Terrorismo yihadista
El Daesh organiza sobre la marcha “células durmientes” antes de perder sus últimos bastiones
Se organizan por naciones con el fin de operar en los lugares de los que partieron
Los cabecillas de la banda yihadista Daesh organizan sobre la marcha, antes de perder toda la operatividad, “celulas durmientes”.
Las informaciones obtenidas por las tropas kurdas del FSD sobre el terreno y las que ofrecen los “desertores” que han decidido abandonar el Estado Islámico y no resistir hasta la muerte en el último bastión que mantienen en Siria, coinciden en que los cabecillas de la banda yihadista organizan sobre la marcha, antes de perder toda la operatividad, “celulas durmientes”.
Los integrantes de estos grupos, pese al cerco de las Fuerzas Democráticas Sirias (FSD) y expertos militares norteamericanos, habrían logrado salir de esos últimos bastiones y se ocultan, de momento, en el desierto. Sus objetivos iniciales son los de cometer atentados sobre el terreno, pero, según expertos consultados por LA RAZÓN, el destino de algunas de estas células está en los países occidentales.
Para ello, se organizan por naciones con el fin de operar en los lugares de los que partieron para convertirse en FTF (Foreings Terrorist Figther). Francia, Bélgica, Alemania, los Países Bajos, etcétera, cuentan con centenares de huidos para integrarse en el Estado Islámico y, aunque España tiene identificados a los que nos pueden afectar, no se puede despreciar el peligro que suponen.
Cuando, a partir de 2016, el Daesh interiorizó que lo que parecía una “marcha triunfal” para constituir un “califato mundial” no pasaba de ser una quimera en la mente de un fanático como Abu Bark Bagdhadi, comenzaron a elaborar manuales destinados a formar a los integrantes de las “células durmientes”.
Los siete principios, tal y como adelantó este periódico, que tienen que tener presentes los miembros de estos grupos criminales, son los siguientes: asegurar el elemento sorpresa contra el enemigo; seguridad interna, ya que “el musulmán debe estar vigilante y nunca dar oportunidad al enemigo de sorprenderle”; informarse sobre los errores que cometieron otras células para no incurrir en los mismos; no caer en la negligencia pero tampoco en la paranoia; la información sólo debe darse a quienes la necesitan; tener presente que un error “te lleva a otro, y hay casos donde el error es el primero y el último, por ejemplo cuando trabajas con explosivos”; y no seas prisionero de “tu propia rutina”.
Son principios básicos, pero que si se cumplen complican a las Fuerzas de Seguridad la localización de los terroristas.
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