El terrorista de Boston actuó en venganza por Irak y Afganistán

De la boca de Dzhokhar Tsarnaev, el sospechoso terrorista de 19 años, sólo ha salido una palabra: «No». Ha sido cuando le han preguntado si puede pagarse un abogado. Le asignarán uno de oficio. Coopera, mueve la cabeza cuando tiene que asentir o negar una pregunta, o se comunica por escrito al responder de forma más elaborada.

De lo poco que se ha filtrado del interrogatorio sobre los atentados contra la maratón de Bostón, ha trascendido que han podido ser motivados por las guerras en Irak y Afganistán, según la cadena CBS. También que aprendieron a hacer las bombas a través de una web yihadista. Además, Dzhokhar confesó que él y su hermano, Tamerlan, colocaron y detonaron las bombasy mataron a un policía la noche del jueves, tres días después de los atentados, según el diario «Boston Globe».

Una vez que terminen las preguntas, empezará un proceso largo y complejo. Ayer se declaró que Tsarnaev «es mentalmente competente» para afrontar un proceso judicial, según determinó la jueza Marianne B. Bowler, que preside el Tribunal del Distrito de Massachusetts que estuvo presente en el interrogatorio.

Al cierre de esta edición, no se había informado de que los investigadores le hubiesen leído los derechos Miranda. Por ello todavía hay que ver si, en el juicio, se va a utilizar en su contra o a favor las declaraciones que ha hecho.

Sin duda, este asunto, que ya ha provocado controversia tras las protestas de las asociaciones civiles también será tratado en el juicio. Todo dependerá de cómo el fiscal que lleve el caso decida utilizar esta información. Si opta por presentarla durante el proceso, el abogado podría apelar que estas posibles evidencias se obtuvieron de manera ilegal. Mientras, el Gobierno estadounidense podría argumentar que se hizo con el amparo de la excepción de riesgo de seguridad pública. En cambio si esta información se utiliza para investigar a otras personas, la reclamación de Tsarnaev no tendría base. La Fiscalía cuenta con otro importante testimonio. Se trata del dueño del vehículo –un Mercedes– que los hermanos Tsarnaev robaron la noche de la persecución, quien ya ha declarado que le dejaron vivir porque «no era ciudadano estadounidense». Después, los hermanos habrían hablado entre ellos en ruso. La víctima escuchó la palabra «Manhattan», que podría significar que también planeaban ir a Nueva York. En 30 días, los fiscales federales deben presentar sus evidencias ante el gran jurado. Antes tendrán lugar las conversaciones entre los abogados y los fiscales, determinantes a la hora de negociar la sentencia, que en este caso podría aplicarse la pena de muerte. Por ello, es fundamental para Tsarnaev colaborar con las autoridades para evitar ser ejecutado.

La investigación se centra también en averiguar más pesquisas sobre los viajes de Tamerlan, el mayor de los hermanos, a Rusia, un punto clave en el caso.