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División en el «núcleo duro» de Sánchez sobre su candidatura
Los portavoces autorizados del PSOE reniegan de la posibilidad de que se postule si fracasa Rajoy
Los portavoces autorizados del PSOE reniegan de la posibilidad de que se postule si fracasa Rajoy
«A día de hoy» existen pocas certezas en el PSOE, pero quizá lo único que se puede asegurar con cierta rotundidad es que el partido mantendrá su «no» ante Mariano Rajoy. Pedro Sánchez acude por segunda vez a reunirse con el presidente en funciones con una batería de preguntas bajo el brazo, decidido a resolver algunos de los interrogantes que atenazan la conformación de un nuevo Gobierno. Según fuentes de su entorno, el líder socialista le planteará a Rajoy si ha decidido ya presentarse a la investidura, aunque no tenga los apoyos; si ha fijado los plazos para hacerlo o si está dispuesto a comparecer en el Congreso como ha pedido el Grupo Socialista, entre otras cuestiones. Lo que no precisan estas fuentes es si el secretario general socialista será igual de solícito a la hora de resolver las dudas que él mismo ha sembrado sobre el rol que asumirá el PSOE para facilitar la gobernabilidad. Llamadas a la abstención aparte, en Ferraz existe unanimidad en torno a la idea de bloquear la investidura de Rajoy, pero ese bloqueo tendrá un resultado: el fracaso de Rajoy, y con él se abrirá un nuevo escenario. Es entonces cuando la unidad se rompe, cuando se barajan escenarios alternativos si el presidente en funciones no consigue la confianza de la Cámara, en los que Sánchez tomaría la iniciativa.
«Iremos a escuchar, pero no a negociar», sentencian ante el encuentro con Rajoy. Ni siquiera sobre la base de algunos de los puntos de encuentro que se alcanzaron con Ciudadanos para la investidura de Sánchez. En este asunto los socialistas son muy críticos y señalan que no tiene «credibilidad» que el PP rescate ahora un acuerdo que tachó de «bluff» y que comparó con el «Pacto de los Toros de Guisando». En Ferraz siguen «sorprendidos» por que el candidato popular haya comenzado por ellos la segunda ronda de contactos y vuelven a poner el foco en los partidos nacionalistas, a pesar de que el desafío secesionista en Cataluña y la convocatoria de elecciones vascas en septiembre hayan anegado esa vía de negociación. Tanto Convergència como el PNV se han situado en fuera de juego para la investidura –ya sea en desconexión o en campaña electoral– y complican el argumentario que el PSOE había construido en torno a ellos para eludir su responsabilidad.
Si la negativa a Rajoy cuenta con cierto predicamento en Ferraz, no así la posibilidad de que Sánchez tome la iniciativa de someterse a otra investidura. La puerta abierta que deja el secretario general es cerrada sistemáticamente por los portavoces oficiales del partido, que –no obstante– han comenzado a modular su negativa ante la ambigüedad de la que hace gala su líder. La división en el «núcleo duro» está servida. Antonio Hernando y Óscar López, portavoces en el Congreso y el Senado, respectivamente, han tomado las riendas de la comunicación del PSOE en ausencia de Sánchez y de su número dos, César Luena. Ambos se han mostrado bastante categóricos sobre la imposibilidad de que Sánchez asuma la responsabilidad de formar gobierno si Rajoy fracasa, pero sus pronunciamientos públicos y privados no se han visto refrendados por su secretario general. «No, sinceramente no», respondía Hernando a la pregunta de si Sánchez lo intentaría, la misma mañana en la que el mismo Sánchez evitó descartarlo.
Desde los territorios se felicitan de la iniciativa de los portavoces. «Es positivo que se haya echado por tierra la posibilidad de intentar formar gobierno si Rajoy no lo consigue», señalaban, al tiempo que esperaban que Sánchez confirmara el «planteamiento serio y realista» de Hernando. Dicha confirmación todavía no se ha producido.
Del mismo modo, Óscar López ha venido renegando públicamente de la opción de que el PSOE se lance a intentar una «investidura Frankenstein» –como definen barones y vieja guardia al pastiche de partidos nacionalistas y Podemos en un frente de izquierdas–. Sin embargo, la falta de respaldo por parte de la dirección ha llevado al portavoz a ir modulando esta negativa y a rebajar lo categórico de su pronunciamiento. López despejaba balones ayer, en una entrevista en la Cadena Ser, señalando que su partido sólo contempla «el escenario de que el PP gobierne». «El PSOE no ha fijado ninguna otra posición más que votar ‘‘no’’ a Rajoy y asumirá su rol, que es ser la oposición y la alternativa al PP. Nos corresponde asumir nuestro papel», destacó.
Los únicos apoyos aislados con que cuenta el secretario general para reactivar la quimera de la investidura se limitan a ciertos barones afines, que consideran que, en virtud del sistema parlamentario, estaría facultado para intentarlo.
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