La Razón en Afganistán
El rugido que ahuyenta a los insurgentes
Tres helicópteros «Tigre» custodian el repliegue español de Afganistán
Llegaron a Afganistán en marzo con una clara misión: proteger el repliegue español. Los enormes convoyes que llegan desde Qala i Naw a Herat requerían de unas medidas de seguridad especiales y con los helicópteros de ataque «Tigre» no hay insurgente que se atreva a atacar. «Sólo con escucharnos, disuadimos a cualquier enemigo», asegura el capitán Eduardo Redolar, segundo jefe de esta unidad de helicópteros con base en Herat. Están satisfechos porque en este tiempo no han sufrido ataques, ni los efectivos que se repliegan ni los helicópteros. En Afganistán son tres las aeronaves desplegadas, con una tripulación de 21 hombres y están volando unas 90 horas al mes, el máximo autorizado: «Estamos desplegando todo el potencial», comenta el capitán. Y es que, desde que llegaron, «ningún convoy español ha salido sin la protección de los "Tigre"», destaca el teniente coronel Pablo Muñoz, jefe de ASPUHEL, la unidad de helicópteros del Ejército de Tierra, en la que están encuadradas estas imponentes máquinas de protección. Aún no han tenido que disparar. Su rugido es suficiente.
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