Mossos d'Esquadra
El Gobierno relevará a Trapero por otro miembro de la Policía catalana
«Profesionalidad» y «respeto a la Constitución» son los criterios que guiarán la elección. El nuevo mayor elegirá a un nuevo cuadro de colaboradores para revertir la purga de «españolistas» previa al 1-O
«Profesionalidad» y «respeto a la Constitución» son los criterios que guiarán la elección. El nuevo mayor elegirá a un nuevo cuadro de colaboradores para revertir la purga de «españolistas» previa al 1-O.
El Ministerio del Interior nombrará a un comisario de los Mossos d’Esquadra, de acreditada «profesionalidad» y «respeto a las normas constitucionales», como nuevo jefe del cuerpo policial autonómico, en sustitución de José Luis Trapero. Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, en el caso de que finalmente se llegue a la aplicación en todos sus términos del artículo 155 de la Constitución, Interior asumirá inmediatamente las funciones encomendadas hasta el momento al conseller Joaquim Forn y una de las primeras medidas que se adoptará será la sustitución de Trapero, actualmente investigado por sedición y contra el que se han dictado ya medidas cautelares como la retirada de pasaporte.
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, está en permanente contacto con sus colaboradores inmediatos, así como con los máximos jefes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, para abordar este asunto, sobre el que se tomarán, si es necesario, las primeras decisiones el próximo fin de semana. Sobre la mesa, según las citadas fuentes, hay ya varios nombres de comisarios de los Mossos que podrían ocupar el cargo de mayor. El comisario designado procederá, como es preceptivo, a nombrar un equipo de colaboradores de máxima confianza para que ocupen los puestos de más responsabilidad en la policía autonómica. El proceso incluirá también el cese del equipo actual de Trapero, buena parte del cual llegó al poder después de una auténtica purga de presuntos «españolistas» o, simplemente, «constitucionalistas». Cuando se acometieron esos cambios por parte de Trapero, en la mente de todos estaba que se trataba de configurar una cúpula de la policía autonómica adecuada para el proyecto que estaba en marcha y que debía conducir a la proclamación de la República catalana. Las mismas fuentes aseguran que la purga –y los acontecimientos que se han producido en Cataluña desde entonces– han sembrado inquietud y preocupación en amplios cuadros de los Mossos que nunca quisieron dejar de trabajar con profesionalidad al servicio de todos los ciudadanos y sin adscripciones políticas.
Aunque se ha comentado que los Mossos están divididos a partes iguales entre soberanistas y constitucionalistas, fuentes que conocen bien en asunto lo niegan y aseguran que son inmensa mayoría los segundos. La situación que se ha generado en los últimos meses ha provocado que los independentistas pudieran manifestar abiertamente sus opiniones al tiempo que los auténticos profesionales tenían que callar por prudencia, dado que los jefes amparaban a los secesionistas. Aunque no hayan trascendido, se han producido problemas muy serios de enfrentamientos en algunas comisarías dada la tensión que se produce en Cataluña y a la que no puede ser ajenos los 17.000 agentes de los Mossos.
Decisiones tan llamativas como poner como escolta de Puigdemont a la unidad especializada en asaltos, el GEI –análogo a los GEO de la Policía o la UEI de la Guardia Civil– por sí se procedía a la detención del president, resultan tan ridículas que se comentan por sí solas. Si se diera esa eventualidad, los que fueran a arrestarle acudirían con una orden judicial y, en ese caso, ¿qué harían entonces esos agentes? ¿Oponerse al cumplimiento de la orden, con las consiguientes responsabilidades penales en las que incurrirían? Casos como éste se citan a propósito de la situación a la que unas mandos politizados y al servicio de la causa independentista han llevado a los Mossos D’Esquadra.
Ayer mismo, fuentes oficiales de Interior aseguraron que el ministerio lleva elaborando «en las últimas fechas» la relación de medidas «que le correspondería materializar ante la aplicación del artículo 155». Este protocolo ha sido desarrollado «por los máximos expertos en seguridad» de Interior para «responder con proporcionalidad a cada una de las necesidades» que se presenten en el futuro. El departamento dirigido por Zoido ya ha avisado de que en el caso de que se produzcan episodios en los que se desobedezcan órdenes, los mossos rebeldes podrían incurrir en responsabilidades disciplinarias sin perjuicio de los procesos penales o de lo contencioso administrativo que puedan derivarse de sus actuaciones. Otro punto que ha dejado claro Interior desde un primer momento es que los mossos que se nieguen a cumplir las directrices emanadas del nuevo escalafón serán sustituidos por guardias civiles y policías nacionales. Otro tema clave a la hora de proteger la seguridad, garantizar la libertad y velar por la convivencia pacífica en Cataluña es la capacidad que tendrá la nueva dirección que sustituirá al conseller Forn para diseñar un despliegue coordinado de los Mossos, la Guardia Civil y la Policía, punto este que faltó en la jornada del primero de octubre debido a la actitud de Trapero, con las consecuencias por todos conocidas.
En diferentes diligencias judiciales, la Fiscalía ha recabado pruebas de la pasividad y la resistencias de las que hizo gala este último en el cumplimiento de las ordenes emanadas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
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