Política

El desafío independentista

El PSOE celebra la victoria de Navarro y da por superadas las diferencias con el PSC

La Razón
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Primera victoria política de Pere Navarro. Los socialistas catalanes midieron sus fuerzas el domingo y el sector más catalanista salió ampliamente derrotado (según algunos socialistas, incluso humillados). La victoria del primer secretario del PSC frente a la minoría (muy minoritaria) más próxima al frente soberanista también es una victoria de Rubalcaba, según fuentes de la dirección federal. No en vano, recuerdan que la actitud de comprensión y trabajo silencioso con los socialistas catalanes ha dado sus frutos y ha puesto frente al espejo de la realidad a quienes clamaban por la ruptura interna y acusaban a la dirección federal de situarse en la ambigüedad en la defensa de la Constitución y la soberanía nacional.

La posición de Madrid, duramente atacada desde otros territorios, siempre tenía la misma respuesta: «Tarde o temprano, el PSC tendrá que desprenderse de la mochila del derecho a decidir. Hay que darles tiempo y un proyecto con el que evitar que se conviertan en compañeros de viaje de los independentistas». Pues bien, el PSC de Navarro se desprendió el domingo de tan pesada mochila para el PSOE y, aunque en la calle Ferraz trataron ayer de contener las expresiones de júbilo, daban por superadas las diferencias con el partido hermano. Y todo porque barrió la tesis de Navarro-Rubalcaba (258 frente a 41) para alejar al PSC del abismo independentista. Dicho de otro modo: no habrá un paso más en la escalada liderada por la Generalitat que no tenga el aval del Gobierno central. Las posiciones de PSC y PSOE vuelven por tanto a converger, pese a que algunos barruntan ya que el precio a pagar será la escisión de la minoría más cercana a las tesis del frente soberanista (un 13,2%).

Pese a todo, el secretario de Organización de los socialistas, Óscar López, no quiso ayer, en aras al «profundo respeto» a la autonomía de los socialistas catalanes, salirse del guión de la prudencia y se limitó a hacer hincapié en lo que «une» a los dos partidos, que resumió en un principio (la unidad de España), un proyecto (la reforma de la Constitución) y un método (el diálogo). No ocultó, eso sí, que la resolución adoptada por el Consejo Nacional, «tendrá consecuencias». Se refería sin decirlo a que los socialistas catalanes no volverán a votar separado del PSOE en el Congreso. Recalcó que la relación entre los dos partidos hermanos es «sólida» y «no dejó de serlo nunca», pese a que «en algún momento puntual haya habido una discrepancia». Por eso recordó que en la Conferencia Política quedaron patentes «los fuertes lazos políticos, históricos y de todo tipo» que les une. Hablaba del discurso de clausura de Rubalcaba en el que dejó clara la intención del PSOE de no romper con el PSC y la voluntad de ambos de «reconstruir» la convivencia de Cataluña con el resto de España.