaba muy centrado en su trabajo, al ser muy consciente de que su imagen determinaría el futuro de la Monarquía española, con el apoyo rotundo de los grupos parlamentarios para aprobar la ley de abdicación, por lo que su debut como Felipe VI será crucial. «En estos periodos de dificultades como los que atravesamos», dijo, «sólo uniendo nuestros afanes, anteponiendo el bien común a los intereses particulares, e impulsando la iniciativa, la investigación y la creatividad de cada persona, lograremos avanzar hacia escenarios mejores». España comienza a sentir ya la mejoría y «ése es el ánimo que todos debemos tener para afrontar con decisión el futuro y ampliar el campo de esperanza que se abre ante nosotros». Palabras de quien lleva tiempo preparándose para no sentirse sólo por dentro Felipe VI.
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