Bruselas
El posible o imposible giro de Merkel
Las últimas cifras de Eurostat certifican que la zona euro ha salido de la recesión más larga de su historia en el segundo trimestre de este año. A pesar del signo de aliento que supone este dato, la Comisión Europea se ha apresurado a defender la necesidad de no caer en el triunfalismo y de seguir con las reformas. ¿Estamos ante un punto de inflexión en las políticas de austeridad comandadas desde Alemania o este éxito de la economía germana sólo invita a seguir por la senda ya trazada?
Si bien la Comisión Europea no ha renegado hasta ahora de manera contundente sobre su pregonada ortodoxia fiscal, en los últimos tiempos hemos apreciado algunos cambios. Bruselas ha concedido cómodas prórrogas de dos años en la reducción del déficit público a países como Francia o España, con la contrapartida de redoblar los esfuerzos en las medidas estructurales, e instituciones como el FMI han criticado de manera abierta el excesivo énfasis en los recortes y han pedido a Alemania una visión más europea en su política.
Lo que pase en Berlín en las próximas elecciones volverá a marcar el rumbo de Europa y el gran interrogante es si una vez que Merkel tenga amarrada la cancillería y una coalición de gobierno clara, se mantendrá en su política o cederá en algunos supuestos.
Pieter Cleppe, del think tank Open Europe, no espera un «gran cambio» después de las elecciones de otoño en Alemania. Cree que hay que ser «prudente» al analizar los datos y no «caer en el pesimismo, sino en el realismo», ya que las tasas de desempleo de países como España y Grecia siguen siendo «muy altas y hay incluso países triple A como Holanda que continúan en recesión». Por eso, cree que aunque países como España han hecho importantes avances aún deberán seguir emprendiendo reformas. Además, advierte de que una bajada de tipos prolongada por parte del Banco Central Europeo puede beneficiar a las economías periféricas, pero podría volver a desatar la oposición del Bundesbank alemán, temeroso de que la inflación se dispare.
Guntram B. Wolff, director del think tank Bruegel, asegura que para que los buenos resultados en la economía cercana puedan sacar a la zona euro se necesita una mayor inversión pública por parte de Berlín y la liberalización de su sector de servicios. Wolff también pide la continuación de las reformas estructurales en los países periféricos, tanto en el mercado de trabajo como una menor regulación empresarial que facilite la competencia.
Una de las pruebas de fuego que deberá afrontar la zona euro este próximo otoño será Grecia. Los analistas vaticinan una posible quita de la deuda, ésta vez pública, ante la imposibilidad de garantizar su sostenibilidad. Esta semana se ha filtrado un informe del Bundesbank en el que se considera ineludible un tercer rescate en 2014. Aunque éste es un tema que Merkel ha intentado evitar a toda costa en plena campaña electoral, no ha tenido más remedio que hacer alguna alusión y este fin de semana ha descartado una posible quita por la «intranquilidad» que generaría en la zona euro.
Wolf cree que "políticamente la solución sobre qué va a pasar con Grecia todavía no se ha tomado"y que llegará a principios de 2014 lo que "incrementará las tensiones en el seno de la troika"ya vividas durante el último año. Cleppe también considera que la situación no será fácil entre los diferentes acreedores de Grecia, pero que "la estructura de la troika o se romperá por un nuevo rescate a Grecia ya que los europeos quieren que el FMI continúe a bordo"
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