El PSOE ya avaló el copago de fármacos en la farmacia de los hospitales

El Congreso de los Diputados ha sido el último escenario en el que la ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha defendido cada una de las medidas que ha puesto en marcha en su cartera. El copago en las farmacias hospitalarias ha sido uno de los motivos de la comparecencia de Mato en el Parlamento. De ahí que fuera bien preparada para defender cada uno de sus argumentos. El PSOE ha sido una de las voces más críticas con la imposición del pago por parte de los pacientes en las boticas de los centros sanitarios, sin embargo, ellos también tienen parte de responsabilidad, ya que, de acuerdo con los argumentos de la ministra, los medicamentos incluidos en la resolución publicada por el Ministerio el pasado 19 de septiembre que fueron autorizados entre 2007 y 2010, con el Gobierno socialista, se autorizaron, en todos los casos, con aportación del usuario, como consta en las resoluciones correspondientes. En sus anexos se explican las características de cada uno de los fármacos aprobados y en el apartado de aportación, se indica que es de carácter reducido, por lo que los usuarios ya debían pagar una cuantía por estas medicinas, muchas de las cuales se prescriben para enfermedades graves como cáncer o hepatitis. Por otro lado, también ha explicado el informe que ha realizado la Abogacía del Estado por el que asegura que la retirada de la resolución «implica que los medicamentos dejan de ser considerados de aportación reducida y que, por consiguiente, se someten al régimen general de aportación del usuario». Así, los usuarios tendrían que pagar el 40, el 50 o el 60 por ciento del coste de los medicamentos cuyos precios, en algunos tratamientos, superan los 3.000 euros. Con la imposición de la aportación reducida, de los 157 medicamentos que incluye la resolución, el enfermo pagará el 10 por ciento de su coste. Eso sí, todos contarán con un tope de 4,20 euros por fármaco. Esto se traduce en que si un medicamento cuesta 30 euros, el paciente pagará 3 euros, pero si el medicamento cuesta varios miles de euros, como el antiviral Incivo (8.000 euros), la persona que lo compre desembolsará un tope de 4,20. Los que cobren pensiones bajas, vivan con una renta de integración o sean parados de larga duración están exentos de este pago.