Cataluña
El presidente se volcará en el 27-S por «cuestión de Estado»
Estará en todas las provincias y al menos dos veces en Barcelona.
El PP ultima su campaña en Cataluña. Unas elecciones difíciles por la altura que ha cogido el desafío independentista, pero también por sus posibles repercusiones en las generales de diciembre. Ayer se reunió el Comité de Dirección del PP sin Mariano Rajoy, porque el presidente del Gobierno está en Alemania para participar en una reunión con la canciller, Ángela Merkel. Sí presidirá el Comité Ejecutivo de la próxima semana.
En lo que afecta a la campaña y a la estrategia catalana, el guión está ya muy avanzado. Según confirmaron fuentes de la dirección popular a LA RAZÓN, está tomada la decisión de que Rajoy se eche a hombros la batalla electoral y que tenga una participación muy significativa en la misma. Esto incluye el riesgo de que el resultado le afecte más directamente, y si es malo, el desgaste sea mayor. Pero en su entorno sostienen para explicar esta estrategia que éste es «un tema de Estado, en el que algunas cuestiones puramente partidistas tienen que pasar a un lado».
Al hilo de las encuestas electorales, algunas han llegado a pronosticar una debacle del PP catalán, y hasta el sorpasso por parte de Ciudadanos, se abrió dentro del PP el análisis sobre la repercusión de cara a las elecciones generales del resultado en Cataluña. Pero hacer pronósticos sobre esa influencia es muy difícil, así que el camino elegido por la dirección popular es el de implicarse al máximo, respetando la autonomía de la organización regional, pero «mojándose» personalmente en la refriega y tirando para ello del Gobierno en pleno y de otros altos cargos del partido con mejor imagen en Cataluña. La agenda que maneja Génova señala que Rajoy visitará todas las provincias catalanas, y estará al menos dos veces en Barcelona. Los actos previstos confirman que será una campaña de mucha calle, en la que busquen el contacto cercano con la gente.
Perfil pedagógico
Para la parte más sectorial, contarán con los ministros, especialmente aquellos con más enganche en Cataluña como puede ser la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. En cualquier caso, cada uno cumplirá con su papel dentro de una campaña a la que el PP quiere dar un perfil pedagógico para combatir el victimismo nacionalista y contestar con «datos» a la «propaganda» de la candidatura única. Siguen trabajando en política exterior, como ayer informó este periódico en relación a la cumbre con Merkel, y preparando informes y argumentarios en inversiones, en financiación y en otras áreas sectoriales.
Este despliegue irá acompañado de una campaña paralela con el ministro del Interior, Jorge Fernández; la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, «número dos» de la candidatura; y la ex secretaria general del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, que tiene como objetivo cubrir así todo el espacio, según explican en Madrid. Este próximo sábado empezarán a desplegar su artillería electoral con la Escuela de Verano, foro que este año se llevan a Cataluña y que clausurará el presidente del Gobierno.
La encuesta que este periódico publicaba la pasada semana ya anticipaba una mejora para los intereses electorales del PP catalán desde que Rajoy optó por Xavier García Albiol como candidato a la Generalitat. Y en Génova confían en que esa tendencia vaya al alza con su estrategia de hacer una campaña muy pegada a la calle, en la que el componente más ideológico pasé a un segundo plano para poner por encima la defensa del «sentido común, de la unidad y del interés general de los catalanes». Con una llamada al voto de todos los quieren que Cataluña siga ligada a España, más allá de siglas. Ayer, García Albiol adelantó el gesto en «Espejo Público», en Antena 3, al tender la mano explícitamente a los votantes socialistas, al cinturón de Barcelona y al catalán de clase media que puede ser votante de izquierdas, pero que no se siente independentista.
El candidato del PP a la Generalitat elogió en Antena 3 la visión del ex presidente del Gobierno Felipe González del desafío independentista, que este fin de semana fijó en una carta en El País, y la contrapuso a la de un PSC «en tierra de nadie, ni en una orilla ni en la otra». Defendió que el problema no radica en la reforma de la Constitución, sino en que hay «un Gobierno que se ha dedicado sólo a los temas identitarios». E hizo un enérgico llamamiento a los votantes socialistas y de otros partidos a que, «más allá de su ideología», apoyen al PP en las elecciones del 27-S porque su proyecto va más allá de las siglas. Rajoy hará tándem con este discurso españolista y sin complejos que enarbola García Albiol y, según anticipan en Moncloa, el presidente también hará guiños a los votantes de otros partidos que no quieren que Cataluña siga avanzando por el «precipicio soberanista». «En estas elecciones Cataluña se juega su ser. No son unas elecciones más. Quien crea que esta vez también se está usando la independencia como un elemento de presión se equivoca. CDC y ERC van en serio. Y votarles no es votar más Cataluña, sino una Cataluña fuera de España y de Europa», sentencia un ministro.
Rajoy también se la juega políticamente el 27-S. Sin mayoría de la lista independentista tendrá una piedra menos en el camino para mantener La Moncloa; con mayoría de Artur Mas y Oriol Junqueras, su discurso en defensa de la unidad nacional saldrá «tocado» y como presidente del Gobierno tendrá que volver a tomar decisiones para hacer frente al órdago rupturista.
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