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El PSOE de Melilla urdió una «trama» y ofrecía trabajo por votos

Pedro Sánchez, en el acto que celebró el 29 de abril en Melilla, donde estuvo arropado por Dionisio Muñoz y Gregorio Escobar (en el recuadro)
Pedro Sánchez, en el acto que celebró el 29 de abril en Melilla, donde estuvo arropado por Dionisio Muñoz y Gregorio Escobar (en el recuadro)larazon

Toda una trama urdida desde las más altas esferas del PSOE de Melilla y de Coalición por Melilla (CPM) para intentar lograr el único escaño que estaba en juego por la ciudad autónoma en las elecciones generales de marzo de 2008 para el Congreso y Senado; una trama en la que se ofrecía un puesto de trabajo en la oferta que realizaría la Delegación de Gobierno, entonces en manos de Gregorio Escobar, actual secretario general de los socialistas melillenses, a cambio de votar por correo a la candidatura conjunta que presentaban ambos partidos. Ahora, deberán responder ante la Justicia y ante un escrito de la Fiscalía en el que solicita penas que suman 231 años de cárcel para 30 acusados; entre ellos, además del secretario general del PSOE en Melilla, el candidato a sustituir a Juan José Imbroda al frente del Gobierno de la ciudad por CPM, Mustafá Hamed, conocido como Aberchán. Y, para cerrar el círculo, también tuvo una intervención relevante, presuntamente, quien era director de la oficina de Correos, Juan José Redondo Cecilia, quien asumió un «papel fundamental en la trama urdida para la captación ilegal del voto».

Fueron Dioniosio Muñoz Pérez, entonces secretario general de los socialistas de Melilla, y Aberchán, secretario general de CPM, quienes idearon toda la trama: «Se concertaron para crear un entramado orientado a la captación ilegal del voto, mediante el llamamiento masivo al voto por correo, bajo la promesa de la obtención de un puesto de trabajo en los planes públicos de empleo», afirma la Fiscalía en este punto. Esa «oferta» resultaba, además, «creíble», toda vez que los responsables políticos encargados de la atribución de los planes de empleo «pertenecían a la misma formación política de quienes habían ideado la ilegal estrategia electoral»; y resultó tan atractiva que las solicitudes para votar por correo resultaron «desmesuradas», pasando del 5,3 por ciento registrado en los comicios de 2004 al 11,42 en los de marzo de 2008.

Fases de la trama

En el extenso escrito de la Fiscalía se detallan las tres fases para llevar a cabo esa actuación delictiva: preparación, ejecución y emisión. La primera se trataba de «disponer la infraestructura precisa para propagar la oferta de trabajo vinculada al sentido del voto», es decir, buscar la «base de operaciones» desde la que organizar todo lo necesario –se eligió la sede de las Juventudes Socialistas–, localizar a personas de confianza para que «con máxima discreción» informaran de esa «oferta», y extender la misma por los barrios periféricos de Melilla, y, especialmente, entre el sector de población más desfavorecido económicamente o donde había un mayor desempleo.

En segundo lugar, la «ejecución», en la que se articulaba el procedimiento para que se aceptara esa oferta; y, en tercer lugar, la «emisión», es decir, el aseguramiento del voto, para lo cual se procedía a la «manipulación de los sobres entregados por ciudadanos, para su apertura, elección de la papeleta de la candidatura de la coalición CPM-PSOE e introducción en los sobres correspondientes al Congreso y Senado» para, posteriormente producirse una «entrega de cantidades masivas en la oficina de Correos para la emisión del voto por correspondencia». Y, de forma paralela, confeccionar la «lista definitiva con las personas quese beneficiarían de un plan de empleo dependiente de la Delegación del Gobierno». Toda esa presunta trama tuvo un efecto directo, ya que el 25 por ciento de quienes se beneficiaron de un puesto de trabajo coinciden en que votaron por correo, en una asignación donde se incumplieron los «criterios establecidos al objeto de otorgar preferencia a las personas que votaron a dicha coalición o colaboraron con ella.