Bruselas
Arias Cañete: «Las políticas de la mujer no deben usarse como arma »
En la entrevista concedida a LA RAZÓN, el candidato del PP al Parlamento Europeo asegura que «a veces el cansancio hace que no se exprese adecuadamente lo que se quiere decir. Pero yo respeto plenamente las capacidades de las mujeres».
«A veces el cansancio hace que no se exprese adecuadamente lo que se quiere decir. Pero yo respeto plenamente las capacidades de las mujeres»
–¿Se arrepiente de las declaraciones que hizo en Antena 3 sobre lo difícil que es debatir con una mujer?
–A veces, el cansancio hace que no se exprese adecuadamente lo que se quiere decir. Pero yo respeto plenamente las capacidades y la profesionalidad de las mujeres, como he demostrado siempre que he formado mis equipos. Los hechos están ahí y me avalan. Siempre he contado con mujeres para puestos de alta responsabilidad.
–¿Le pilló desprevenido la estrategia de la señora Valenciano de ir siempre al ataque?
–Esperaba que hubiera confrontación, por supuesto. Pero no me esperaba una cascada de afirmaciones gratuitas, de acusaciones veladas y de manipulaciones de la verdad sucesivas. En dos minutos es imposible responder a una avalancha de inexactitudes. Cuando te dicen sesenta cosas sin fundamento a la vez, ¿a cuál contestas?
–En cualquier caso, ¿cree que en España hay un problema de machismo?
–Sinceramente, no. Afortunadamente se han producido muchos avances en políticas de igualdad y, por supuesto, hay que seguir trabajando en ese terreno. Pero los progresos están ahí. Y si me pregunta por la política, yo llevo muchos años dedicándome a esto y tampoco he constatado que exista ese problema. Hoy España es una democracia avanzada, formamos parte de la Unión Europea y somos uno de los países con más libertades del mundo.
–¿No se pregunta por qué todavía hoy el PSOE puede seguir sosteniendo la bandera de que la política a favor de la mujer es de izquierdas?
–Ese discurso es completamente falso. El PP es el partido que ha puesto en marcha planes de igualdad y contra la violencia de género dotados de verdad con medios. En cualquier caso, estas políticas deberían ser tratadas como una cuestión de Estado y no deberían utilizarse como bandera y como arma arrojadiza. Hay que sumar esfuerzos y estoy seguro de que en el Parlamento Europeo vamos a hacerlo. Yo apoyaré cualquier propuesta del PSOE que vaya en la dirección de defender la igualdad de la mujer y de acortar la brecha salarial. En Bruselas es donde de verdad podemos hacer progresos en esta materia y juntos somos más fuertes.
–El otro gran argumento electoral del PSOE es el de la desigualdad social. ¿Les puede hacer daño ese discurso?
–Me asombra que este discurso lo practiquen los responsables del incremento del paro, los que dejaron 3.346.000 parados más, 2.300 parados hombres más cada día, 900 mujeres en paro más cada día, los que hicieron que se perdieran cerca de 2,5 millones de cotizantes a la Seguridad Social y los que con sus políticas han puesto en riesgo el Estado del Bienestar. Dejaron la Sanidad con un agujero de 16.000 millones de euros; dejaron un déficit en la Seguridad Social de 7.000 millones de euros; dejaron sin pagar la Dependencia, y congelaron las pensiones. Ésa es su historia y resulta un poco burdo que ahora quieran enarbolar la bandera de la política social. Las políticas sociales se defienden con crecimiento económico y con creación de empleo y a ese objetivo se dedica cada día este Gobierno.
–Entonces, ¿en España no hay hoy en día un problema de pobreza?
–Es evidente que con más de cinco millones de parados hay familias que lo están pasando muy mal. Pero nuestro Estado tiene mecanismos de defensa, hay prestaciones de desempleo y otros sistemas de apoyo. Somos un país en el que de cada cien euros, más de 60 euros están destinados a la política social. Casi 37, a pensiones, y 10, a prestaciones de desempleo. Somos un país con un fuerte componente de gasto social y me extraña que se quiera dibujar la imagen de una España como país tercermundista. En España todo el mundo cobra su pensión, todo el mundo tiene asistencia sanitaria, tenemos una Educación gratuita, más becas que nunca, por mucho que moleste a la izquierda, y una política social que funciona. Es absurdo trazar esa España negra de la posguerra que no guarda ninguna relación con la España del siglo XXI que empieza a ser líder de crecimiento económico y líder en generación de empleo en la Unión Europea.
–Pero es una realidad que el ajuste del gasto público ha obligado también a introducir recortes en determinadas partidas del gasto social. ¿Esos ajustes tienen marcha atrás?
–La recuperación económica permitirá que todas las Administraciones Públicas dispongan de más recursos para financiar el Estado del Bienestar. Estuvieron a punto de cargárselo los que dejaron las arcas vacías, los que permitieron que el Estado gastara más de 30.000 millones de euros más de lo que ingresaba, los que dejaron que se hundiera el sistema financiero y los que permitieron que ayuntamientos y comunidades dejaran de pagar a los proveedores.
–El lento ritmo de la recuperación económica hace temer que algunos de los que han perdido su empleo en estos años no vuelvan nunca al mercado laboral. ¿Qué hacemos con ellos?
–Este Gobierno hace unas previsiones macroeconómicas muy prudentes, que van a mejorar. El PSOE hacía previsiones ilusorias que nunca se cumplían. Nosotros garantizamos a los españoles que al final de esta Legislatura habrá muchos menos parados que al principio. Cuando llegamos al Gobierno con Aznar, la tasa de paro era del 23,8 por ciento y en ocho años la reducimos en once puntos. En los ocho años de Gobierno socialista volvió a subir al 22,85 por ciento. Vamos a hacer una economía más competitiva, vamos a generar más industria, vamos a consolidar un sector turístico más potente y un sector servicios más eficiente. Nunca ha habido problemas graves de desempleo cuando se acaban las Legislaturas de Gobiernos del PP y en ésta habrá importantes avances, pero hay que tener en cuenta que el punto de partida era terrible.
–¿El PP está en condiciones de garantizar entonces que nadie se quedará en la cuneta?
–Las políticas sociales tendrán el máximo nivel de apoyo que las circunstancias de la Tesorería permitan. Un país no puede dar más de lo que ingresa. Y tenemos un compromiso de reducción del gasto público con la UE que hay que cumplir para luego poder exigir solidaridad en los planes de empleo y de crecimiento. Para poder exigir solidaridad en la UE hay que cumplir con las reglas de juego y demostrar que España es un país serio. Lo más importante es crear empleo real y garantizar que cada español tiene un puesto de trabajo, que es lo que permite que puedan ejercer su libertad. Y a esta tarea se dedica el Gobierno cada día.
–¿Usted qué piensa de lo que ofrece el mercado laboral a los jóvenes? ¿De la altísima tasa de paro, de la precariedad, de los sueldos tan bajos?
–En España, es prioritario mejorar mucho el sistema educativo. Uno de nuestros grandes problemas son las altas tasas de abandono y de fracaso escolar. Y no entendemos que el PSOE se niegue a reformar el sistema vigente después de que todas las leyes de Educación hayan sido socialistas, y ahí están los nefastos resultados. En segundo lugar, tenemos que fortalecer todos los planes dirigidos a facilitar la incorporación de jóvenes al mercado de trabajo. Y lo estamos haciendo. En la Garantía de Empleo Juvenil Europeo, España negoció 6.000 millones de euros para toda la UE y se ha traído 1.860 millones para responder a este problema. Hay que seguir trabajando, pero también hay que valorar que las cifras que más están mejorando son las de empleo juvenil: crecían a porcentajes terribles al final de la legislatura socialista y ahora tenemos tasas más altas de creación de empleo juvenil que de empleo en otros segmentos de la población.
–¿Cuándo cree que los españoles van a notar de verdad la recuperación económica?
–En 2014 ya se está notando. Ya hay españoles que han encontrado trabajo; tenemos 200.000 afiliados más a la Seguridad Social, cuando en el periodo socialista se incrementaron las bajas de afiliados a razón de 350.000 por año; y se ha reducido el paro en más de 300.000 personas. Por tanto, hay españoles que ya encuentran puestos de trabajo. Antes tenían miedo de perder su puesto de trabajo y no tenían oportunidades. Ahora, hay españoles que han encontrado trabajo y otros que tienen la esperanza de encontrarlo. Y la UE ha dicho que en 2015 España será el país de la UE con mayor crecimiento, y esto quiere decir que también de generación de empleo.
–¿Conviene reflexionar sobre qué tipo de trabajo se está creando y por cuánto tiempo?
–En todo el mundo está cambiando el modelo de relaciones laborales. Se está incrementando el teletrabajo o el trabajo a tiempo parcial para facilitar la conciliación. Lo fundamental es que haya empresas sólidas que den trabajo estable. Por eso tenemos que apoyar a los empresarios, a las pymes y a los autónomos. Por eso es tan importante que logremos que el BCE y la banca española hagan fluir el crédito a los empresarios. Si cada autónomo creara un puesto de trabajo, se acabaría el paro. Hay que seguir mejorando las condiciones para que los autónomos confíen en el futuro y por eso el mensaje socialista es tan pernicioso porque es un mensaje de miedo y de futuro negro. Siempre que los españoles hemos tenido que enfrentarnos a grandes retos hemos sabido superarlos. De hecho, el mérito de Rajoy es que creyó en España. Cuando casi todos decían que no había más alternativa que el rescate, que hubiese tenido consecuencias durísimas para todos, Rajoy fue el único que creyó que España podía salir adelante sola.
–Mencionaba el «mérito» de Rajoy... ¿Qué errores ha habido en estos años?
–Quizás que no hemos sabido comunicar bien la necesidad de los sacrificios. El Gobierno ha hecho las reformas estructurales que España necesitaba, pero, probablemente, no explicamos suficientemente bien a los ciudadanos la gravedad de la situación económica. Hay que recordar lo que había: 70.000 millones de caída de la recaudación, incumplimiento del déficit, unos bancos que necesitaban capitalizarse con más de 60.000 millones, una Sanidad con más de 16.000 millones de gastos sin pagar y que estaba al borde del colapso, comunidades y ayuntamientos que no se podían financiar en el mercado de capitales, la prima de riesgo disparada... De todo esto no nos acordamos, pero hay que recordarlo para valorar el presente. Venimos de una época en la que una comunidad autónoma no podía pedir un crédito porque no se lo daban y el Gobierno ha tenido que salir en apoyo de todas las Administraciones Públicas. Es verdad que las reformas han sido muy duras. La laboral, la del sistema financiero, la del mercado único o la de la Justicia. Pero eran necesarias para que España recuperase su competitividad y hoy somos el segundo país que más crece, después de Alemania.
–¿Qué le queda al PP por ofrecer a los españoles en esta Legislatura?
–El PP tiene que seguir profundizando en las políticas de crecimiento económico y de generación de empleo. Hay que aprovechar el marco de la UE para marcar el rumbo hacia una unión bancaria más eficiente, donde fluya el crédito hacia las empresas españolas y donde los españoles nos podamos financiar al mismo tipo de interés que otros países. Y tenemos que estar entre los países que lideren ese proceso para que se ajuste lo más posible a las necesidades de nuestra economía y, sobre todo, para evitar que se apliquen en la UE las políticas socialistas que han fracasado en España.
–Sostienen los expertos que en estas elecciones europeas se volverá a votar una vez más en clave nacional. ¿Por qué no llega a los ciudadanos el mensaje sobre lo importante que hoy es Europa en sus vidas?
–Un problema no menor es que de la UE y de las políticas europeas hablamos muy pocos. En mi campaña, allá donde voy hablo de agricultura, de agua, de medio ambiente, de políticas de infraestructuras, de políticas de Sanidad o de seguridad alimentaria. En suma, estoy haciendo un esfuerzo para que los españoles entiendan lo importante que es Europa en sus vidas. Pero el PSOE ha decidido plantear las elecciones como unas generales anticipadas. Y, sinceramente, creo que es un camino erróneo. Por responsabilidad, los candidatos debemos explicar a los españoles qué se va a decidir y qué se va a hacer en el futuro Parlamento Europeo. Los ciudadanos no se dan cuenta de que el 80 por ciento de las decisiones legislativas que afectan a sus vidas se toman en la UE y que la legislación nacional y autonómica está por debajo de la europea. Eso no lo cuenta nadie y es importante saberlo. También es un error pensar que la UE no funciona cuando hay una crisis económica. El problema no está en Europa, sino en que los socialistas se cargaron la economía española.
–¿Cuál es la diferencia entre la socialdemocracia y el Partido Popular Europeo?
– Mire, entre la socialdemocracia alemana y el Partido Popular los márgenes de diferenciación son pequeños. Pero en España, el PSOE está instalado en la izquierda radical y está cuestionando todos los valores de la economía social de mercado. No cree en los empresarios y sigue aferrado al mantra de que el Estado del Bienestar se financia con deuda pública. Los socialistas creen que con gasto público y endeudándonos más se arregla todo. Mientras que nosotros creemos que la solución pasa por una Administración Pública que gaste lo mismo que ingresa y que impulse el crecimiento económico y la generación de empleo. Nuestras políticas van orientadas en esa dirección, mientras que las de los socialistas sólo miran al gasto público y al despilfarro. Y el resultado es siempre el mismo: un país endeudado, con elevadísimo paro, con la Seguridad Social en quiebra y con el Estado del Bienestar en riesgo.
–El PSOE también está planteando que en Europa es posible otra política como la que aplica Estados Unidos.
–Lo que está pidiendo ahora mismo el PSOE es que la Unión Europea amplíe sus márgenes para gastar mucho más y eso hace que los mercados monetarios internacionales desconfíen de un país. Y cuando esto ocurre, la inversión exterior se va y la financiación exterior también, y la prima de riesgo se dispara. Ya lo hemos vivido. Si un país hace las cosas bien, se financia barato y tiene capacidad de invertir en infraestructuras. Pero si un país hace las cosas mal, como hizo España, deja de ser fiable, no participa en las decisiones del conjunto y el Estado del Bienestar se cae de golpe. Hay que tener una Administración Pública seria, rigurosa y con políticas de creación de empleo, no de endeudamiento permanente del sector público. Esto último ha dado lugar a altas tasas de paro y ahí está la historia. Sin embargo, cuando gobierna el PP las tasas se reducen a la mitad, lo que significa que los españoles tienen trabajo, son libres, hay que pagar menos prestaciones de desempleo y hay más dinero para las prestaciones sociales.
–Pero en esta Legislatura las previsiones no indican que vayan a conseguir reducir en tan alto porcentaje el paro.
–Ya veremos, no hay que poner puertas al campo. Efectivamente, tendremos que trabajar mucho para conseguir que la tasa de paro sea mucho menor, pero no olvide que las Legislaturas de las que estamos hablando son periodos de ocho años. A este Gobierno no se le puede pedir que en dos años repare todo el daño que hicieron los socialistas en ocho. Sí se le puede pedir que ponga el país en la ruta del crecimiento económico y de la generación de empleo. En esta legislatura habrá menos paro y en la siguiente, porque esperamos volver a ganar, alcanzaremos los niveles de creación de empleo y bienestar que logramos en los ocho años de Gobierno popular, con cinco millones de empleos netos.
–¿Usted está con los que creen que a Merkel hay que pararle un poco los pies, que las políticas que vienen de Alemania perjudican a los países del sur?
–No hay que pararle los pies a nadie. Hay que hacer bien las cosas en tu país para ser respetado en la Unión Europea y participar de las grandes decisiones junto al resto de países. El ejemplo francés con François Hollande demuestra que el discurso socialista no tiene recorrido porque los socialistas franceses están introduciendo, al igual que los italianos, las reformas estructurales que hicimos nosotros y nos alaban por haberlas puesto en marcha antes. ¿Por qué pararle los pies a Merkel? ¿Quién ha marcado en la UE las políticas durante los últimos años? Le recuerdo que el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios se llama Almunia, que en el Banco Europeo de Inversiones la vicepresidenta se llama Magdalena Álvarez y es socialista, y que quien dirigía el Eurogrupo es un socialista holandés.
–Con la poderosa Merkel al frente de todo, en la sombra.
–Siempre hay que buscar un enemigo exterior. Pero en la UE las alianzas se configuran desde la fortaleza y para ser fuertes en la UE, hay que ser serios en España. Fuera no respetan al que no ha hecho los deberes en casa y ahora a Mariano Rajoy sí le respetan en la Unión Europea, y eso implica que puede sentarse con los demás a definir el futuro de la UE.
–Hablaba antes de Magdalena Álvarez, ¿debería dejar su puesto en el BEI?
–Magdalena Álvarez tiene que recapacitar seriamente sobre si está haciendo daño al prestigio de la institución.
–¿Por qué ningún alto cargo del PP le pide directamente la dimisión?
–El Banco Europeo de Inversión tiene sus propios estatutos y la decisión la tienen que tomar ellos.
–Ya en el ecuador de la campaña, ¿cómo se ve?
–Hemos hecho una campaña muy intensa. Llevamos ya recorridos más de 16.000 kilómetros; he estado en 13 de las 17 comunidades autónomas, y en tres de ellas, dos o tres veces. Hemos mezclado actos políticos con actos sectoriales y hemos estado en contacto con muchos medios de comunicación, pero, sobre todo, con mucha gente, cara a cara. El balance es muy positivo porque hemos hablado mucho de Europa y estamos consiguiendo movilizar a los ciudadanos para que vayan a votar.
–¿Quiere decir que están logrando reducir la abstención?
–Mariano Rajoy ha sido un gran presidente. Ha conseguido los objetivos que se ha marcado. Ha conseguido poner en marcha el Pacto por el Crecimiento y el Empleo en Europa, que va a movilizar 120.000 euros de inversiones; ha puesto en marcha la Garantía de Empleo Juvenil; ha conseguido 47.000 millones de euros para el campo español; y ha conseguido que nuestro país siga siendo perceptor neto de fondos estructurales y de recursos comunitarios. También logró que nos flexibilizaran las condiciones de déficit para que pudiéramos mantener el Estado del Bienestar mientras cumplíamos con nuestras obligaciones. Tenemos un gran presidente que en Europa tiene mucho prestigio y que ha conseguido participar en la toma de decisiones importantes que van a beneficiar a España.Y ahora pedimos a los españoles que refuercen esa fortaleza del presidente con un grupo parlamentario del Partido Popular Europeo en el que haya muchísimos eurodiputados españoles para que ese grupo sea el anclaje de los compromisos de la Unión Europea.
–¿El único error ha sido la estrategia del debate electoral?
–Cuando se mira para atrás, todo se puede corregir. Pero el día que se tienen que tomar las decisiones, se toman. Yo nunca miro para atrás, siempre miro para adelante.
–¿Pero cree que el debate puede afectar al resultado electoral?
–No. Y también le digo que cuando voy por ahí, la gente valora positivamente mi papel en el cara a cara con la señora Valenciano. Le hablo de lo que me dicen por la calle, no de las encuestas que han publicado los periódicos. Lo único que me dicen algunos es «¿por qué no le das más caña?».
–¿Y por qué no lo hizo? ¿Arriola y los estrategas electorales le aconsejaron un perfil bajo?
–A mí no me aconsejó nadie nada. Lo que pasa es que yo tengo mi talante y soy una persona de natural afable. Pero, insisto, no percibo que la gente esté descontenta con el debate.
–¿Y usted?
–Yo siempre me exijo mucho más. El más exigente conmigo mismo soy yo.
–Hablaba antes de que el PSOE se equivoca planteando estas elecciones como unas primarias. ¿Estas europeas pueden ser el final de Rubalcaba?
– Cuanto más tiempo siga Rubalcaba, mejor.
–¿Por qué?
–Porque mire adónde está llevando al Partido Socialista.Que el PSOE plantee estas elecciones en clave nacional es un error porque los españoles tienen memoria. Hace poco más de dos años que dejaron el Gobierno y todo el mundo se acuerda de cómo lo dejaron.
–¿Y si perdiese el Partido Popular? ¿Qué consecuencias tendría ese escenario?
–Es un horizonte absolutamente imposible. Pero, en cualquier caso, sería por mi culpa. Si las pierde el PP, asumo toda la responsabilidad. Pero es un horizonte que no contemplo porque veo a la calle, a los españoles y al partido muy animado.
–Da la impresión de que si no hubiera sido por usted, Aznar no se hubiera dejado ver ni en un solo acto del PP.
–Nosotros empezamos la campaña muy tarde. Me nombraron muy tarde y comenzamos a diseñar la campaña muy tarde. Cuando ya pudimos hablar con él, le ofrecí dos actos que me parecían muy importantes, el de La Rioja y el de Murcia. La Rioja, porque él empezó su carrera allí y Murcia, porque juntos hemos vivido importantes actos en esa región. Al final estuvo conmigo en un foro y no hay que darle más importancia.
–¿Le gustaría ser comisario europeo?
–En este momento sólo me veo liderando mi grupo parlamentario en el Parlamento Europeo. Sólo pienso en el hoy, soy jugador de un solo partido. Para jugar bien al tenis o a cualquier deporte hay que estar en el partido y no tener la cabeza en la siguiente etapa de tu vida política. He hecho mucha política europea, me gusta. Es una política de mucho diálogo, de mucho consenso y de mejor talante. Por eso cuando veo tanta agresividad en un debate, pienso que luego va a ser muy complicado entenderse en el Parlamento Europeo.
–¿Un buen resultado de los partidos minoritarios sería una bofetada al bipartidismo?
–Estas elecciones son muy fáciles para los partidos minoritarios porque suman votos por todas las circunscripciones. Pero no creo que estos comicios sirvan para confirmar que el bipartidismo está en crisis. Hay que esperar a unas elecciones generales para sacar conclusiones reales. En cualquier caso, también quiero señalar que en unas europeas, el voto a los partidos pequeños no sirve para nada. En el Parlamento Europeo hay que estar en grandes bloques políticos, en grandes familias, porque un partido pequeño, aislado, no es nadie.
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