Política

Caso ITV

¿El fin del «hereu»?

Pujol abre la puerta a apartarse de la primera línea política si es imputado, para no perjudicar la consulta

La Razón
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Apenas una hora después de enterarse por la Prensa de que la Fiscalia ha solicitado al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) su imputación por presunto delito de tráfico de influencias en el caso de las ITV, Oriol Pujol compareció, con la naturalidad de siempre, para dar parte de la reunión ejecutiva de su partido.

Apenas una hora después de enterarse por la Prensa de que la Fiscalia ha solicitado al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) su imputación por presunto delito de tráfico de influencias en el caso de las ITV, Oriol Pujol compareció, con la naturalidad de siempre, para dar parte de la reunión ejecutiva de su partido. No se escudó en ningún compañero, cogió el toro por los cuernos y abordó el tema del que todos hablaban en CDC, que la Fiscalía pide su imputación y que si el requerimiento se cumple no descarta apartarse de la primera línea política. Pujol, aunque es el único del clan que ha seguido los pasos de su padre en la política, siempre ha defendido que se parece más a su madre, genio y figura hasta la sepultura. Mostró el «carácter Ferrusola» a lo largo de una comparecencia en la que sacó pecho reiterando su inocencia, no le tembló la voz cuando dejó entrever que podría apartarse de sus cargos si finalmente resulta imputado, y tuvo la osadía de achacar su acusación al juego sucio contra el proceso soberanista. El secretario general de CDC recogió el guante que Artur Mas lanzó hace cuatro días con la idea de preparar el terreno para que la posible imputación de su número dos no perjudique a la Generalitat ni haga tambalear el proceso soberanista que acaba de iniciar. Pujol defendió que una imputación no es una condena, «aunque los medios de comunicación vendan lo contrario», lamentó. Volvió a negar que fuera colaborador de ninguna trama corrupta y avanzó que si lo acaban imputando podrá defenderse mejor porque tendrá acceso a los detalles del sumario y a las acusaciones que se le atribuyen. Si finalmente es imputado, comparte la idea que Mas lanzó el pasado viernes. Analizará si le hace un flaco favor a su partido manteniéndose en el cargo y, sobre todo, si perjudica el viaje hacia Ítaca –la Cataluña independiente, según el imaginario catalán–. «Nadie tiene que molestar en el proceso histórico que acaba de emprender Convergència», dijo, dejando entrever que podría apartarse de la primera línea política si, llegado el momento, le imputan. Pese a las insistentes preguntas de los periodistas, Pujol no explicó si tiene pensado dejar todos sus cargos o sólo los cargos institucionales. Además de ocupar la secretaría general de CDC, ejerce de presidente del grupo parlamentario de CiU. Los rumores que se oyen dentro de la federación apuntan a que podría dejar sus cargos parlamentarios y mantener los del partido. Aunque no sea una condena, su imputación cortaría las alas a su carrera política. Pujol es el delfín mejor colocado para relevar a Artur Mas, que tras el batacazo electoral, es considerado un cadáver político. Mas avanzó que se retiraría de la primera línea tras conseguir que se celebre el referéndum por la independencia; según el pacto de legislatura con ERC, esto será en 2014. Pero el problema es que no tiene quien le suceda. Quien opte por leer el dibujo del actual gobierno de la Generalitat en clave sucesoria, pensará que el conseller de la Presidencia y figura de la máxima confianza del president, Francesc Homs, es la persona mejor situada para sustituir a Mas. Pero Homs ya ha sugerido que su carrera política acabará con la de Mas. Fuera del Govern, los focos apuntan hacia el portavoz de CiU en el Parlament, Jordi Turull, aunque aún le quedan unos años de rodaje. El ex conseller Lluís Recoder, apartado del Ejecutivo, ha quedado en un segundo plano, pero ya ha dicho que no descarta postularse para relevar al president. Pujol está abonando el terreno para defender su imputación y recolocarse en la línea sucesoria, al fin y al cabo, su padre fue imputado por el «caso Banca Catalana», luego fue exculpado y gobernó 23 años. Aunque aseguró que «no se envolverá en la senyera», no descartó que tras la investigación de las ITV haya dirigentes del PP. «No es casualidad» que desde que se inició el proceso soberanista se hayan lanzado acusaciones contra CiU, apuntó.