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El PSOE ratifica en su programa trasladar el Senado a Barcelona

Cede a la presión de Andalucía y derogará «toda» la reforma laboral, aunque mantendrá su modificación en dos tiempos

El secretario general del PSOE, Pedro Sanchez durante su intervención en un acto público en la localidad de Viator
El secretario general del PSOE, Pedro Sanchez durante su intervención en un acto público en la localidad de Viatorlarazon

El PSOE se reunió ayer en Madrid para debatir las alrededor de 3.500 enmiendas presentadas al borrador del programa electoral con el que el partido concurrirá a las generales. La jornada nacía con el reto de apaciguar –por parte de la dirección federal– los ánimos de las federaciones andaluza, valenciana y castellanomanchega que presionaban desde hace días para articular un texto más contundente respecto a la derogación de la reforma laboral, que la modificara en todo y no sólo en parte. Pero la jornada dejó alguna sorpresa más, como la de la inclusión en el programa electoral del compromiso de trasladar la sede del Senado de Madrid a Barcelona. Sorpresa porque, aunque la propuesta no era nueva –ya la adelantó Sánchez en un mitin en Gavá–, no figuraba en el borrador del programa que el partido remitió hace escasas dos semanas para su discusión y enmienda.

El PSOE justifica el traslado del Senado a Barcelona en que la España federal que defienden en la reforma de la Constitución debe tener presencia en Cataluña. Una «cocapitalidad» que venían reclamando socialistas catalanes como el candidato a la alcaldía de la Ciudad Condal, Jaume Collboni, desde 2014. Los socialistas defienden que esta institución se convierta en una verdadera cámara territorial en el marco de la revisión de la Carta Magna que postulan. En su propuesta electoral, abogan además por culminar el reconocimiento de la pluralidad lingüística de la Cámara Alta.

Cuando Sánchez planteó la idea de llevar el Senado a Barcelona, también se mostró abierto a que otras instituciones, como el Tribunal Constitucional, tuviesen su sede en otras ciudades que no fueran Madrid, pero esta idea no se ha desarrollado en el programa electoral.

Otra de las novedades que se han introducido en el texto es la nueva redacción del párrafo referente a la derogación de la reforma laboral, en el que se ha incluido la palabra «toda» para calmar las presiones que venían ejerciendo los territorios, aunque se mantiene la hoja de ruta de Pedro Sánchez de acometer su modificación en dos tiempos: uno inmediato vía decreto ley según se acceda al Gobierno, en el que no se tocará la indemnización por despido, que se dejará en manos de los agentes sociales a través de la aprobación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores. De esta forma, la enmienda aprobada recoge la literalidad de lo que defendía la federación andaluza, de modo que si el PSOE llega a La Moncloa derogará «con carácter inmediato toda la reforma laboral del PP», aunque lo haga siguiendo el patrón impuesto por la dirección federal.

Tras las enmiendas de las federaciones, el programa incluye una mención al despido que el borrador no recogía y, aunque subraya que someterá este asunto a la negociación entre sindicatos y empresarios, precisa cuáles son los objetivos del candidato. En concreto, señala que busca recuperar «la causalidad y proporcionalidad del despido, incluyendo la revisión de los costes del mismo, y la razonabilidad en los despidos colectivos; garantizar que el despido sea la última medida en los procesos de reestructuración empresarial y asegurar una tutela judicial efectiva frente al despido».

El PSOE no asume este proceso de enmiendas a su programa electoral como algo traumático para el partido, sino que lo considera una «fortaleza», prueba de que el partido está «abierto» a la participación de socialistas «con o sin carné».